La obesidad es un problema de salud crónico, no aparece en un día ni se soluciona en una semana. La alimentación saludable y la actividad física son medidas efectivas para prevenir y controlar la obesidad.
Más de 50% de la población en Argentina tiene exceso de peso. Esto aumenta el riesgo de tener más de 200 problemas de salud, como por ejemplo diabetes, hipertensión arterial (presión alta), enfermedades respiratorias crónicas, enfermedad de los riñones, del hígado y algunos tipos de cáncer, entre otras.
Cada 4 de marzo se celebra el Día Mundial de la Obesidad. Se estableció por iniciativa de la Federación Mundial de Obesidad (worldobesity.org).
Cada año se elige un lema y este 2023 es Cambiando perspectivas, hablemos de obesidad.
En el marco del Día Mundial de la Obesidad, el Ministerio de Salud, Desarrollo Social y Deportes reafirma su compromiso para instalar el tema en la agenda pública y sensibilizar a la población acerca de la importancia de la prevención y el control de esta problemática.
En esta línea, el Programa Provincial de Obesidad Mendoza realizará una campaña de concientización en sus redes sociales. Para ello, invita a participar en la campaña a toda la comunidad este 4 de marzo, compartiendo acciones transformadoras en sus redes sociales. Las personas interesadas lo pueden hacer acompañando estas acciones con una foto o video con el símbolo de la campaña. IG: obesidad mendoza, en Facebook del programa provincial de obesidad mendoza, #WOD20223
#WorldObesityDay, o bien al correo electrónico:
obesidadmendoza@gmail.com.
Asimismo, el Ministerio de Salud brinda algunas recomendaciones para prevenir y controlar la obesidad. Entre ellas se encuentran:
- Tener una alimentación saludable y realizar actividad física de forma
regular. - Realizar cuatro comidas al día: desayuno, almuerzo, merienda y cena.
- Aumentar el consumo de frutas, verduras y de pescado. Elegir leche, yogur y queso preferentemente descremados.
- Disminuir el consumo de alimentos ultraprocesados con mucha azúcar, grasa y/o sal como las golosinas, productos de copetín, fiambres, embutidos y bebidas azucaradas. Dejarlos para ocasiones especiales.
- Preferir alimentos preparados en casa sin agregado de sal al cocinar.
- Reemplazar la sal por condimentos como orégano, pimienta, ajo, perejil, romero, tomillo.
- El alcohol aporta calorías y no aporta nutrientes, por lo cual, limitar su consumo.
- Realizar al menos 150 minutos de actividad física a la semana a intensidad moderada, sumando como mínimo bloques de 10 minutos.
- Agregar dos sesiones semanales de ejercicios de fortalecimiento muscular.
El sobrepeso y la obesidad, desde una perspectiva biológica, es un problema de salud multifactorial y es uno de los factores de riesgo para las enfermedades no transmisibles (ENT), que son las principales causas de mortalidad y morbilidad en el mundo.
Según la Organización Mundial de la Salud, se estima que mueren alrededor de 4 millones de personas adultas al año en el mundo como consecuencia del sobrepeso y la obesidad.
Una gran parte de la carga de ENT es atribuible al exceso de peso, como es el caso de la diabetes (44%), las cardiopatías isquémicas (23%) y diversos tipos de cánceres (entre 7% y 41%).
En Argentina, según datos de la Cuarta Encuesta Nacional de Factores de Riesgo (ENFR 2018), 7 de cada 10 personas se encuentran en esta condición y los grupos sociales de menores ingresos son los más afectados, ya que gran parte de su alimentación se basa en productos ultraprocesados de baja o nula calidad nutricional y con excesivo contenido de azúcares y sal.
La Cuarta ENFR también reveló que las generaciones más jóvenes consumen el doble y hasta el triple de productos de panadería y bebidas azucaradas.
Lema 2023 del Día Mundial de la Obesidad: Cambiando perspectivas,
hablemos de obesidad
Este cambio de perspectivas se centra en:
-Cambiar miradas reduccionistas concientizando sobre la multicausalidad de la obesidad en la que interactúan factores genéticos, biológicos, psicológicos y determinantes sociales.
-Dejar de centrar la responsabilidad únicamente en las personas, entendiendo que en la malnutrición participan numerosos factores sobre los que el individuo no tiene control.
-Promover un trato respetuoso, entendiendo el impacto que tienen las palabras en los circuitos psico, neuroendócrinos.
– Entender que la malnutrición no se reduce a una falla en la voluntad de las personas, pues este concepto genera estigmas y discriminación.
– Replantear los abordajes de los equipos de salud, centrando los objetivos en la salud de las personas y no en el peso u otras medidas corporales.
– Promover cambios en los medios de comunicación respecto a la forma de referirse a las personas con obesidad, tanto en el lenguaje como las imágenes que se usan, evitando que las mismas refuercen estigmas.
– Reformular la recomendación: “come menos y muévete más” en tanto resulta insuficiente y desconoce la complejidad de la malnutrición por exceso.
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