Cumbre del Frente de Todos en la sede del PJ
El kirchnerismo mató el rumor sobre el “tapado” que circuló el fin de semana; dudas por el hermetismo de la vicepresidenta; en su entorno aceptan ir a las PASO como pedía el Presidente, que no define si irá o no por la reelección
Es que todos en el kirchnerismo aguardan a que Cristina Kirchner haga uso del “factor sorpresa” que caracterizó a muchos de sus diseños electorales. En ese contexto, sumó incertidumbre la versión que circuló el fin de semana en torno a que la vice se podría inclinar por un “tapado” o un “outsider” para entronizarlo como su candidato a presidente. Es decir, que aparezca alguien que no está en los cálculos de nadie.
Horacio Verbitsky en su sitio El Cohete a La Luna, puso en boca de un analista que Cristina Kirchner podría apelar “a un dirigente no mucho mayor a los 55 años, de identificación indudable con ella, bien considerado por los principales empresarios pero de nula figuración pública en la ronda de postulantes que ocupan a medios y opinadores”. Enseguida se circuló un nombre que calzaría con esa descripción: el del presidente de YPF, Pablo González, un santacruceño muy bien considerado por la vice, que lo tiene entre sus hombres de consulta.
Pero apenas la versión comenzó a instalarse, distintas voces autorizadas del kirchnerismo se encargaron de aniquilar el rumor. “Puro humo”, se limitó a decir un colaborador que conoce la relación de Cristina con González. Otra persona que integra el primer anillo de la vice aportó: “Cristina escribió un libro y nadie se enteró hasta que estuvo impreso. Puso un candidato por Twitter y nadie se enteró hasta que le dieron play al video. A Cristina no se le filtra nada”. El razonamiento de quienes conocen a la vice es que, si lo que ella busca es sorprender, no dejará que un nombre trascienda en los medios once semanas antes del cierre de listas.
Diálogo versus guerra fría
El episodio de “tapado” del fin de semana se monta sobre una diferenciación de tácticas cada vez más notoria en el seno del kirchnerismo, entre quienes propician el diálogo y los que alimentan la guerra fría con el Presidente. De Pedro -que por ahora es el único habilitado por la vice para moverse como candidato- encarna el ala dialoguista. En una entrevista brindada el fin de semana en Radio Con Vos, el ministro del Interior deslizó algo que -por el nivel de confrontación que hay en el FDT- asomó como novedad: reveló que hay diálogo subterráneo entre el campamento kirchnerista y los hombres del Presidente.
“El proceso de diálogo sigue, sin fotos pero sigue. Hay un proceso de diálogo en el Frente respecto a cuáles son los pasos a seguir. Así que, como todavía falta para los plazos de la ley electoral, todavía nos da un poco más de tiempo, este proceso de diálogo todavía tiene tiempo”, dijo. Y detalló: “Se está dando entre miembros que fueron a la mesa del FDT que acordamos que haya responsables de llevar la interlocución. Con lo cual hoy, estamos en un proceso de diálogo normal”.
Sus declaraciones contrastan con el mensaje que transmiten en otro rincón del kirchnerismo, donde apuntan sin disimulo a Alberto Fernández como quien obstruye el armado de una oferta electoral y advierten que el reloj de arena se acaba. “No hay avance en las negociaciones con Alberto, él está jugando a la mancha estatua. El presidente está inmóvil. Nadie sabe qué hará. Y si él no es claro, es imposible definir la estrategia electoral. Hasta ahora parece querer perder las elecciones”, lanzó un colaborador cercano a Máximo Kirchner.
Hay contactos entre figuras de uno y otro campamento. El vicejefe de Gabinete, Juan Manuel Olmos -que fue uno de los artífices de la reunión en la sede del PJ en febrero- logró tener llegada directa a Cristina y Máximo Kirchner y mantiene un diálogo frecuente con De Pedro. El jefe de Gabinete, Agustín Rossi, es otro de los que tiene un canal con Cristina, a quien siempre reconoció como jefa política. Sergio Massa también es un interlocutor frecuente de todas las partes. Él también debe definir qué hará en este turno electoral.
En medio de la incertidumbre que reina en el oficialismo asoma una instancia formal que podría convertirse en un ámbito relevante para avanzar en las definiciones: la próxima reunión del Consejo del Partido Justicialista. Según distintas fuentes, ese encuentro se hará después de Semana Santa, en la segunda mitad de abril.
Fernández es el presidente de ese órgano partidario que integran 75 secretarios y consejeros del PJ, entre quienes figuran, por ejemplo, Axel Kicillof, Juan Manzur y De Pedro. Ese cónclave, que habitualmente es un evento formal sin demasiado brillo, en este contexto podría resultar relevante para la deliberación interna. En 2019 y 2021, de hecho, resultó ser una instancia de definiciones.
Que se baje
Lo que nadie quiere es que la reunión llegue al mismo punto muerto que el cónclave de febrero, con el kirchnerismo ejerciendo presión para que Fernández desista de inmediato de su candidatura y el jefe de Estado resistiendo para no definir su futuro electoral a esta altura del año.
La otra novedad de las últimas horas es que el kirchnerismo ya afirma, sin matices, que el Frente de Todos irá a una PASO. “Estamos en un proceso de entendimiento de cómo se llega a las PASO. Hoy lo que más está asimilado con el resto de los actores es ir a unas PASO con dos fórmulas”, dijo De Pedro el fin de semana.
El Presidente, que viene insistiendo con las PASO desde la derrota legislativa de 2021, habló con regodeo sobre esa definición del kirchnerismo en la entrevista que brindó en el Método Rebord. Dijo que es necesaria “la tercera renovación del peronismo”.
Pese a sentir la satisfacción, el Presidente no define si irá o no a la reelección como pide el kirchnerismo. Fernández mira constantemente un pool de encuestas, y sigue con atención a un par de consultores que le inspiran más confianza. “No estando Cristina en el escenario él es el que más mide ¿Por qué se va a bajar?”, dijo un funcionario de llegada directa al despacho presidencial en las últimas horas.
En el kirchnerismo replican: “La expectativa está en una PASO, pero la definición de lo que Alberto va a hacer no es menor. Los tiempos apremian y los de enfrente ya tienen una oferta definida. Nosotros estamos congelados”.
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