Después de la devaluación, muchas compañías de consumo masivo enviaron listas con aumentos de hasta 100%. El caso del aceite de oliva y el arroz doble carolina
Las empresas de consumo masivo concentraron los incrementos de precios fuertes luego de la asunción de Javier Milei, cuando ya estaba claro que habían cesado los controles de precios. Llegaron listas a los supermercados ni bien arrancó esa primera semana de la nueva gestión y otras luego de la devaluación. Pero todas las compañías aprovecharon para acomodar sus precios atrasados y ajustarlos a la nueva realidad. Se produjeron saltos de hasta 200%, en el caso de los aceites; de 150% en las harinas; y de 100% en alimentos como el arroz o los panificados, entre otros rubros. Otros subieron menos, pero nunca por debajo del 50%. Y si bien esta semana se tomaron un descanso, la gran mayoría volverá a aumentar en enero, dependiendo de lo que suceda con el consumo.
El rubro de los aceites es el que más incrementó sus precios durante diciembre. El aumento de 200% se explica por el fin del fideicomiso que sostenía en niveles muy bajos los valores de varios formatos de aceite de soja, girasol y sus mezclas en el mercado interno a base de un subsidio que otorgaba la exportación a los operadores de la plaza local. Ese fondo finalizó el 7 de diciembre y el producto acomodó sus precios a los reales, en base también al mercado internacional. Hoy una botella de litro y medio de aceite de girasol en un supermercado cuesta $2.200 -varía algo por la marca-, mientras que en noviembre, antes del cambio de gobierno, costaba $1.200, según el promedio medido por el Indec. En las cadenas valía incluso menos. El aceite de maíz cuesta $2.400 el litro; no estaba en el fideicomiso pero tenía igualmente controles.
“Las harinas subieron 150%, el aceite, 200%, el arroz, 70%; los panificados, más de 100%; las bebidas, entre 80% y 100% y los lácteos, 45% aproximadamente”, dijo una fuente del supermercadismo
Lo que aumentó de forma exponencial es el aceite de oliva, que cuesta entre $15.000 y $18.000 el litro. ¿Qué pasó con este producto que, si bien es de nicho, se había vuelto más accesible en los últimos años? Según afirmaron en la industria, el precio de la tonelada se duplicó en un mes, al pasar de USD 5.000 en noviembre a USD 9.000 hoy. Sucede que el 50% del aceite de oliva que se consume en el mundo se produce en España y el país europeo ya viene de dos cosechas magras. La de este año está en proceso pero se espera una fuerte merma productiva (la mitad aproximadamente), por lo que “el mundo se va a dejar de abastecer en un 25% de aceite de oliva”, dijeron en una empresa aceitera.
En el caso de la harina, también los precios estuvieron pisados producto de los fideicomisos diseñados por el gobierno anterior. En el caso del fondo privado, el objetivo era subsidiar la harina de trigo 000 de 1 kilo y 5 kilos, además de los fideos secos de 500 gramos, 1 kilo y 5 kilos. Hoy, dependiendo de la marca, el precio del kilo de harina 000 oscila entre $400 y $600, el doble que el mes anterior.
Otro alimento que trepó de forma exponencial es el arroz, que ya advertía serios inconvenientes de oferta a raíz de la sequía y los bajos rindes de la cosecha. Luego se le sumó la presión que generó en el precio local el dólar agro y hoy cuesta una tonelada de arroz cáscara (la materia prima) $420.000, cuando hace un año costaba $40.000. Así, con la liberación de los controles, también subió fuerte el valor en góndola. Según el Indec, en noviembre el kilo de arroz blanco simple costaba $1.000; hoy en los supermercados el largo fino más barato ronda los $1.500. Pero ahora comienza a registrarse en las cadenas una amplia diferencia de precios entre las marcas. En el caso de este producto, los precios oscilan entre ese valor y $5.000 que cuesta el arroz doble carolina de caja marca Gallo. Y los arroces especiales, preparados, ascienden a $10.000 o más el kilo.
“Las harinas subieron 150%, el aceite, 200%, el arroz, 70%; los panificados, más de 100%; las bebidas, entre 80% y 100% y los lácteos, 45% aproximadamente”, dijo una fuente del supermercadismo. Otra del mercado sumó: “Varias marcas de papel higiénico superaron el 100% con sus listas; lo mismo las de pastas de dientes”. Según los precios online de las cadenas, hoy un paquete de papel higiénico doble hoja de 30 metros cuesta entre $2.000 (marca Higienol) y $2.600 (Elite), mientras que una pasta dental marca Colgate original de 180 gramos cuesta $1.800. En el caso de los panificados, un pan salvado marca Fargo de 360 gramos ya cuesta 2.000 pesos.
“El mercado de consumo masivo transfirió rápidamente a precios la devaluación del tipo de cambio oficial mayorista. A su vez, el comportamiento social involucró una aceleración en la velocidad de circulación del peso para cambiarlo por bienes, lo que aceleró más la inflación y la llevó a niveles récord mensuales que no se registraban desde 1991″, consideró Damián Di Pace, director de la Consultora Focus Market. Según él, el consumo masivo comenzó a rezagarse en la tercera semana de diciembre, con una caída del 15% respecto de la semana anterior en bocas de supermercados de hasta 500 m2. “Esto se está registrando en las últimas semanas de diciembre que estacionalmente son las de mayor volumen de ventas del año, por lo cual estimamos que los próximos meses el deterioro de caída en las ventas puede ser mayor”, agregó.
Fuente:https://www.infobae.com/economia/2023/12/29/inflacion-de-alimentos-los-aumentos-mas-disparatados-de-las-ultimas-dos-semanas/
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