¿Realidad o ficción? La teoría de la existencia de una supuesta pirámide en la Antártida ha estado congelándose y descongelándose por años en los medios. En este breve artículo se analiza lo que se sabe sobre esta singular característica en el continente blanco y qué tan piramidal es el asunto.
Como bien se sabe, existen pirámides alrededor de todo el mundo, desde Mesoamérica, hasta Egipto, Indonesia y China. La construcción de algunas de estas moles, incluso se han atribuido a una suerte de civilización madre que ha desaparecido en las arenas del tiempo —aunque en el caso de la Antártida debería ser nieve y no arena si así fuera—. Si ponemos en Google Earth las coordenadas 79°58’39.2″S, 81°57’32.2″W, nos encontramos con algo que a simple vista de satélite parece otro de estos ancestrales monumentos que apuntan con sus vértices a los cielos. ¿Pero qué tan probable es que realmente sea una pirámide?
La Antártida ha estado cubierta de hielo y nieve durante millones de años. El proceso de acumulación de hielo y nieve se inició hace aproximadamente 34 millones de años, cuando el continente comenzó a enfriarse y el hielo a acumularse en su superficie. A lo largo de las eras geológicas, las capas de hielo se han expandido y retraído debido a variaciones en el clima y a factores geológicos, pero siempre ha sido un ambiente hostil desde entonces, con temperaturas que pueden descender por debajo de los -80 °C en algunas zonas. Es decir, ninguna civilización inteligente sobre la faz de la tierra pudo tener los recursos para erigir una estructura piramidal de proporciones titánicas allí, el continente ha sido blanco millones de años antes de que los primeros humanos se atrevieran a navegar los mares.
Algunos podrían ignorar la evidencia geológica y citar ejemplos de mapas antiguos que mostrarían a la Antártida sin hielo, como el de Piri Reis de 1513 o el de Oronteus Finaeus de 1531. Sin embargo, tales interpretaciones de estos mapas han sido explicadas por expertos como simples confusiones de exégetas demasiado heterodoxos. Por ejemplo, el susodicho mapa de Piri Reis no muestra realmente la Antártida sin hielo, sino la Patagonia doblada como una continuación de la costa sudamericana.
Según un artículo publicado en MysteryPlanet.com.ar observan que las fotos de la montaña confundida por una pirámide, se pueden ver claros desniveles e imperfecciones en sus lados y bordes —no cubiertos de nieve—, típicos de una formación natural y no de la elaborada obra de humanos antediluvianos. ¿Cómo se formó? La montaña antártica, que no tiene un nombre formal aún, es uno de los muchos picos que forman las montes Ellsworth, que fueron descubiertos por el aviador estadounidense Lincoln Ellsworth durante un vuelo el 23 de noviembre de 1935. El pico piramidal está en un área llamada Heritage Range, que es conocida por sus extraordinarios fósiles, según un informe del USGS. La montaña no es tan alta según los estándares planetarios, solo 1.265 metros.
“Puede que la montaña no tenga la altura de Denali, pero su forma piramidal única la distingue”, dijo Mauri Pelto, profesor de ciencias ambientales en Nichols College en Dudley, Massachusetts. “La erosión por congelación y descongelación probablemente condujo a su forma piramidal. Esto sucede cuando la nieve o el agua llenan las grietas dentro de una montaña durante el día. Al caer la noche y bajar las temperaturas, la nieve se congela y se expande, convirtiéndose en hielo. El hielo en expansión hace que crezcan las grietas”. “Esta erosión por congelación y descongelación ocurre innumerables veces, lo que lleva a la creación de grietas más grandes que pueden, eventualmente, hacer que se rompan secciones enteras de roca. Estas fuerzas probablemente también dieron forma a otras montañas piramidales, incluido el Matterhorn en los Alpes”, añadió Pelto.
Con tres de sus cuatro lados erosionándose aproximadamente a un ritmo homogéneo, se sugiere que la montaña posee una consistente composición de roca, sin estratos que resulten más resistentes a la erosión. Aunque la erosión en su cara oriental, al contrario, adopta un carácter distintivo. Mientras las otras crestas descienden hacia abajo, esta parte se proyecta hacia el este, elevándose hacia terrenos aún más altos. Conclusión A pesar de que su prominencia mediática es contemporánea, esta montaña no es una recién llegada al escenario. Su descubrimiento data de hace mucho tiempo y, de hecho, al sur de ella se encuentra una base de investigación para científicos especializados en climatología, situada en una región conocida como Patriot Hills.
En resumen, la montaña antártica, aún sin bautizar formalmente, destaca como parte de los montes Ellsworth en el Heritage Range. Su singular forma piramidal es el resultado de procesos de erosión por congelamiento y descongelamiento, y a pesar de su modesta altura, su distinción radica en esta característica morfológica única. Su historia y contexto de descubrimiento subrayan su importancia en el panorama antártico.
Gentileza:
Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
Puerto Madryn – Chubut.
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