Mi mamá se pintaba los labios de memoria, sin mirarse al espejo y con envidiable acierto. No creo que recordara a los griegos durante esa performance, pero para mí no existe síntesis más perfecta del “conócete a ti mismo”, aforismo que, afirman, coronaba el templo de Apolo en Delfos.
Icono de nuestra era –al punto de haber sido incluido con el número 170 entre los emoticones de WhatsApp–, el lápiz labial tal como lo conocemos cumplio ya un siglo y conmueve con sus estadísticas: 900 millones de unidades se comercializan anualmente, informa MAC Cosmetics, que encabeza con ellos su top ten de productos más vendidos.
Aunque la cosmética es una disciplina milenaria (Cleopatra, reina de Egipto, recogió en un manual los usos de su época, nos cuenta Pancracio Celdrán Gomáriz en “El gran libro de la historia de las cosas”, fue el estadounidense Maurice Levy quien diseñó y produjo masivamente en 1915 un lápiz labial con la forma actual: en carcasa metálica, con una barra de color que asciende conforme se gasta y sin necesidad de aplicador adicional.
Erotismo, movimientos sociopolíticos (como el SlutWalk, que se inició en Canadá en defensa de las víctimas de violencia sexual) e incluso índices de consumo han tomado al lápiz labial como símbolo de profundas transformaciones globales. En 1912, el movimiento sufragista que marchaba en los EE.UU. por el voto femenino usó el rojo furioso en los labios (reservado un siglo antes a prostitutas y actrices) como símbolo de su independencia frente a los valores masculinos.
A mediados de la década del 40, Leonard Lauder, director de la empresa de maquillaje Estée Lauder, propuso incluso el lipstick index, un parámetro que relacionaba la venta de labiales con las contracciones económicas (durante la Gran Depresión se había vendido un 25% más). Según este índice la demanda de lápices rojos se disparaba en las crisis: si las mujeres debían optar por una sola muestra de coquetería se inclinaban por el labial y de ese color garantizaba un maquillaje contundente. Ese lugar, señalan las estadísticas, parece ocuparlo hoy el esmalte de uñas.
El cruce entre makeup, negocios y sociología no para de crecer. En España, según el diario La Vanguardia, un tercio de las mujeres se pinta los labios diariamente. En la Argentina, en tanto, si se puede, la inseguridad se maquilla: algunos bancos ofrecen a sus clientas vip un seguro contra robo de carteras por un monto mensual que cubre, entre otros rubros, un reintegro por cosméticos.
No estaría bueno tramar un rito absolutamente femenino: donde nos regaláramos labiales de colores fuertes, deseándonos sin palabras besos indelebles. Seguro que no falla. No sé, solo se me ocurre!
Gentileza:
Beatriz Genchi
Museóloga – Gestora cultural
bgenchi50@gmail.com
Puerto Madryn – Chubut.
Beatriz Genchi
Museóloga – Gestora cultural
bgenchi50@gmail.com
Puerto Madryn – Chubut.