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Esta costumbre católica se relaciona con una actitud de sacrificio, en los días reflexivos previos a la Pascua, que recuerdan la crucifixión de Jesús
Durante la Semana Santa, que este año coincide con el jueves 28 y viernes 29 de marzo, existen determinadas costumbres para la comunidad católica que se cumplen en estas jornadas de reflexión, previas a la Pascua, y una de ellas está vinculada al consumo de pescado, sobre todo en el Viernes Santo.
Para la liturgia la Semana Santa es un tiempo de reflexión y oración que recuerda el sufrimiento de Jesús antes de ser crucificado, por lo que los católicos en estos días realizan una introspección y una purificación espiritual, que incluye un período de penitencia, y quienes lo decidan pueden realizar una jornada de ayuno y abstinencia.
Sin embargo, la mayoría de los creyentes opta por comer pescado durante el Viernes Santo, debido a que coincide con el día en que Jesús muere en la cruz, y se acompaña ese hecho tan central para la Iglesia con un sacrificio, como es no consumir carnes rojas o de aves.
Más allá de la ingesta de pescado durante el Viernes Santo, el concepto esencial de estos días es realizar un sacrificio personal, que puede estar vinculado a otras acciones o valores, como el perdón, la tolerancia, la empatía, un gesto de ayuda y solidaridad hacia los demás, o la intención de cambiar alguna actitud que no va en línea con los preceptos bíblicos.
“Todos los viernes, a no ser que coincidan con una solemnidad, debe guardarse la abstinencia de carne, o de otro alimento que haya determinado la Conferencia Episcopal”, se lee en un fragmento del artículo 1251, parte del capítulo II del Derecho Canónico, que recoge las normas, derechos y obligaciones de la Iglesia católica.
“Todos los fieles, cada uno a su modo, están obligados por ley divina a hacer penitencia; sin embargo, para que todos se unan en alguna práctica común de penitencia, se han fijado unos días penitenciales, en los que se dediquen los fieles de manera especial a la oración, realicen obras de piedad y de caridad y se nieguen a sí mismos, cumpliendo con mayor fidelidad sus propias obligaciones y, sobre todo, observando el ayuno y la abstinencia, a tenor de los cánones que siguen”, define el canon 1249 de la ley evangélica.
Es por ello que en el Viernes Santo se busca alejar a los fieles de los placeres en la alimentación. Esta tradición remite a la Antigüedad, cuando las carnes rojas eran las protagonistas de los banquetes.
El pescado, en cambio, toma otro significado virtuoso para la liturgia, ya que, por asociarse con el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, tanto el pescado como los mariscos, sí pueden consumirse en esta fecha.
Como sucede en cada Viernes Santo, es importante considerar que el hecho de guardar ayuno no significa necesariamente no ingerir alimentos, sino hacerlo de manera más moderada.
Qué días de Semana Santa son feriados
La Semana Santa se caracteriza por contar con un feriado y un día no laborable. Además, este año a los francos de jueves y viernes se suman los feriados de lunes y martes, lo que conforman un fin de semana extralargo de seis días.
El Jueves Santo es un día no laborable, en el que el empleador tiene la potestad de dar o no el asueto. En caso de no concederlo, tampoco tendrá la obligación de abonar el doble por la jornada.
En cambio, el Viernes Santo es feriado nacional. Por su estatus en el calendario oficial, la mayoría de las personas no tendrán que trabajar, y quienes sean convocados a sus puestos van a tener derecho a cobrar el doble de paga diaria.
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/sociedad/por-que-se-come-pescado-en-semana-santa-nid25032024/
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