Horacio Rodríguez Larreta siempre imaginó la disputa por la Presidencia como una maratón. Durante meses repitió que necesitaba dosificar esfuerzos y mantener el aura de gestor municipal antes de subirse definitivamente al escenario nacional. Luego, para calmar la ansiedad de sus socios, decía que confiaba en su hoja de ruta: prefería terminar de recorrer el país -concluyó su raid por todas las provincias hace diez días-, garantizarse una estructura territorial y hablar de su plan de gobierno o exhibir equipos en la antesala de la oficialización de su lanzamiento.

“Paso a paso”, solía responder cuando le preguntaban sobre sus aspiraciones. Ahora, cuando restan menos de seis meses para las PASO del 13 agosto, el jefe de gobierno entiende que debe acelerar para recuperar terreno. Frente al desafío interno de Patricia Bullrich y la incómoda oposición de Mauricio Macri, su exjefe político, Larreta decidió formalizar su candidatura con una fuerte campaña digital y un raid mediático. Para ratificar sus ambiciones, el jefe porteño difundió un texto en sus redes sociales acompañado con una imagen y bajo el hashtag #Hora2023, una suerte de anticipo del video grabado en el kilómetro 0 de la Ruta 40, en el Cabo Vírgenes, en Santa Cruz, con el que finalmente confirmará su postulación.

Si bien Larreta se exhibe desde hace tiempo como un presidenciable, sus asesores intentaron generar intriga y “conversación” en el universo de las redes sociales. Por eso, idearon un lanzamiento en tres etapas. Hoy, a las 20.23 -en una nueva demostración de la afición del larretismo por la numerología-, el jefe porteño publicó una imagen acompañada por un texto en el que llamó a “animarse a transformar el país”. Con la imagen en Santa Cruz, busca hacer hincapié en que su objetivo primordial es “terminar con la grieta” y poner énfasis en que el país necesita acuerdos para darle sustentabilidad a un paquete de reformas.

Así, Larreta cristaliza su apuesta por el “centro”, donde confía que podrá cosechar los votos para ganar la interna y la elección general de octubre. En la mesa de campaña de Larreta niegan que busque un golpe de efecto. “No hay bala de plata. Esto es una estrategia de acumulación”, señalan. En Uspallata anticiparon una ola de apoyos de dirigentes y socios de Pro. Elisa Carrió (CC) fue la primera referente de JxC en salir a respaldarlo.

De esta forma, Larreta iniciará una nueva fase de su cruzada por llegar a la Casa Rosada. Entre sus colaboradores afirman que de ahora en adelante podrá fijar sus posturas en los debates nacionales con el traje de candidato y no de jefe de gobierno. ¿Se tomará licencia? Hasta hace poco analizaba los antecedentes de Fernando de la Rúa y Macri. Él cree que hoy en día se puede gobernar a distancia, por Zoom.

Está claro que la gestión es un arma de doble filo para Larreta. Por un lado, le permite contar con una estructura potente para instalarse y posicionarse. A su vez, puede desgastar su figura. De hecho, la semana pasada hubo una seguidilla de casos -desde hechos de inseguridad hasta el acampe piquetero y el corte de la autopista Dellepiane- que encendieron las alarmas en Parque Patricios. La cabeza del Ministerio de Seguridad está vacante desde que Marcelo D’Alessandro se tomó licencia por el escándalo de sus supuestos chats con jueces, fiscales y empresarios. El asesinato de la oficial de la Policía de la Ciudad Maribel Nélida Zalazar fue el corolario de una serie de episodios delicados para el jefe de Gabinete, Felipe Miguel, el interventor del área de D’Alessandro.

Antes de su lanzamiento, Larreta buscó también despegarse de la eventual ruptura de JxC en Mendoza, donde su ladero Omar De Marchi (Pro) puso en guardia al sector de la UCR que responde a Alfredo Cornejo. Larreta necesita preservar su vínculo con el radicalismo ante el avance de Bullrich y Mauricio Macri en el tablero de Pro. Por caso, después de haber defendido la postura de De Marchi, una actitud que lo enfrentó a casi todos los popes de Pro, sobre todo con Bullrich, el jefe porteño buscó desactivar el conflicto en el territorio de Cornejo, quien no oculta su simpatía con el sector más combativo del macrismo. Además, el alcalde contempla la chance de ir a la fiesta de la Vendimia. Larreta también se aproximó a Carrió, la líder de la Coalición Cívica, quien deja entrever su preferencia por el jefe porteño entre los presidenciables de JxC.

Larreta oficializa su lanzamiento antes de que Macri, quien volvió ayer a Buenos Aires y se mostró con María Eugenia Vidal en sus nuevas oficinas de campaña, una foto sugestiva que generó ruidos en la Ciudad, definiera si competirá o no en las próximas elecciones. El jefe porteño insiste que su decisión no depende del futuro de Macri y repite que estaría dispuesto a enfrentarlo en la interna. El escenario principal de esa pulseada es la Ciudad de Buenos Aires, donde Macri impulsa la candidatura de su primo, Jorge, como sucesor de Larreta. En cambio, Larreta posterga la definición para preservar su vínculo con Martín Lousteau y la UCR. Frente al desafío de Macri y Bullrich, quienes le levantaron la mano a Jorge Macri, promovió la postulación de Fernán Quirós. A su vez, sostiene las precandidaturas de Soledad Acuña y Emmanuel Ferrario. Frente a los resquemores de Macri, Larreta machaca con que priorizará al Pro a la hora de respaldar a un candidato a sucederlo y relativiza los alcances de su acuerdo con Lousteau.

Horas antes de que el jefe porteño oficialice su lanzamiento presidencial, Bullrich salió a dinamitar el discurso anti-grieta que pregona Larreta. Después de la polémica por el uso de las pistolas Taser en la Ciudad y sus críticas a la política del alcalde para combatir los piquetes, la titular de Pro arremetió contra su principal contrincante en la interna de Juntos por el Cambio con una cadena de tuits, en la que rechazó de manera elíptica el mensaje moderado y el perfil dialoguista de Larreta. “No hay lugar para dialogar con quienes son parte del problema y profundizan la decadencia de nuestro país ni para respuestas tibias ante la triste realidad que sufren los argentinos”, resaltó Bullrich.

Para reforzar su posición, la titular de Pro acompañó sus consignas con fotos de los principales adversarios políticos de Pro, como Cristina Kirchner, Sergio Massa, Hugo Moyano, Juan Grabois, Eugenio Zaffaroni, Aníbal Fernández o Roberto Baradel, entre otros. “¿Vamos a dialogar con Cristina sobre cómo terminar con la corrupción o con Massa, que quiere bajar la inflación aumentando el déficit? ¿Vamos a dialogar con los Moyano sobre cómo reducir los costos a las pymes para que sean competitivas?”, lanzó.

En el entorno de la exfuncionaria aseguran que pretende ratificar su postura respecto de cómo debe pararse la oposición frente al gobierno y qué perfil debe tener el sucesor de Alberto Fernández.

Mientras Bullrich difundía su tuit, Larreta se reunía con aliados y asesores de campaña en su búnker de Belgrano. Allí estuvo De Marchi, protagonista del conflicto en Mendoza. Cerca del alcalde no ocultaron su malestar con Bullrich. Consideraron que era un “ataque innecesario” y “violento” que “alimenta” los extremos. Ellos, dicen, confían en una “mayoría silenciosa”. “Nuestro destino final es la Presidencia”, aventuraron.

Bullrich repite ante propios y extraños que no comparte en la receta acuerdista de Larreta para darle sustentabilidad a las reformas. “Ella cree que la realidad que enfrentamos requieren soluciones drásticas que exigen fuerza y coraje”, dicen sus allegados.

El viernes pasado, Larreta ensayó una arenga ante sus ministros y funcionarios de confianza. Cuando terminó su discurso, les pidió que se tomaran unos días y le escribieran al celular si estaban dispuestos a acompañarlo. Hoy, al retomar la actividad oficial en la reunión de Gabinete, se mostró entusiasmado: “Me estalló el celular”, bromeó. Pese a los contratiempos que sufre en su maratón, Larreta no pierde el optimismo y confía en sus posibilidades electorales.