Su infraestructura ha quedado superada para recibir, por ejemplo, a una buena cantidad de visitantes trasandinos. Así, lo que debería ser un viaje normal de seis horas aproximadas entre Santiago de Chile y nuestra capital, se convierte en realidad en una pesadilla abrumadora de hasta 14 horas.
Claramente, el complejo Horcones ya no tiene la capacidad ni la respuesta para atender a una demanda exigente, ya sea por falta de reacción administrativa en los organismos pertinentes de la frontera, ya sea porque la arquitectura misma de ese centro de ingreso no puede satisfacer una gran afluencia de visitantes, ya que incluso carece de tecnología moderna para agilizar los procesos.
Esto, por supuesto, repercute en la provincia. Sufre el turismo, si no hay una organización adecuada en ese corredor para que el tránsito no se entorpezca, tenga servicios básicos de agua y de conectividad que funcionen correctamente y hay un acuerdo entre ambos países para que sus áreas de control ejerzan sus funciones, pero sin burocratizar lo que debiera ser fluido.
Fuente:https://www.elsol.com.ar/editorial/el-paso-a-chile-se-convirtio-en-una-pesadilla
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