Las medidas oficiales para impulsar la liquidación de granos y el financiamiento otorgado al país por organismos multilaterales le dan algo de aire al Gobierno; hubo una mejora en la acumulación de reservas y una caída de las expectativas de devaluación; pero la incertidumbre y el riesgo de mayores ruidos persisten
Cae la atracción por el dólar linked
La mejor acumulación de reservas llevó a una baja de las expectativas de devaluación de corto plazo. Basta ver las tasas implícitas en el mercado de futuros, que recortaron entre 9 y 13 puntos porcentuales en las posiciones más cortas. El apetito por instrumentos dólar linked (ajustan por tipo de cambio oficial) perdió fuerza. El bono soberano DL más corto cayó 3,2% en lo que va del mes, y los títulos a 2023 y 2024 se mostraron más defensivos. Los flujos en la industria de fondos comunes de inversión corroboran esa dinámica.
Los dólares financieros recibieron con optimismo la medida. En poco tiempo, el contado con liquidación había recortado 4% y la brecha cambiaria llegó a ubicarse por debajo del 100% por primera vez en 48 ruedas. ¿Es sostenible? El dólar soja compra tiempo y trae una calma transitoria. Y el contado con liquidación tiene recorrido, en el caso de que volvamos a ver mayores ruidos en el mercado. El spread entre el CCL y el M3 (como medida de liquidez de la economía) se ubica en su nivel más alto desde principios de julio.
La Fed sigue firma su rumbo
El dólar Index (DXY) en su nivel más alto en dos décadas y las tasas de los bonos del Tesoro a 10 años por encima del 3,2% son el resultado del cambio de tono de la Fed, con respecto a su última reunión en julio. Jerome Powell reforzó el mensaje de Jackson Hole y habló de los riesgos de cambiar el rumbo de la política monetaria de forma anticipada. Así, Wall Street se inclina a ver un nuevo salto de 75 puntos básicos en la tasa, con una probabilidad del 84%. Y espera terminar el año dentro del rango de 3,75 a 4,0%.
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