No es la primera vez que ocurre. Ya Michael Jackson, Maríah Carey o -más cerca en el tiempo- Lady Gaga, entre otros pesos pesados de la industria lo hicieron. Pero esta vez se rompió, y tal vez definitivamente, la previsibilidad de la industria musical en los Estados Unidos. Espoleado por las redes sociales y los videos de personas comunes y corrientes, el «Harlem shake» de Baauer debutó en el número 1 del Hot 100 de Billboard y marcó un quiebre. Por primera vez las redes sociales le torcieron el brazo a la industria.

Los últimos dos antecedentes de una canción que debuta directamente en el número 1 del principal ranking musical de los Estados Unidos son propiedad de Lady Gaga, con su «Born this way», y de Katy Perry, con «Part of me». Ambos casos, el año pasado y el anterior, más que previsibles.

No fue así lo de Baauer, el nombre artístico del productor de música electrónica Harry Rodrigues. En rigor, su «Harlem shake» había sido lanzado al mercado en mayo del año pasado. ¿Cómo es que comenzó a venderse en cantidades industriales en esta semana?

Todo fue producto de una broma del comediante estadounidense Filthy Frank. Y de la capacidad de la web para que el aleteo de una mariposa por allí desate un huracán por allá. Frank publicó un video en YouTube en el que bailaba un fragmento de «Harlem shake» junto a otras tres personas, una de ellas disfrazada de Power Ranger.

Fue a comienzos de febrero. A las pocas horas, empezaron a verse en la red de videos versiones de aficionados de la humorada de Frank. Una en particular, en la oficina de una productora audiovisual, tuvo mucho éxito. Y se repitió, una y otra, y otra vez.

Los videos acumulan ahora casi 60 millones de visitas en la página de videos más importante del mundo. E impulsaron al olvidado simple de Baauer a la cima del Hot 100, en apenas una semana.

El antecedente más claro es, sí, el «Gangnam style» del surcoreano Psy, aunque su éxito fue de cocción más lenta y se quedó en la antesala. El Baile del caballo «sólo» llegó al número 2 del ranking de Billboard. La técnica, parece, fue perfeccionada. La vida y muerte de un hit es ahora imprevisible.

Por Guillermo dos Santos Coelho- Diario Clarin