San Rafael, Mendoza martes 05 de noviembre de 2024

Una mano que asoma – Por:. Beatriz Genchi

 La fotografía tiene una función social, nos cuenta cómo ven los demás el mundo. Y en algunas ocasiones, sirve para salvar la vida de una persona. Aquí la historia de un fotógrafo veterano, Jerry Ayres y del joven periodista Mark Winne.

A finales de los años setenta el mundo no se parecía en nada a lo que hoy conocemos. No existía internet, no había celulares, el gps solo estaba en la imaginación de los militares… Aun así, dos periodistas fueron capaces de encontrar en medio de la autopista interestatal de Birmingham, en Alabama, que mide más de 700 km, a un solitario Dodge que circulaba con una mano asomada por el borde del baúl. Ni siquiera hoy parece posible lograr semejante hazaña, a pesar de todos los avances.

Para conseguir la famosa imagen, tuvieron que incumplir todas las normas de tráfico de ayer y de hoy. El piloto, el veterano fotógrafo Jerry Ayres pidió a su copiloto que sujetara el volante y tomó las 10 fotografías que más tarde darían el aura de verdad a la historia: la parte trasera de un viejo Dodge Polara y una mano asomando.

Todo comienza cuando llega a la policía la noticia de que hay un coche circulando por la autopista de la ciudad de Birmingham, en el estado de Alabama. La particularidad de los avisos, lo que hizo que la noticia volara como la espuma por las comisarías de la zona. Y la autoridad no sabe cómo encontrarlo en una carretera tan extensa.

Los avisos llegan a la sede del periódico ‘The Birmingham News’. Y los dos periodistas nombrados que hemos nombrado, deciden salir a la búsqueda y captura del coche. Solo tienen tres datos: está en la autopista, es un viejo Dodge Polara beige y una mano que asoma. Lo que se dice buscar una aguja en un pajar.

Decidieron salir con una radio conectada con la policía. Era la única forma de tener noticias más o menos actualizadas de un coche que parecía invisible. Durante horas recorrieron la autopista y como sucede en las películas, justo cuando decidieron retirarse lo vieron.

Un viejo coche, conducido por una mujer, llevaba el baúl semiabierto y por él asomaba una mano que se movía. Así que avisaron a las autoridades y le siguieron. En aquellos momentos estaban viviendo una de las situaciones más peligrosas de sus vidas. Y lo mejor que se les ocurrió fue hacer fotografías.

Según cuentan ellos mismos, estuvieron persiguiéndoles durante 30 minutos. Nada más verlos, decidieron que había que culminar el trabajo. No era una historia fácil de creer si no estaba documentada.

No figura por ningún lado la cámara que utilizaron, aunque se conserva el sobre de revelado. Eran los años de la Nikon F2 y la Canon AE-1, dos máquinas legendarias. Desconocían si los que iban en el coche eran peligrosos, si tenían armas. Pero solapados tras el profesionalismo hicieron las fotografías. Están hechas con un 35 mm o un 50 mm, por lo tanto, estaban bastante cerca de los delincuentes.

La víctima había conocido a sus captores en un bar la noche anterior le robaron 350 dólares (unos 1400 dólares en la actualidad). Lo golpearon, lo apuñalaron y decidieron meterlo en el baúl vaya a saber con qué intenciones. Si de rematarlo o descartar el cuerpo o ambos. Estuvo más de 14 horas encerrado mientras escuchaba cómo iban a ser sus últimas horas.

Con esfuerzo pudo sacar la mano y pedir auxilio a los coches que circulaban alrededor. Nuestros reporteros fotografiaron todo el rescate desde el primer momento.

Wilburn Fendley, el mayor de los tres detenidos, fue exculpado, pues no participó en el robo. Lo más curioso de esta historia es que no se supo nada de la pareja. En ninguno de los diarios de la época, ni en las crónicas que se escribieron después, vuelven a aparecer los nombres de los secuestradores. Seguro que terminaron en la cárcel.

Las imágenes se publicaron en todo el mundo, desde Japón a Alemania. Fueron los quince minutos de fama de los reporteros. Al final era una historia de unos desconocidos. No eran famosos ni tampoco hubo sangre.

Tan pronto como sonaron sus nombres, se olvidaron. Sin embargo, es un ejemplo perfecto de una noticia bien narrada con unas fotografías documentales, con la única intención de informar.

Gentileza:

Beatriz Genchi

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

bgenchi50@gmail.com

Puerto Madryn – Chubut

 

 

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