La ludopatía en niños y adolescentes es una adicción compulsiva al juego, similar a la que se manifiesta en adultos
Del mismo modo que en el consumo de sustancias o alcohol, llenan espacios de fragilidad y se presentan como un “alivio” a las crisis personales. Cómo detectar la ludopatía en los jóvenes y cuáles son las estrategias para enfrentarla, según los expertos
Cada vez aumenta más la preocupación en los padres, los maestros y las autoridades por una adicción que crece de forma descontrolada en chicos y adolescentes. No es la marihuana ni otros consumos problemáticos, se trata de una “droga digital” que ha logrado meterse en el hogar, en la escuela, en los clubes y en todos los ámbitos, y como otras sustancias ilegales, generan daños en la vida de quienes la consumen.
“La ludopatía infantil, juvenil o juego patológico en niños, es una adicción al juego en personas menores de edad. Del mismo modo que en los adultos se manifiesta con comportamientos compulsivos alrededor de los juegos de azar, videojuegos o apuestas en línea, entre otros”, explicó a Infobae Julieta del Caño (MN 120739), médica especialista en psiquiatría infanto-juvenil del Hospital Alemán.
En Argentina, varias acciones se han llevado a cabo impulsadas por autoridades municipales y provinciales, como el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, el de la provincia de Buenos Aires y, ayer se sumó la voz de la Iglesia católica, que emitió una declaración conjunta donde alertó sobre este flagelo.
La problemática afecta a toda América latina. El licenciado Manuel González Oscoy, docente de la Facultad de Psicología de la Universidad Nacional Autónoma de México, UNAM, postuló que la ludopatía no involucra sustancias externas o del organismo en sí para desarrollarse. “Se caracteriza por un impulso incontrolable de seguir apostando, sin importar las consecuencias en la vida del afectado”, definió.
El juego es una actividad normal e indispensable en el desarrollo humano, agregó el licenciado mexicano y dijo que “es la forma en que todos nos vamos insertando en este mundo”, pero cuando se pierde el control de la conducta en los juegos de apuesta, hay ciertos síntomas que delatan que esto se comienza a transformar en una enfermedad, como el hecho de que al no realizar esta actividad “hay cambios de humor, agresividad, intolerancia y un deseo incontrolable por jugar, lo cual repercute en lo económico, laboral y familiar”.
Por qué se produce esta adicción
La licenciada Julieta del Caño explicó que “las apuestas, lo mismo que el alcohol y las drogas, llenan espacios de fragilidad o de vacío en los niños con cierta vulnerabilidad. Los alejan de la interacción social y de otros intereses académicos, lúdicos o deportivos”.
La falta de supervisión de los adultos y la disponibilidad actual y el acceso de dispositivos electrónicos conectados a internet cada vez a más temprana edad facilitan el acceso a los juegos de azar online, señaló la psiquiatra, muchas veces enmascarado por la oferta propia del sistema y auspiciados por figuras públicas conocidas por jóvenes y adolescentes. “E incluso se utilizan como propaganda en deportes y eventos musicales. Y esto lo hace aún más atractivo para el adolescente que lo consume”, destacó.
Del Caño explicó que la adolescencia es una etapa biológica donde se experimentan modificaciones y cambios ya sean físicos, orgánicos emocionales y psicológicos para realizar el pasaje hacia la adultez enfrentando a los jóvenes a numerosos desafíos que los hacen vulnerables por la edad biológica de su grupo poblacional en sí.
Y agregó: “Los espacios de vacío emocional de los adolescentes son los conflictos internos que atraviesan en su proceso de crecimiento biológico. Esto se puede expresar como por falta de interés de vincularse con pares, aislamiento social, poca motivación, inseguridades, tristeza y ansiedad. Actualmente, la necesidad de los padres y o figuras de crianza de trabajar largas jornadas hace que los chicos pasen mucho tiempo solos exponiéndolos a tiempo de aburrimiento en el hogar buscando entretenimientos sin supervisión, utilizando las pantallas y los juegos de azar online que en esta edad resultan gratificantes por su recompensa rápida”, describió la experta.
Por su parte, la doctora Silvia Ongini, psiquiatra infanto-juvenil del Departamento de Pediatría del Hospital de Clínicas de la Universidad de Buenos Aires (UBA) (MN 69.218) explicó: “En un contexto en el que muchos niños, niñas y adolescentes están escuchando en sus casas, de boca de las personas adultas, que están atravesando situaciones económicas complejas, se ven compelidos a querer ayudar y caen en la trampa. Las casas de apuestas brindan una promesa, prometen fácil acceso a recompensas económicas. La vulnerabilidad particular de los menores hace que crean en todo lo que se les dice desde estos juegos para atraerlos. Lo toman literalmente”.
“El riesgo se intensifica luego de jugar, cuando tienen que pagar. Ahí quedan entrampados en conseguir dinero a como dé lugar, corriendo muchas veces el peligro de caer en redes donde, por ejemplo, les piden fotografías propias o imágenes que comprometen su integridad sexual. Hace falta un marco regulatorio que limite que estos juegos sean tan accesibles para los niños, niñas y adolescentes”, expresó Ongini.
El sistema de recompensa
Sin embargo, se sabe que el problema no es solo psicológico, sino que el juego incide en circuitos neuroendocrinos cerebrales activando sistemas de recompensa rápida que producen placer inmediato y mucha necesidad de continuar jugando ya que tienden a ser repetidos compulsivamente.
En consecuencia, “el estrés, la ansiedad, la depresión y otros problemas de salud mental pueden surgir como debido a los problemas de juego en línea”, señaló un documento de la Sociedad Argentina de Pediatría publicado en marzo de este año.
“Las niñas, niños y adolescentes pueden experimentar vergüenza, culpa y aislamiento social como resultado de su comportamiento de juego compulsivo. Como también incurrir en deudas significativas, ya sea utilizando su propio dinero o aplicaciones o tarjetas de crédito de sus padres”, advirtió la entidad.
Las cifras son contundentes: el 8,29% de los argentinos apostó online en algún momento de su vida, cifra que se eleva al 12,5% en jóvenes de entre 15 y 24 años, y alcanza el 15,5% en el grupo de 25 a 34 años, según un reciente informe presentado por el Observatorio de Adicciones y Consumos Problemáticos de la Defensoría del Pueblo bonaerense.
En este sentido con respecto a las adicciones, Nicolás Bousoño, licenciado en Psicología y docente de las cátedras de Psicopatología 1 y Clínica de las toxicomanías y el alcoholismo de la UBA sostuvo: “Muchas veces la familia, los amigos, distintas relaciones, advierten antes que uno que las cosas se han ido de cauce. Ellos pueden notar los efectos nocivos de llevar al extremo algunas prácticas antes que uno mismo y pueden tratar de ayudar a generar conciencia de las consecuencias de ello. Ese acompañamiento en algunos casos es fundamental.”
Cómo detectar la ludopatía en niños y adolescentes
De acuerdo a la Corporación de Juego Responsable de Chile, “Encontrar las diferencias entre un apostador casual y un ludópata puede ser muy sencillo a grandes rasgos. Por ejemplo, mientras que un apostador casual juega para divertirse y define el límite de sus apuestas; las personas con problemas de juego compulsivo juegan hasta ganar o intentar recuperar lo perdido”.
La licenciada Del Caño brindó algunos indicadores de la adicción al juego en las personas:
- Mienten repetidamente
- Presentan un alto grado de competitividad
- Se distorsiona su pensamiento (negación, confianza excesiva, sentido de poder y control, superstición)
- Se muestran inquietos constantemente, irritables y ansiosos
- Se aburren
- Se distraen fácilmente con trastorno de atención
- Bajan el rendimiento escolar y deportivo
- Toleran muy mal la frustración
- Tienen una preocupación excesiva por la opinión o aprobación de los demás
- Muestran una generosidad hasta la extravagancia, no le dan valor al dinero
- Presentan tasas altas de ideación suicida
- Piden plata continuamente sin dar justificativo de para qué la necesitan
- Pasan mucho tiempo conectados a distintas plataformas
- Ocultan lo que realizan y se acuestan a altas horas de la noche
- Comienzan a faltar al colegio
- Presentan trastornos en el sueño
- Tienen trastornos del estado de ánimo (depresión)
- Se aíslan, dejan de compartir con amigos
Cómo impacta en la familia
La adicción al juego en cada familia afectará de un modo diferente, pero las siguientes pueden ser algunas de las consecuencias más habituales del problema, señaló Miguel Roa, psicólogo, sexólogo y experto en psicoterapia breve, egresado de la Universidad Complutense de Madrid:
- Problemas emocionales y psicológicos en todos los miembros de la familia: cambios de humor, ansiedad, tristeza, irritabilidad, sentimientos de culpa, vergüenza, insomnio.
- Deterioro de las dinámicas familiares: afectividad, comunicación, educación de los hijos e hijas y sistema normativo, relación de pareja.
- Minimización y/o ocultación del problema en la fase inicial por toda la familia y por la persona adicta durante mucho más tiempo.
- Problemas económicos y legales: deudas, préstamos, desatención de gastos prioritarios y/o de primera necesidad.
- Problemas laborales en los adultos y académicos en los hijos.
- Conflictos asociados directamente al problema: discusiones, violencia, manipulación, mentiras sobre el dinero y el tiempo que se pasa jugando, etc.
- Aparición de otras adicciones para hacer más llevadera la enfermedad o las consecuencias psicológicas de la misma.
Cómo afrontarlo
Según los expertos, tanto los padres como los educadores juegan un rol fundamental en la detección, prevención y tratamiento de la compulsión al juego.
Según la Sociedad Argentina de Pediatría, “es crucial que los padres, tutores y educadores estén informados sobre los riesgos asociados con las apuestas en línea. Siempre es necesaria la presencia de un adulto responsable cerca del niño para brindar apoyo y hospedaje emocional. La comunicación abierta y honesta sobre este tema es fundamental para evitar peligros”.
Los expertos afirman que la mejor manera de evitar el desarrollo de una adicción o una ludopatía infantil es hablar abiertamente con los adolescentes respecto a los riesgos del uso de redes, del grooming, del acceso irrestricto a la pornografía y de las apuestas online.
Los especialistas recomiendan solicitar ayuda profesional a un psicólogo o psiquiatra si se observan signos de compulsión al juego.
“El tratamiento de las personas con ludopatía comienza con el reconocimiento del problema. Los ludópatas con frecuencia niegan tener un problema o que necesiten tratamiento”, explicó Del Caño.
Las opciones de tratamiento incluyen, según la experta:
- Terapia conductual cognitiva (TCC).
- Grupos de apoyo y de autoayuda.
- En relación a la farmacología “hay pocos estudios, se sugieren los antidepresivos y los antagonistas opioides naltrexona”, afirmó la psiquiatra