Uno de los paneles de la primera jornada de la Cumbre de Minería Sostenible, que se desarrolla en Mendoza, analizó la presencia de las mujeres en la actividad y cómo favorecer una mayor participación. Foto: Los Andes
Uno de los paneles de la primera jornada de la Cumbre de Minería Sostenible, que se desarrolla en Mendoza, analizó la presencia de las mujeres en la actividad.
Del intercambio de ideas participaron Irini Wentinck, de Red MIA (Mujeres de la Industria Argentina); Antonella Tassaroli, de Tassaroli SA; María Eugenia Sampalione, de Women In Mining Argentina; y Alejandra Cardona, de CAEM (Cámara Argentina de Empresas Mineras), quien fue la moderadora.
Algunas cifras que presentaron las panelistas permiten comprender el panorama y aquellos aspectos en los que se debe avanzar: la participación de la mujer en la minería alcanza el 11 a 12%; y hay entre un 30 y un 50% de tasa de abandono, porque esquemas como el de 14 días de trabajo por 14 de descanso y los largos viajes son difíciles de compatibilizar con la maternidad como se piensa todavía.
Sin embargo, Wentinck destacó que, si bien existe una brecha importante en la cantidad de mujeres que tienen cargos directivos de las empresas, el 54% de las direcciones de sustentabilidad están ocupadas por una mujer. En ese sentido, hubo un consenso en que las organizaciones necesitan de las habilidades y competencias de ellas, como una mayor facilidad para generar diálogos y construir vínculos; en particular en sectores tan desafiantes como la minería.
En cuanto a los factores que pueden contribuir a equilibrar este panorama, mencionaron el avance tecnológico, que permite realizar tareas a distancia, pero también un proyecto de Women in Mining de promover un cuidado compartido en las familias, y la necesidad de promover que más mujeres estudien carreras como ingeniería, matemáticas o tecnología.
Sin embargo, resaltó que esto no sólo se vincula con oportunidades para las mujeres, sino con el desarrollo sostenible de las organizaciones, de las comunidades y de las regiones. “Sabemos que, cuando la mujer está en el sector productivo, tiene autonomía económica y sus inversiones están puestas en educación, en salud. O sea, se va generando una sociedad realmente mucho más desarrollada”, planteó.
Entendiendo esto, indicó que las organizaciones necesitan cambiar muchas políticas de contratación, con flexibilidad horaria y propuestas de conciliación familiar, porque todavía la mujer tiene un mandato del cuidado.