San Rafael, Mendoza jueves 28 de noviembre de 2024

El Banco Mundial advierte del riesgo de crisis financiera en los países emergentes

Activistas reclamando al nuevo presidente del Banco Mundial una acción decidida contra el cambio climático, la semana pasada en Washington.Activistas reclamando al nuevo presidente del Banco Mundial una acción decidida contra el cambio climático, la semana pasada en Washington.ERIC KAYNE (AP)

El organismo señala que la economía global está en una situación “precaria”, aunque eleva las previsiones de crecimiento

La lucha contra la inflación en Estados Unidos puede acabar derivando en una crisis financiera en los mercados emergentes, según el Banco Mundial. El organismo que desde la semana pasada preside Ajay Banga ha elevado las previsiones de crecimiento de la economía mundial para este año, pero advierte de que la situación es “precaria”, según su informe de Perspectivas económicas mundiales. La entidad con sede en Washington dedica una especial atención al impacto que las subidas de los tipos de interés en Estados Unidos pueden tener en las finanzas de los países en desarrollo. En el caso de Latinoamérica, el organismo alerta de que la incertidumbre política de algunos países está lastrando la economía.

“Las lecciones de la historia económica son contundentes”, indica el informe. “Las rápidas subidas de los tipos de interés, como las que se han producido en Estados Unidos en el último año, están correlacionadas con una mayor probabilidad de crisis financieras en los países emergentes y en desarrollo”, continúa. El organismo indica en un capítulo especial dedicado a ello que las subidas de tipos de la Reserva Federal aumentan la probabilidad de crisis de deuda soberana, de divisas y bancarias en los países emergentes.

“Y si la actual tensión bancaria en las economías avanzadas se traduce en una agitación financiera generalizada que afecte a los países emergentes y en desarrollo, se habría llegado al peor de los escenarios: la economía mundial experimentaría una profunda recesión el próximo año”, añade.

Ese no es el escenario central de las previsiones que dibuja hoy por hoy el Banco Mundial. Su economista jefe, Indermit Gill, ha presentado este martes las nuevas previsiones en una llamada con periodistas. Desde su anterior proyección, publicada en enero, el organismo ha elevado su previsión de crecimiento de la economía mundial para este año 0,4 puntos, hasta el 2,1%, desde el anterior informe, de enero pasado. Eso aún supone una desaceleración frente al 3,1% de crecimiento de 2022, pero algo menos brusca de lo esperado. Para 2024, en cambio, la previsión baja tres décimas, hasta el 2,4%.

“La forma más segura de reducir la pobreza y extender la prosperidad es a través del empleo, y un crecimiento más lento dificulta mucho más la creación de puestos de trabajo”, ha señalado Ajay Banga, nuevo presidente del Banco Mundial, a través de un comunicado. “Es importante tener en cuenta que las previsiones de crecimiento no son el destino. Tenemos la oportunidad de invertir la tendencia, pero para ello tendremos que trabajar todos juntos”.

Hasta ahora, la mayoría de los países emergentes y en desarrollo solo han sufrido daños limitados por las recientes tensiones bancarias en las economías avanzadas, pero ahora “navegan en aguas peligrosas”, dice el Banco Mundial. Con unas condiciones crediticias mundiales cada vez más restrictivas, una de cada cuatro países en desarrollo ha perdido de hecho el acceso a los mercados internacionales de bonos, según sus cálculos. La restricción es especialmente grave para las economías emergentes con vulnerabilidades subyacentes, como una baja solvencia crediticia. Las previsiones de crecimiento de estas economías para 2023 son menos de la mitad de las de hace un año, lo que las hace muy vulnerables a nuevas perturbaciones.

El crecimiento mundial podría ser más débil de lo previsto en caso de tensiones más generalizadas en el sector bancario o si unas presiones inflacionistas más persistentes impulsaran una política monetaria más restrictiva de lo previsto, advierte Gill y su equipo. Las débiles perspectivas de crecimiento y los mayores riesgos a corto plazo agravan una ralentización a largo plazo del crecimiento potencial, que se ha visto exacerbada por las perturbaciones superpuestas de la pandemia, la guerra de Ucrania y el fuerte endurecimiento de las condiciones financieras mundiales. “La economía mundial sigue en una situación precaria”, dice el Banco Mundial, que además teme que la resistencia que la actividad ha exhibido a principios de año se desvanezca.

El mayor frenazo se concentrará en las economías avanzadas, que pasarían de crecer un 2,6% en 2022 a solo un 0,7% en 2023, para repuntar hasta el 1% en 2024. Es sobre todo la zona euro la culpable, al pasar del aumento del producto interior bruto del 3,5% del año pasado al 0,4% de este mientras que Estados Unidos pasa del 2,1% al 1,1%. Eso, a pesar de que el Banco Mundial ha elevado la previsión de crecimiento para este año (0,6 puntos para EE UU y 0,4 para la zona euro, en comparación con el pronóstico de enero).

Las economías emergentes, en cambio, acelerarán el crecimiento este año gracias a la pujanza de China. En su conjunto, pasan de un crecimiento del 3,7% en 2022 al 4,0% este año, después de que el Banco Mundial haya mejorado 0,6 puntos la previsión de 2023. China, la mayor economía emergente, acelera del 3,5% al 5,5%, según las nuevas previsiones, más optimistas.

La política frena a Latinoamérica

Pero mientras Asia acelera, Latinoamérica frena en seco. El organismo ha elevado 0,2 puntos la previsión de crecimiento para este año, hasta el 1,5%, mientras que recorta 0,4 puntos la de 2024, hasta el 2%. Pero el crecimiento previsto para este año no llega ni a la mitad del 3,7% de 2022. El organismo señala que con una inflación subyacente y general por encima de los objetivos de la mayoría de los bancos centrales de la región, es probable que la política monetaria siga siendo restrictiva a corto plazo, lo que frenará el crecimiento. Además, “la incertidumbre política en algunos países está dañando la confianza de las empresas y los consumidores”.

La evolución prevista y el cambio en la previsión de crecimiento es muy diferente por países. En el caso de Brasil, el informe eleva la previsión para este año 0,4 puntos, hasta el 1,2%, mientras que recorta la del año próximo 0,6 puntos, hasta el 1,4%. “La incertidumbre sobre la política fiscal sigue perjudicando la confianza empresarial y la inversión. Aunque se prevé que las exportaciones agrícolas crezcan con fuerza este año debido a las sólidas cosechas de soja y maíz, no se espera que la demanda externa respalde el crecimiento de forma significativa en 2023″, dice el Banco Mundial.

En cuanto a México, el Banco Mundial eleva la previsión de este año 1,6 puntos, hasta el 2,5%, y recorta la de 2024 cuatro décimas, hasta el 1,9%, comparando con enero, aunque en abril ya había hecho algún ajuste en el informe sobre la región. “La inversión y el consumo, que fueron más fuertes de lo previsto a finales de 2022, se espera que sean algo más moderados este año como consecuencia de los altos tipos de interés y la inflación”

Frente a la gran mejora de las perspectivas de México, el Banco Mundial recorta la previsión de Argentina 4 puntos desde enero y prevé una contracción del 2% en su economía para este año. En el informe regional de abril ya anticipaba un estancamiento. Los economistas mejoran el pronóstico de 2024 tres décimas, hasta el 2,3%, a medida que la economía se recupere de la grave sequía de este año. “La sequía ha provocado descensos en las cosechas de soja y maíz —los principales productos de exportación— equivalentes al 3% del PIB. La sequía también ha afectado gravemente a la producción de trigo. Por otra parte, la ralentización económica de este año en Brasil, principal socio comercial de Argentina, pesará sobre las exportaciones de productos no básicos del país. La consiguiente escasez de divisas creará dificultades a los importadores, especialmente a los de sectores no agrícolas. Además, la inflación ha seguido aumentando, superando ligeramente el 100% en 12 meses”, señala el informe.

Chile acompañará a Argentina en la recesión con una contracción de la economía del 0,4% en 2023, como resultado del arrastre de tres trimestres de caída en 2022. “Esta desaceleración puede atribuirse principalmente a la brusca retirada de importantes estímulos monetarios, fiscales y cuasifiscales. La inflación alcanzó su punto máximo el año pasado, pero la inflación subyacente ha sido más persistente, lo que ha llevado al banco central a mantener una postura restrictiva. Se espera que el crecimiento aumente hasta el 1,8% en 2024 a medida que se relaja la política monetaria.

Colombia también sufrirá un brusco frenazo, desde el 7,5% en 2022 al 1,7% en 2023. El banco central empezó a subir los tipos de interés más tarde que los de otros países, lo que ha contribuido a retrasar el pico de la inflación subyacente. Dada la elevada inflación y los tipos de interés, se espera que el consumo crezca a un débil ritmo del 0,7% en 2023.

Perú es uno de los países señalados por la incertidumbre política, que “está afectando negativamente a la confianza de los consumidores y las empresas, sobre todo en lo que respecta a la inversión”, pero eso se verá compensado con un mayor gasto público. La previsión de crecimiento se sitúa en el 2,2% para este año. “Se espera que el crecimiento en 2024 alcance el 2,6%, pero esto depende de que las tensiones sociales remitan y la inversión se recupere modestamente”, dice el informe.

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