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Las personas que comen salmón o caballa regularmente, por ejemplo, tienen menos probabilidades de morir de enfermedades cardíacas; sin embargo, los relevamientos no han demostrado que este tipo de productos aporten las mismas propiedades
La venta de estos suplementos es un negocio multimillonario, y muchas personas toman diariamente cápsulas de pescado, convencidas de que los ácidos grasos Omega-3 que contienen son buenos para la salud en general y la cardiovascular, en particular.
Si bien es cierto que quienes comen pescado y frutos de mar regularmente son menos propensos a morir de cardiopatías, los estudios no han demostrado que el consumo de estos suplementos aporte los mismos beneficios. Sin embargo, el marketing del aceite de pescado sigue haciendo aseveraciones de salud que incluye un amplio rango de beneficios, según un estudio publicado el miércoles por la revista científica JAMA Cadriology.
Los investigadores analizaron las etiquetas y los prospectos de al menos 2000 suplementos que se adjudican beneficios para la salud, y descubrieron que más del 80% recurre a lo que se conoce como “afirmación de estructura y función”, una descripción general del rol de los ácidos grasos Omega-3 en el cuerpo, como que “fomenta la salud del corazón” o que “ayuda al corazón, la mente y el estado de ánimo”. De esas afirmaciones, las más abundantes (62%) son referidas a la salud cardiovascular.
El aceite en cuestión contiene ácidos grasos Omega-3, ácido eicosapentaenoico (EPA) y ácido docosahexaenoico (DHA), que se encuentra en forma natural en pescados grasosos, como el salmón. Los altos niveles de esos Omega-3 han sido vinculados con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares, pero como señalan varios expertos, esos hallazgos observacionales se basan en las cantidades de Omega-3 presentes en la dieta de una persona, y no en el consumo de suplementos. De hecho, dos recientes y extensos estudios clínicos mostraron que estos productos que se comercializan no mejoran la salud cardiovascular.
“Es cierto que los ácidos grasos Omega-3 están presentes en el cerebro y son importantes para todo tipo de funciones cerebrales –apunta–. Lo que no se ha demostrado con ensayos de alta calidad es que ingerir más cantidad, bajo la forma de suplementos de aceite de pescado, conduzca a un mejor rendimiento o a la prevención de enfermedades.”
Sin respaldo científico
Después de escuchar constantemente que sus pacientes tomaban esos suplementos por sus supuestos beneficios para la salud del corazón y de observar su sorpresa cuando les decía que los beneficios no eran tales, Navar y sus colegas decidieron hacer una lista de las afirmaciones hechas en las etiquetas y prospectos de estos productos.
A lo largo de la investigación, Navar dijo haberse “alarmado” al comprobar que las etiquetas de los suplementos suelen incluir afirmaciones sobre sus beneficios para una amplia variedad de órganos del cuerpo, incluidos el corazón, el cerebro y los ojos.
“No me sorprende que mis pacientes crean que el aceite de pescado les hace bien”, dice Navar.
Investigaciones anteriores habían arrojado “resultados contradictorios” sobre los beneficios para el corazón, y en los últimos años esas dudas se multiplicaron con la publicación de nuevos estudios.
En un ensayo aleatorio sobre más de 15.000 pacientes diabéticos —uno de los factores de riesgo de enfermedades cardíacas—, el peligro de un evento cardiovascular grave no fue significativamente diferente entre los que tomaban suplementos de Omega-3 y los que no.
Otro ensayo aleatorio que incluyó a más de 25.000 participantes demostró que la suplementación no reducía el riesgo de sufrir un evento cardiovascular importante, como tampoco de desarrollar cáncer.
En la dieta
Es preocupante que los fabricantes de suplementos de aceite de pescado sugieran, sin prometer, una variedad de beneficios para la salud, porque la evidencia no lo respalda, señala Luke Laffin, cardiólogo de la Clínica Cleveland, que no participó en el estudio.
“Si realmente pensáramos que aporta beneficios, todos los cardiólogos lo estaríamos recetando”, apunta Laffin.
El cardiólogo dice que suele alentar a sus pacientes a que incorporen esos ácidos grasos Omega-3 a través de su dieta. Pescados como el salmón y la caballa, las semillas de lino y de chía son ricos en Omega-3, y agrega que consumirlos es parte de un patrón dietético saludable, “algo sumamente importante si lo que buscamos es preservar la salud cardiovascular”.
“Como cardiólogos, queremos que la gente tome medicamentos que realmente sirven, y no cosas que no los van a ayudar”, señala Laffin.
Por Lindsey Bever
(Traducción de Jaime Arrambide)
The Washington Post
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/sociedad/nuevo-estudio-que-beneficios-para-la-salud-tienen-los-suplementos-de-aceite-de-pescado-nid26082023/
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