Como prioridad el intendente Juan Manuel Ojeda delegó esta tarea al Director de Promoción y Políticas Turísticas, Marcelo Rivarola, haciendo foco en brindar herramientas necesarias para que pobladores rurales abran las puertas de estos emprendimientos turísticos.
Durante el período de la gestión, el municipio ha trabajado fuertemente en “Turismo Rural” en el departamento, para que los habitantes de esta zona puedan acceder a estas actividades que fortalecen y diversifiquen la economía, amplíen los servicios turísticos; y promueven y evitan el desarraigo de los jóvenes.
Desde la Ordenanza Municipal, aprobada en plena pandemia en 2020 que le brindó un mayor marco de garantía, se fijó la meta de gestionar en sitios de interés, habilitaciones y permisos para que, en sus inicios, con todas las medidas de seguridad sanitarias abran las puertas al público nuevos emprendimientos de ésta índole.
El intendente Juan Manuel Ojeda definió estas acciones esenciales apostando a la incorporación de familias de distintos puntos y parajes al proyecto que hoy es una realidad, como Las Loicas, Poti Malal, Ruta Nacional 40, El Salitral, Ranquil Norte, Payunia, Buta Bellón, Chalahuén, Agua Escondida y El Morro.
El Director de Promoción y Políticas Turísticas, Marcelo Rivarola, expresó sobre el tema: “Es una política que nos señaló fuertemente el intendente en estos años como desafío; hemos desarrollado un trabajo muy importante con la comunidad rural en distintos rincones de Malargüe para involucrarlos en la prestación de servicios turísticos y seguiremos trabajando en este sentido en la incorporación de nuestros habitantes en el Desarrollo del Turismo Local”.
Algunos de ellos a modo de ejemplo son establecimientos de camping, paradores o establecimientos de alojamientos y comidas. Importante destacar Parador Turístico Poti Malal, Ranquil-Ko Payunia, Grabados Rupestres Agua Botada, Invernada del Viejo, La Banderita, Las Loicas, Mapicsa, Puy Peuman, Los Castaños, Real del Pehuenche, Pincheira que ofrecen servicios al turista; sitios donde se puede apreciar el paisaje cordillerano sumado a comidas típicas, fogones y zonas de acampe con servicios y alojamientos. Otros están en desarrollo como La Ventanita, Poti Malal, Buta Bellón, Chalahuén, El Chihuido, El Salitral, Los Molles, El Morro, Carqueque, El Batro, Llano Blanco, Bardas Blancas, El Trapal, Payunia, Las Tapaderas, Agua Escondida, entre otros.
Esto también propicia, en palabras de Rivarola, estos emprendimientos significan una “revalorización de nuestro patrimonio natural y cultural, de nuestra historia y tradiciones, del cuidado del ambiente, y en términos de turismo vivencial esto va generando desarrollo rural ya que los jóvenes de esas familias llevan adelante los emprendimientos, diversifican su economía y propician efectivamente el arraigo”.
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