La nave espacial, sin tripulantes, sobrevolará la superficie lunar como primer ensayo de la expedición que llevará a la humanidad de vuelta al satélite a partir de 2025
La humanidad ha dado por fin el primer paso para regresar a la superficie de la Luna, tras medio siglo de ausencia y dos intentos fallidos en verano. La misión Artemis I, sin tripulantes, ha despegado este miércoles desde el Centro Espacial Kennedy, en Florida (Estados Unidos), con el objetivo de ensayar la expedición en la que “la primera mujer y la primera persona no blanca” caminarán por el suelo lunar dentro de tres años, según los planes de la NASA.
La misión Artemis I recorrerá más de dos millones de kilómetros en unos 25 días, para hacer un sobrevuelo por la superficie de la Luna y regresar a la Tierra el 11 de diciembre, con un amerizaje controlado en el océano Pacífico. A bordo solo viajan tres maniquíes y dos muñecos de personajes de ficción: el perro Snoopy y la oveja Shaun. El despegue de este miércoles era una prueba crucial para el nuevo Sistema de Lanzamiento Espacial de la NASA, el cohete más potente de la historia, con un peso de 2.600 toneladas y una altura superior a la de un edificio de 17 plantas.
Después del lanzamiento, la nave bautizada Orion mandó algunas imágenes de la Tierra desde las numerosas cámaras con las que va equipada. Y en una rueda de prensa, el administrador de la NASA, Nill Nelson, aseguro que “ahora volveremos, no solo por ir, sino para aprender, para instalarnos y saber cómo vivir en la Luna”. Nelson recordó que el objetivo es establecer una base en la Luna como paso previo para llegar en un futuro a Marte: “Esta prueba de vuelo nos ayudará a prepararnos para la exploración humana en la Luna y, en última instancia, en Marte”.
La Orion es fruto de la cooperación internacional y del trabajo de más de 30.000 personas. Estados Unidos, que lidera la aventura, ha fabricado la cápsula de la tripulación. La Agencia Espacial Europea (ESA) ha construido el módulo de servicio, que proporcionará oxígeno y agua a los astronautas, además de propulsión y electricidad, gracias a unas placas solares. El gigante aeroespacial europeo, Airbus, ha sido el contratista principal, con 3.000 trabajadores dedicados a este módulo. En sus instalaciones en la localidad madrileña de Tres Cantos, Airbus ha elaborado las unidades de control térmico de la nave, que mantendrán una temperatura adecuada para los tripulantes y los sistemas eléctricos. El ingeniero Carlos García Galán, madrileño nacido en Málaga hace 48 años, es el responsable de la integración de los módulos estadounidense y europeo.
Otro ingeniero español, Eduardo García Llama, dirige el sistema de guiado y control de la nave Orion, desde el Centro Espacial Johnson de la NASA, en Houston. A las dos horas del lanzamiento, este experto asumirá el control de la nave. García Llama, madrileño de 50 años, ha añadido las palabras en latín Non sufficit orbis en el pecho de su uniforme oficial. Era el lema de Felipe II, rey del imperio español en el siglo XVI. Significa: “El mundo no es suficiente”. El ingeniero reflexionó hace dos meses sobre el sentido trascendental de Artemis I, en una entrevista con este periódico. “Lo que nos dice [esta misión] es que somos seres exploradores. Como decía Neil Armstrong, seguimos nuestro instinto de explorar, al igual que los salmones nadan en contra de la corriente”, señaló.
El plan de la NASA es repetir un periplo similar en 2024, Artemis II, ya con cuatro astronautas a bordo. La tercera misión, Artemis III, se posaría por fin sobre la Luna, alrededor de 2025. Dos astronautas estadounidenses, una mujer y un hombre, pasearán entonces por la superficie lunar, según el calendario previsto por la agencia espacial estadounidense. El primer europeo tendrá que esperar, según ha admitido el austriaco Josef Aschbacher, director general de la ESA. Su deseo es que una astronauta europea pise la Luna antes de que acabe esta década, pero las negociaciones con la NASA no están cerradas.
García Llama y García Galán han continuado una tradición de los viajes a la Luna. Unos días después de que Neil Armstrong pisara por primera vez la superficie lunar, el 21 de julio de 1969, el secretario de la Cofradía de la Virgen de Luna, Felipe Sánchez Urbano, envió unas estampitas a los tres miembros de la misión, anunciando su intención de que la imagen, venerada en los pueblos andaluces de Pozoblanco y Villanueva de Córdoba, fuese declarada santa patrona de todos los astronautas. Poco después, Sánchez Urbano recibió una carta de la NASA con una fotografía firmada por Neil Armstrong, Buzz Aldrin y Michael Collins. Los dos principales ingenieros españoles en la misión Artemis I, García Llama y García Galán, han dedicado ahora una camiseta a la cofradía, con el lema “Virgen de Luna, protectora de misiones espaciales y astronautas”.
El ingeniero aeronáutico Pedro José Herráiz, de la ESA, celebra el éxito del lanzamiento. “¡A la tercera fue la vencida!”, aplaude. Herráiz, nacido en León hace 35 años, ha trabajado en el módulo de servicio europeo, indispensable para la cápsula estadounidense de la tripulación. “Por fin estamos yendo de vuelta a la Luna, ¡y esta vez juntos! Son momentos como este los que hacen que todos los esfuerzos y sacrificios merezcan la pena. Es un verdadero honor poder formar parte de este equipo que está haciendo historia”.
Fuente:https://elpais.com/ciencia/2022-11-16/lanzada-con-exito-la-mision-artemis-i-primer-paso-para-que-una-mujer-camine-por-la-luna.html
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