San Rafael, Mendoza miércoles 16 de octubre de 2024

En el convencimiento de que Gaudí era santo – Por:. Beatriz Genchi

En torno a Gaudí y la Sagrada Familia, existen un sin fin de historias que hablan sobre un croquis desconocido, una nueva foto del arquitecto o aquella filmación que se sabe que existe, pero no acaba de salir, entre otras.

El último título que leí y que trata el tema es “La dama sin rostro” una obra de Julià Bretos.

Y cuenta que todo inició cuando los donativos no fueron los esperados y las obras se empezaron a ralentizar, pero en 1891 llega una misteriosa donación de acuerdo a la autora. Una misteriosa mujer, que resultó ser Isabel Bolet i Vidiella viuda del propietario de una importante herrería, su donación hizo posible la construcción de la fachada de la Sagrada Familia. Sufragó gran parte de las obras de este templo, cuyo proyecto inicial, era una pequeña iglesia, y pasó, gracias a su aportación económica, a convertirse en lo que hoy. Ella murió el 9 de septiembre de 1888, y en su testamento dejaba en manos de los albaceas su herencia. “Al abogado Joaquim Almeda le encargaba la venta de la herrería y que el dinero fuera para la construcción de la Sagrada Família”.

¿¿¿¿Pero lo de hoy, va más allá de…lo terrenal???? Voy con un artículo que se publicó originalmente en “La Antorcha”, una revista de distribución en España impulsada por la Asociación Católica de Propagandistas. El autor es Joan Aicart, el profesor barcelonés, estudioso del arquitecto, que considera que “la fachada del Nacimiento se puede considerar un belén: anuncia que Dios se ha hecho hombre”.

El profesor ha estudiado a fondo la vida y obra de Antoni Gaudí, el genial arquitecto que creó –entre muchas otras– el Parc Güell, la Pedrera o la Sagrada Familia. En esta entrevista, habla sobre el turbulento origen de la Sagrada Familia, el belén de piedra que esconde, y la posible santidad de Antoni Gaudí.

La primera piedra de la Sagrada Familia se pone en 1881. La Iglesia aún tenía cierto estatus político y económico, sí, pero estaban en plena Revolución Industrial. Los impulsores del templo, la Asociación de Devotos de San José, ven con preocupación cómo su entorno se deshumaniza: los obreros se pelean con los contratantes, los hombres se alejan de Dios y culpan a la Iglesia de los males de la modernidad…y parece que creían que la Sagrada Familia podría ser la respuesta.

El razonamiento era: es un templo expiatorio: está financiado por la caridad, por las donaciones voluntarias de la gente para pedir perdón por este mal. El lugar antes era un barrio obrero; la Sagrada Familia tiene que ver con el sufrimiento y la fe del pueblo. Consigue unir a mucha gente de muchos estamentos sociales…

Cuando se planteó, la Sagrada Familia no iba a ser lo que es ahora. De hecho, el primer arquitecto no es Gaudí, sino Francisco de Paula del Villar. Iba a ser un templo sí, solo eso, pero en 1883 este arquitecto sale del proyecto y Joan Martorell, que estaba en la junta constructora, propone a Gaudí. Él se pone a rehacer la cripta.

Para Gaudí, es una señal. ¿Una señal de qué? –De que Dios quiere algo más. Gaudí venía de familia católica, pero su conversión real llega aquí. Él hace la Sagrada Familia, pero la Sagrada Familia también lo va haciendo a él. Primero en un sentido profesional: cuando él construye una casa, siempre piensa en cómo es la persona que la habitará. Así, ¿quién vive en una iglesia?

Es una “casa” para Dios. ¡Exacto! Para él, la Sagrada Familia fue un signo de humildad, porque se había convertido en el arquitecto de la burguesía catalana: el señor Güell, el señor Batlló, el señor Milà… y, de repente, se encuentra con la Sagrada Familia y con que no siempre tiene dinero para seguir adelante. “Cuando falta el dinero –decía– he de profundizar en la fe, la experiencia de la que nace el templo”.

Empieza a acudir a la liturgia, pero también a mirar la realidad como un signo de Dios, como los grandes arquitectos medievales. Como ellos, Gaudí no concibe el templo como algo apartado, sino como un resumen del universo: allí donde la naturaleza se pone al servicio del Creador. Entiende que la Sagrada Familia no es su proyecto, que es un colaborador.

A Le Corbusier le fascinaba cómo Gaudí trabajaba la piedra: “¡Hace lo que quiere con ella!”, dijo tras visitar el templo. En la Fachada del Nacimiento –la única que construyó Gaudí antes de morir–se ve cómo él remite a la naturaleza, pero no la imita de forma servil. A Gaudí le interesa el diálogo constructivo, el momento en el que las fuerzas de la naturaleza entran en comunicación, en comunión.

Preguntado el profesor; ¿la fachada del Nacimiento se podría considerar un belén?

–“Sí, porque anuncia que Dios se ha hecho hombre. Esta es la única fachada que Gaudí llegó a ver terminada en vida. Está llena de plantas: … hay tanto plantas propias del desierto de Israel como típicas de Cataluña, como diciendo: “Dios vuelve a nacer, aquí y ahora”. Y está dividida en tres portales: el de la Caridad –donde está el Nacimiento, el belén propiamente dicho–, el de la Esperanza –que choca, porque muestra escenas de sufrimiento inocente– y el de la Fe.

Ahora en plena reconstrucción, el actual escultor jefe de la Sagrada Familia, Etsuro Sotoo, comparte de modo muy auténtico la mirada de Gaudí; encontró la fe católica a través de la Sagrada Familia. Cuando le preguntan por el fin de las obras, responde que, en la naturaleza, cuando una cosa está acabada es porque está muerta. Algo vive en la medida en que está en diálogo: con Dios, con los hombres y con la historia, agrega.

Aicart, está convencido que Gaudi era santo, pero no por su obra –así también lo sería Miguel Ángel, por ejemplo–, sino por su vida. La Sagrada Familia es fruto de una experiencia, es signo de la belleza de su forma de vivir la fe. Uno de los mayores especialistas en Gaudí, Juan Bassegoda, decía que Gaudí escribió al morir una carta aún sin abrir. Me parece fascinante que, por mucho que nos acerquemos… Es lo que hace que esto siga siendo apasionante.

“El misterio sigue siendo misterio. Dios sigue siendo Dios y nosotros, siempre aprendices”. Joan Aicart

Gentileza:

Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

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