En la Escuela 1-319 “Alas Argentinas” se llevó a cabo el último simulacro de sismo del año, en el que participaron todos los alumnos y personal docente. La actividad tuvo como objetivo evaluar la capacidad de respuesta ante una situación de emergencia y garantizar la seguridad de todos los miembros de la comunidad educativa.
Este tipo de simulacros que se realizan en diversas instituciones de la provincia con el fin de evaluar la preparación y coordinar esfuerzos en caso de una emergencia real, contó con la presencia de observadores de Defensa Civil.
La presencia de esta dirección municipal fue fundamental para acompañar el proceso y brindar recomendaciones, las cuales fueron seguidas al pie de la letra por los estudiantes y el personal. “Nos felicitaron porque los chicos mantuvieron la calma, realizaron las actividades adherentes al hecho y salieron a la zona de seguridad de manera ordenada”, expresó la vicedirectora Flora Piedrafita.
Además, la Vicedirectora resaltó la importancia de coordinar estas actividades que este tipo de ejercicios prepara a los estudiantes para cualquier emergencia. “Es fundamental que los niños se conviertan en agentes multiplicadores de este conocimiento, que transmitan en sus casas lo aprendido y contribuyan a generar conciencia sobre la importancia de estar preparados”, afirmó.
El Director de Defensa Civil, Javier Velasco explicó: «este tipo de actividades nos permite ver qué se hace bien y qué hay que mejorar. El objetivo es garantizar que todos los alumnos estén a salvo y que las personas encargadas de la seguridad, como los delegados de corte de energía o gas, sepan exactamente qué hacer”, quien agregó que los equipos están presentes para observar, corregir y orientar a los docentes y directivos sobre las mejores prácticas.
Uno de los aspectos claves durante la jornada fue la revisión de las instalaciones y equipos de seguridad. Se verificó que los matafuegos estuvieran en condiciones y correctamente colgados, se comprobó que las salidas de emergencia estuvieran bien señalizadas y se realizó un conteo exhaustivo de los estudiantes según su grado, para asegurarse de que nadie quedara dentro del edificio. En todo momento, se insistió en la importancia de mantener la calma y evitar la desorganización en momentos de tensión, como podría ocurrir en un sismo real.