El Ministerio de Energía y Ambiente recibió una donación de WCS Argentina, Greater Good Charities y GreaterGood.com para ampliar la posesión pública de esta reserva que es un sitio volcánico propuesto como candidato a Patrimonio Mundial Natural ante la Unesco. “Esto nos permitirá fortalecer nuestra candidatura”, afirmó la ministra Jimena Latorre.
La Reserva La Payunia, una de las maravillas naturales del mundo, ubicada en Malargüe, agrega 20 mil hectáreas de tierras protegidas al dominio público gracias a un convenio del Ministerio de Energía y Ambiente con WCS Argentina, Greater Good Charities y GreaterGood.com.
Las tres entidades, de renombre mundial, colaboran en la conservación de la naturaleza, la flora y la fauna, y donaron a la provincia de Mendoza 20 mil hectáreas gracias a un riguroso trabajo público-privado que apunta a que este tesoro mendocino siga creciendo.
“Esta importante ampliación de la superficie pública nos permite fortalecer la candidatura de Payunia como Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco y nos permitirá fortalecer el destino turístico y la generación de empleo asociada”, sostuvo la ministra de Energía y Ambiente, Jimena Latorre.
“La colaboración de todas las partes involucradas marca un hito para La Payunia, la mayor área natural protegida de Mendoza y una de las más grandes de la Patagonia. Consideramos fundamental incrementar la superficie de tierras públicas destinadas a la conservación del patrimonio natural y cultural a perpetuidad para beneficio de generaciones presentes, futuras y el desarrollo de actividades turísticas sustentables”, afirmó Sebastián Melchor, subsecretario de Ambiente.
Protección del suelo y de la vida silvestre
La ampliación de la superficie pública de La Payunia es el resultado de una visión compartida entre el Gobierno provincial, organizaciones de la sociedad civil, productores y donantes durante la última década.
El objetivo para 2024 es incorporar como mínimo 40 mil hectáreas a la administración provincial. La primera etapa incluye la adquisición de 20 mil hectáreas en abril, seguida del resto en mayo. El proceso se formalizará con un decreto provincial para incorporar las tierras donadas al patrimonio público de la reserva, seguido de una ley provincial que ratifique el decreto.
“Muchas áreas protegidas combinan tierras públicas y privadas destinadas a diferentes usos. La incorporación de nuevas tierras al dominio público mendocino en La Payunia fortalece el rol estatal en la protección de la vida silvestre, los servicios ecosistémicos y el patrimonio cultural arqueológico y geológico. Además, ofrece oportunidades para las comunidades locales mediante el potencial uso público y turístico”, destaca Andrés Novaro, director de Conservación Terrestre de WCS Argentina.
Conservación Terrestre de WCS Argentina es una organización que trabaja para restaurar y mantener silvestres las áreas protegidas de la estepa patagónica, utilizando un enfoque colaborativo y basado en la ciencia.
La Payunia abarca un paisaje imponente, con más de 800 conos volcánicos y coloridas planicies habitadas por gran diversidad de especies vegetales y animales, como el choique, el zorro colorado, la mara, el puma y el cóndor andino. Además, desempeña un papel crucial en la conservación de procesos ecológicos amenazados, como la migración de guanacos, una especie que depende de hábitats extensos y conectados para sobrevivir.
Cuidar las migraciones ancestrales de guanacos
A comienzos de 2000, los crianceros que habitaban La Payunia eran conscientes de que los guanacos realizaban extensas migraciones estacionales, en una época en que la comunidad científica aún consideraba que la especie era mayoritariamente sedentaria.
A través de un estudio de telemetría, junto a investigadores del Conicet, WCS Argentina pudo confirmar los patrones migratorios de la especie y desde entonces trabaja allí para investigar y proteger este proceso ecológico amenazado a nivel mundial.
Las 40 mil hectáreas a incorporar en 2024 abarcan buena parte del área de uso invernal durante la migración de los guanacos, complementando la incorporación al dominio público integral de 42 mil hectáreas realizada en 2019 en un área clave de uso y reproducción de los guanacos en verano. El uso estacional del espacio que realiza el guanaco de hasta 150 kilómetros totales de ida y vuelta permite la regeneración de las pasturas y ayuda a los suelos a almacenar carbono, favoreciendo la integridad del ecosistema.
La migración de los guanacos se encuentra amenazada debido a la interrupción de corredores por alambrados y caminos, la degradación de hábitats debida a la ganadería no planificada, la extracción de hidrocarburos y la caza furtiva. La superficie se integrará a las tierras públicas de la reserva, por lo que se removerá el ganado, entre otras medidas de manejo que favorecerán estos desplazamientos anuales.
Promoviendo el uso público de la reserva a perpetuidad
La Payunia se destaca como una de las áreas naturales protegidas más extensas de la Patagonia, con una riqueza natural, geológica, fosilífera y arqueológica de profundo interés para el turismo, la ciencia y la educación.
Los esfuerzos actuales para expandir la superficie de tierras públicas protegidas en su territorio buscan preservar su patrimonio natural y cultural y generar nuevas oportunidades de desarrollo para las comunidades locales basadas en lo atractivo de estos notables rasgos paisajísticos y fenómenos naturales.
Además, se busca potenciar el uso sostenible de la reserva mediante la actualización del plan de gestión en colaboración con las partes interesadas. Esto implica evaluar actividades económicas compatibles con la conservación, como la ganadería regenerativa en tierras privadas, la comercialización de fibras y otros productos ganaderos certificados, y el turismo rural y de naturaleza de bajo impacto.
Este hito de ampliación de tierras púbicas refleja el compromiso y los resultados del trabajo conjunto a través de alianzas público-privadas, que no solo mejoran la experiencia de las generaciones actuales y futuras al permitir un mayor disfrute público sino que también contribuyen a mantener los servicios ambientales proporcionados por la naturaleza y a mejorar la adaptación de la zona al cambio climático.