Pasaron 127 años desde la decisión política de crearlo. Si bien hoy figura entre los principales parques urbanos de Argentina, en su momento despertó debates entre el oficialismo y la oposición. Entre otras curiosidades: la historia de la Penitenciaría, el contacto de Coni con Thays y cómo un paseo aristocrático se convirtió en un emblemático parque popular.
Creado a solo 80 años de la declaración de la Independencia (1896), Thays diseñó una de las obras naturales más visitadas la Ciudad de Mendoza. Y seguramente para el botánico y paisajista debe haber representado un desafío especial: desarrollar un espacio verde en un clima adverso, con un régimen de lluvias significante, muy inferior al de la Ciudad de Buenos Aires. En CABA proyectó e intervino 69 plazas y paseos públicos, entre ellos los bosques de Palermo.
Como todo proyecto innovador y de grandes dimensiones -el original abarcaba 329 hectáreas-, desata polémicas entre oficialistas y opositores. El Gobierno sostenía que el objetivo era subsanar problemas sanitarios, mientras la oposición proponía solucionarlos con una inversión menor en cloacas y agua, y señalaba fervientemente que el parque no era accesible para todos.
Lo que es cierto desde todas las perspectivas es que el Parque es el espacio verde de la Ciudad de Mendoza donde crecen curiosidades de distinto orden, como la historia de la Penitenciaría, el contacto de Coni con Thays y cómo un paseo aristocrático se convirtió en un emblemático parque popular.
Luego del terremoto de 1861, la Penitenciaría quedaba dentro de los límites de la Nueva Ciudad, más precisamente donde hoy está hoy el Hotel Hyatt. Cuando el director de Saneamiento, Emilio Coni, proyecta su reubicación, contacta a Thays para que colabore en el desarrollo del Parque, que implica, a través de la forestación, mejoras de defensas aluvionales y de soluciones a problemas sanitarios.
La decisión política, sumada al conocimiento técnico, permite plantar en un suelo árido y con un sistema de riego escaso o inexistente. Una de las claves: remplazar ejemplares y hasta cambiar las especies, por las que mejor soportaban las condiciones climáticas del piedemonte.
Recién en la década de 1920 fue popularizado su uso. Esto sucedió en la gobernación de José Néstor Lencinas, cuando se crea La Rosaleda o Rosedal, entre 1919 y 1920, y la llegada del transporte público de la línea número 3 del tranvía hasta la calle Boulogne Sur Mer, en 1925.
Considerado el Parque artificial más grande de Sudamérica y, volviendo al principio, dice Ricardo Ponte: “Resulta paradójico que una obra tan cuestionada en sus orígenes sea tan apreciada en la actualidad, ya que el parque ha terminado siendo uno de los hitos fundamentalesde la vida urbana mendocina”. En otro párrafo de su artículo en el libro del Centenario del Parque, Ponte indica: “La oligarquía mendocina finisecular estaba convencida de que este parque era lo que realmente la vinculaba con la ‘civilización’ y lo único que en la ciudad valía la pena mostrar”.
Después de la etapa oligárquica llega la fase popular. Es cuando se crea El Rosedal (llamada inicialmente La Rosaleda), para comenzar a poblarse de clubes. Es decir que pasó del concepto de paseo aristocrático en la “era Civit” a espacio popular en el gobierno de Lencinas. Hoy, en el Parque funcionan ocho clubes: Hípico, Regatas, Golf, Mendoza Tenis, Andino Tenis, Gimnasia y Esgrima e Independiente Rivadavia. A ellos se suma el club de la UNCuyo.
Curvas elípticas y orden asimétrico: Ya sabemos: el Parque es la de pulmón de la ciudad: el aire que viene desde el Oeste pasa por los bosques del parque, lo purifican los árboles y llega ya limpio y puro a la nueva ciudad. Quizás sea menos conocido que en los parques diseñados por Thays, predominan las formas curvas elípticas y un ordenamiento dinámico y asimétrico en el que se ligan de modo particular la tradición francesa e inglesa.
Más de 20 hitos arquitectónicos
Hoy alberga más de 20 edificios emblemáticos de Mendoza, entre clubes, museos, escuelas centro universitario y paseos, entre otros.
Las casas de los Arena y casa de los Huésped, ubicadas frente a los portones, funcionan como un conjunto arquitectónico que articula con la avenida Boulogne Sur Mer.
El Lago, El Rosedal, Playas Serranas, la Isla y el Museo Cornelio Moyano integran otro conjunto dentro del gran parque de Mendoza.
La Escuela Hogar Eva Perón y el Centro Universitario de la UNCuyo, de 22 hectáreas, son los dos puntos educativos destacados. También el Parque es sede de la ciencia, específicamente del Centro Regional de Investigaciones Científicas y Tecnológicas (CRICYT), así como del Servicio Meteorológico Nacional
El teatro Pulgarcito y el teatro griego Frank Romero Day constituyen los dos espacios de espectáculos. El segundo es el escenario donde cobra vida el género más identitario de Mendoza: el acto central de la Fiesta Nacional de la Vendimia.
El edificio perteneciente al pabellón del Ministerio de Obras Públicas, más conocido como edificio Cuba, realizado para la Feria de América en 1954.
Los estadios Malvinas Argentinas y Arena Aconcagua son los grandes espacios para espectáculos deportivos.
El ícono turístico lo constituye el Cerro de la Gloria y su escultórico monumento a la gesta libertadora, liderada por el General José de San Martín.
El antiguo Hospital Emilio Civit, donde funcionan el Espacio de fotográfico Máximo Arias, una oficina del Registro Civil y la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FACEN) de la UNCuyo, junto al futuro Ecoparque (antiguo Zoo) y el Parque Aborigen, son otros tres puntos que suman aún más atracciones en el que fue Parque del Oeste.
En síntesis, son más de 20 las esculturas y monumentos que “pueblan” el gran parque de los mendocinos y que si bien las vemos periódicamente, son muchos los secretos que albergan estas joyas. Ver mucho más en Los secretos mejor expuestos del Parque San Martín Nota I – Nota II – Nota III y El deporte se siente en el Parque.
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