Cristina Kirchner y Alberto Fernández en 2006, cuando avalaron la reducción del máximo tribunalTONY GOMEZ
La vicepresidenta fue la principal impulsora de la reducción en el 2006; qué argumentaba el kirchnerismo y el radicalismo
“Estamos dando un paso fundamental”, sostuvo ante el Senado la vicepresidenta Cristina Kirchner el 22 de noviembre de 2006. En aquel día se le daría media sanción al proyecto impulsado por la entonces senadora, que pocos días después, tras su paso por Diputados, reduciría de 9 a 5 el número de integrantes de la Corte Suprema.
“Con este volver a los cinco miembros, se cierra un ciclo. Creo que se cierra para este gobierno y para los que vengan”, completó Cristina Kirchner en el discurso que dio en la Cámara alta. Al anteponer ‘creo’ en su sentencia, la vicepresidenta parece no haberse equivocado. A 17 años de aquella modificación, Cristina Kirchner acompaña en silencio los 27 proyectos que, por decreto, el presidente Alberto Fernández pidió tratar en las sesiones extraordinarias que se extenderán hasta el 28 de febrero. Allí, junto con el juicio a la Corte, se encuentra el proyecto que busca ampliar a 15 el número de jueces del máximo tribunal y que desde septiembre del año pasado cuenta con media sanción en el Senado, gracias al impulso del kirchnerismo y de la vicepresidenta, Cristina Kirchner. Un cambio abrupto de postura, que se acomoda al calor de las necesidades políticas y judiciales del momento.
“Está mal pedir más miembros”, sostuvo en 2016, cuando todavía pertenecía al Frente Renovador de Sergio Massa. “La Corte es una institución del país. Nació con cinco miembros. Cristina tuvo el mérito de volver a cinco miembros para que no se juegue con el número de los jueces para tener jueces adictos”, dijo Fernández.
Cuando se dio el “paso fundamental”, según afirmó Cristina Kirchner, el kirchnerismo tampoco ofreció una postura monolítica. Apenas un año antes del proyecto presentado en 2006 por la entonces senadora Kirchner, una de las voces que exhibió los temblores oficialistas en esta materia fue, una vez más, la de Alberto Fernández, que para ese año ocupaba el papel de jefe de gabinete del expresidente Néstor Kirchner.
“Lo que han hecho ayer en la comisión con el tema del número de jueces en la Corte, en realidad, es una jugada perversa”, sostuvo en agosto de 2005 en una entrevista radial. El presidente se refería así al dictamen favorable que recibió en comisión uno de los tantos proyectos que, por aquellos años, circulaban en el recinto. La mayoría proponía fijar el número en 7 miembros y eran impulsados por la oposición, de la cual Fernández destacó su “vocación desestabilizadora”. Ninguno fue aprobado.
Un año después, un nuevo proyecto que también buscaba recortar el número de los miembros de la Corte fue aprobado casi sin objeciones en ambas Cámaras. La iniciativa llevaba la firma de la senadora Cristina Kirchner, y el consenso parlamentario fue tal que no se esgrimieron razones técnicas en favor del nuevo número; o del viejo.
“Retornamos al número histórico, el que durante casi 100 años, fue el de los componentes de nuestra Corte suprema de Justicia”, sostuvo Luis Cigogna, diputado por el Frente para la Victoria y miembro informante de la Comisión de Asuntos Institucionales.
Otros diputados y senadores oficialistas señalaron en la misma dirección: “Hoy nos encontramos en la tarea histórica de retomar una larga tradición en una verdadera revalorización institucional que contribuya a fortalecer la creencia de la sociedad en la independencia de poderes”, dijo a su turno Velaverde Marta Silvia, también del Frente para la Victoria.
No solo el peso de la historia hizo que la iniciativa para reducir los miembros de la Corte tuviera tan amplio respaldo en el Congreso. La urgencia por querer reformar la integración del tribunal, cuyos polémicos fallos en favor de Carlos Menem le valieron con el tiempo el mote de “Corte adicta”, empujó a la oposición a acompañar masivamente la nueva composición. Con todo, los diputados radicales no perdieron la oportunidad de denunciar favoritismos políticos en el tratamiento impulsado por Cristina Kirchner.
“Se ha afectado el principio de igualdad aquí entre nosotros. Los proyectos pareciera que no se tratan por el contenido o por el orden de llegada, sino por las firmas que llevan al finalizar el proyecto”, sostuvo el radical Pedro Azcoiti, en alusión al desinterés que el kirchnerismo había mostrado por los otros proyectos que iban en el mismo sentido.
El bloque radical, pese a acompañar con su voto la medida, no dejó de repartir responsabilidades por la conformación de la Corte de 9 miembros durante el gobierno peronista de Carlos Menem. El máximo tribunal, para entonces, estaba sumido en un profundo descrédito.
“Se habla de volver a la senda de la calidad institucional como si algún ser de otro planeta hubiera sido quien produjo el desvío. Fue el bloque político que hoy viene a decirnos que hemos entrado de nuevo en una etapa de independencia en la Justicia”, machacó el radical Fernando Chironi, en referencia al giro que había protagonizado el peronismo. El diputado Mario Negri dio un paso más y recordó que el exsecretario de Presidencia de Néstor Kirchner, Oscar Parrilli, quien hoy preside el Instituto Patria, firmó la aprobación del proyecto que en 1990, con un Menem recién arribado al poder, llevó a 9 el número de integrantes de la Corte Suprema.
En aquella sesión, el radical Azcoiti trazó un paralelismo que a sus ojos retrataba la ambivalencia con la que el kirchnerismo afrontaba algunas cuestiones judiciales: “El gobernador de esa provincia [Santa Cruz] impulsó la modificación de la Corte Suprema, la llevó de 3 a 5 miembros, modificación que fue similar a la llevada por Menem”, rememoró en alusión a la gobernación de Néstor Kirchner en la provincia patagónica. Era un presagio.
La diputada Graciela Camaño fue una de los 56 parlamentarios que en 2006 se abstuvo de votar el recorte en el número del máximo tribunal. “Siempre fui reticente a todo lo que ellos presentaron”, le dijo Camaño a LA NACION. “Una muy buena fuente de Santa Cruz me había pintado un panorama tétrico de lo que allí habían hecho. Se mandaron una reforma constitucional. Entre otras cosas”, recuerda Camaño.
Luego de negociar con la oposición, Néstor Kirchner logró modificar la Constitución provincial para ir en busca de una reelección en 1995, año en el que también puso en marcha una reforma en la composición del máximo tribunal de Justicia de Santa Cruz.
Su empresa fue exitosa, y tal como mencionó Azcoiti en aquella sesión de 2006, la Corte santacruceña pasó a tener 5 jueces en lugar de 3. Con la vacancia en una de las sillas, el expresidente pudo elegir a 3 de esos 5 jueces; la mayoría. Una curiosidad: el presidente de aquel tribunal terminó siendo Carlos Zannini, uno de los orfebres de Cristina Kirchner en materia judicial, y quien se opuso desde una perspectiva jurídica a las manipulaciones en la Justicia fue un futuro miembro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni.
Reelección
Este no fue en el único plano judicial en el que el kirchnerismo mostró criterios disimiles. Ya con la nueva conformación de la Corte, Néstor Kirchner convocó al pueblo santacruceño a una consulta popular de carácter vinculante -la primera en la historia de la Provincia- para así ir por una tercera gobernación. El resultado fue favorable para el kirchnerismo en ciernes, que en 1998 asumió su tercer mandato en Santa Cruz.
La nueva gobernación se vio interrumpida cuando, con el apoyo del presidente Eduardo Duhalde y ante la ausencia de candidatos justicialistas, Kirchner fue catapultado a la candidatura presidencial. Apenas unos años antes y contrariamente a lo que su conducta en la Provincia indicaba, se había mostrado en contra de la idea de la re-relección que sobrevolaba en las cabezas menemistas: “Una cosa es resolver cuestiones a nivel del Presidente y otra es hacerlo por medio de una gobernación”, se defendió Kirchner en su momento.
Diputados, hoy
La ampliación del número de la Corte Suprema es solo un componente en el ataque emprendido por el kirchnerismo contra la Justicia. Ya en 2015 algunas voces encendían alarmas en torno a la posibilidad de replicar el plan santacruceño de 1995: mientras el kirchnerismo presionaba para la salida del Juez Carlos Fayt en razón de su edad, Carlos Zannini, según las versiones que circulaban, elaboraba una ampliación para poder designar a 6 de los 9 jueces que su diseño proyectaba; nuevamente una mayoría.
La iniciativa que promueve el kirchnerismo en la actualidad tampoco fue uniforme. El oficialismo barajó la posibilidad de ampliar a 25 el número de cortesanos, al menos uno por provincia, algo que Zaffaroni elogió por su federalismo. Finalmente, ante la falta del apoyo en el recinto, el número quedó reducido a 15. El proyecto final tampoco contaría con chances de prosperar. Juntos por el Cambio, que cuenta con 116 de los 257 diputados, manifestó en reiteradas oportunidades que no permitirá que la avanzada del kirchnerismo se imponga en la Cámara baja, bloqueando así el intento de ampliar el número de cortesanos.
“Más allá de que no pase diputados, nos deja una Corte condicionada y esta es una Corte de mucha solvencia, de mucho prestigio jurídico”, le dijo Camaño a LA NACION sobre el proceso actual que impulsa el Gobierno.
A sabiendas de esta imposibilidad, el oficialismo persiste en su plan haciendo que la arremetida oficialista contra la Justicia luzca a los ojos de la oposición como un intento de horadar el prestigio de una Corte que, muy posiblemente, tendrá en sus manos delicadas causas que comprometenel futuro político de la vicepresidenta Cristina Kirchner.
Federico González del Solar
Fuente;https://www.lanacion.com.ar/politica/el-increible-giro-de-cristina-kirchner-y-el-peronismo-lo-que-dijeron-para-achicar-la-corte-que-ahora-nid02022023/
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