Los tres dígitos de inflación se disparan entre los más pobres
Cristina Kirchner tiene razón. Como caracterizó en su discurso en Río Negro a fines de la semana pasada, la inflación bajo el gobierno que comparte con Alberto Fernández –mandatario elegido vía Twitter por ella– es “absolutamente desmedida” y marida con “salarios superdeprimidos”.
Un dato. Al mismo momento de tiempo en cada gestión, el podio de mayores inflaciones se compone por el actual Presidente (368%), Mauricio Macri (172%), el segundo mandato de Cristina Kirchner (138%), el primero (87%) y el de Néstor Kirchner (27%). “El acumulado de las cinco gestiones es de 15.720%”, afirmó el economista Salvador Vitelli.
Ese diagnóstico de la vicepresidente empeoró en las últimas horas: la fuerte suba de precios es incluso mucho más elevada entre los más pobres, quienes muchas veces no tienen salarios, sino que –con suerte– suman algunos ingresos.
La canasta para adquirir alimentos básicos –que marca el piso de la indigencia– aumentó 11,7% en febrero, mientras que aquella que suma algunos otros bienes y servicios –y hace de frontera de la pobreza– subió 8,3%. Ambas variaciones superaron con creces a la inflación del mes pasado (6,6%). Por otra parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA) avanzó 115,1% en el año, mientras que la Canasta Básica Total (CBT), lo hizo 111,3%. Son incrementos superiores a los del nivel general de la inflación en la medida interanual (102,5%).
Los expertos en la materia confirman que los precios golpean con más fuerza a los que menos tienen, base de sustentación política del kirchnerismo duro, sobre todo en la provincia de Buenos Aires. En ese distrito, conducido por Axel Kicillof, se registró una fuerte caída de los ingresos medios, según datos del Indec. Se hundieron casi 10% entre el tercer trimestre de 2021 y el mismo período de 2022, se informó.
Los especialistas consideran además que, a fines del año pasado, la pobreza habría terminado cerca del 40%. Los datos dados a conocer por el organismo sugieren que la cantidad de pobres será incluso mayor cuando se analice el primer semestre de 2023. El cierre de la pobreza y la indigencia del año pasado se conocerá el 30 de marzo.
Como se mencionó, impulsado por el aumento de los alimentos y precios regulados, el índice de precios al consumidor (IPC) marcó 6,6% en febrero y superó el 100% en la medición interanual. Los economistas anticipan que este mes se acelerará. El incremento interanual fue de 102,5%. Se trata de la variación más elevada desde septiembre de 1991 (115%). En el primer bimestre, el IPC acumula ya un alza de 13,1%. Los precios de los alimentos –impulsados principalmente por la suba de la carne, que mostró avances de más del 30%– se dispararon un 9,8%. El aumento en el Gran Buenos Aires (GBA), donde se congrega la mayor cantidad de pobres del país, fue mayor. Alcanzó el 10,2%.
Para no caer en la pobreza, una familia tipo necesitó $177.063 en febrero, según datos del Indec. En tanto, para no ser indigente, ese mismo grupo familiar precisó, durante el mismo mes, unos $80.483.
La mirada oficial
“El dato de la inflación nos parece malísimo, no era lo esperado”, dijo la vocera presidencial Gabriela Cerruti en conferencia de prensa. La funcionaria había celebrado en enero pasado que la inflación de 2022 no llegara a las tres cifras.
“El Gobierno sigue con el compromiso de avanzar en controlar los precios, en que vayan bajando”, dijo Cerruti y agregó: “El Gobierno entiende que esta situación hace muy difícil la vida cotidiana, la previsión, el estado de ánimo respecto a cómo moverse; y está comprometido a seguir avanzando para seguir sosteniendo los números de la macroeconomía que no indican que debería haber estos niveles de inflación, porque las variables están absolutamente bajo control”.
El econometrista de la Universidad Di Tella (UTDT) Martín González Rozada compuso un índice de inflación sin estacionalidad –similar al que elabora el Bureau del Labor Census para Estados Unidos, sirve para ver movimientos de corto plazo– con los propios datos del IPC. En febrero marcó 6.9%, pero en el Gran Buenos Aires dio más: terminó en 7,1%.
“En febrero, la tasa de inflación mensual sin estacionalidad que enfrentaron los hogares de menores ingresos fue de 7.4% mientras que para los hogares del 20% de mayores ingresos, la inflación fue de 6.6%”, sentenció González Rozada. “Alimentos y bebidas no alcohólicas contribuyó a incrementar más de 20 puntos porcentuales la diferencia entre la inflación para los hogares de menores ingresos en comparación con los hogares de mayores ingresos”, señaló el director de la Maestría en Econometría de la UTDT.
“Estos valores no influyen en el número de pobreza que conoceremos en dos semanas, pero indican que la suba de pobreza que vamos a conocer por entonces, a valores cercanos al 40%, seguramente se siga profundizando en el primer trimestre de 2023″, señaló Leopoldo Tornarolli, investigador del Cedlas.
Desde fines del año pasado, Tornarolli venía advirtiendo que las CBT y CBA habían invertido la curva que mostraban en el pasado y crecían a ritmos más acelerados que el índice de inflación del Indec, lo probablemente determinaría una mayor erosión social a fin de 2022 y en los primeros meses de 2023.
La pobreza en la Argentina en el tercer trimestre del año pasado habría llegado a 39% en el total del territorio urbano del país y afectaría a 16,5 millones personas. La indigencia, sería del 8,2%, o sea, estaría golpeando a 3,47 millones. El número sobre la pobreza urbana fue calculado por la consultora ExQuanti en base a los microdatos publicados por el Indec sobre el tercer trimestre de 2022 del total urbano. La misma consultora proyectaba una pobreza de 39,6% para fin de año. Es el mismo de González Rozada, que cree que de septiembre a febrero ya hay que pensar en un país con 42,2% de pobreza.
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