San Rafael, Mendoza 29 de septiembre de 2024

Coleccionista de obeliscos – Por:. Beatriz Genchi

Cuando uno se va de viaje, trae recuerdos que generalmente suelen ser bastante obvios, una postal, una remera, un llavero, un adorno de cerámica, etc.

Cuanto tenemos que aprender de los romanos que se traían obeliscos de 200 toneladas. Es un milagro que las pirámides sigan en Egipto, con tanto italiano, inglés y francés de visita por esas tierras.

Cada invasor tenía debilidad por alguna rama del arte del Nilo, los romanos, que los madrugaron a todos, tenían predilección por esos pilares pétreos con forma fálica. De los 30 que había en Egipto, hoy solo quedan 10 en su sitio original, lógico, al no haber tiendas de recuerdos, algún testimonio del viaje había que llevar. De los 20 que faltan, los romanos tomaron prestados 8, siendo el más famoso el que se exhibe en el centro de la Plaza San Pedro del Vaticano, si, un símbolo pagano, creer o reventar.

Este en particular fue erigido en Heliópolis, pero cuando el Imperio Romano llevó sus límites más allá de Egipto, Augusto decidió que quedaría mejor en Alejandría. Luego de recorrer 2.500 kilómetros y tomarse el trabajo de erigirlo en su nuevo sitio, cuando aún no se habían secado el sudor, Calígula se encariñó y se lo hizo llevar a Roma, más precisamente a su propio Circo, otros 2.000 kilómetros, esta vez en un barco especialmente diseñado para la ocasión.

El circo de Calígula estaba en la actual colina vaticana, en ese lugar muchos cristianos fueron martirizados, crucificados o asesinados, entre ellos San Pedro. Cuando el circo fue demolido para construir allí la primera basílica, el recuerdo egipcio se salvó. Este obelisco fue el único que quedó en pie y en una pieza luego de la caída del imperio Romano, es mas, 1.200 años después, cuando se demolió la basílica original para construir la actual, aún permanecía enhiesto.

En 1586, con la nueva Basílica en veremos, el Papa Sixto V ordena trasladar el obelisco a la plaza frente a la entrada de la basílica, la consideraba sagrada por ser testigo mudo de la muerte de San Pedro.

Lo increíble es que tardaron un año en moverla, tardaron 10 días en hacer 2.000 kilómetros y un año en hacer 100 metros, eso pasa cuando no hay voluntad o esclavos. Por tratarse de un tesoro del cristianismo, es inútil que Egipto patalee, se imaginan si un comando egipcio la sacara para llevarla a su lugar original, serían 100 años de perdón.

Solo quiero decirte que cuando tengas que decidir el próximo souvenir, no andes con pequeñeces y empieces a evaluar peso, espacio…a ocupar.

¡No seas menos que un romano!

Gentileza:

Beatriz Genchi
Museóloga – Gestora Cultural – Artista Plástica.
bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut.

 

 

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