Estudios arqueológicos sitúan los cultivos de girasol en Arizona y Nuevo México hacia el 3.000 A.C.; algunos arqueólogos sugieren que el girasol se pudo haber cultivado antes que el maíz. Esta planta era muy utilizada por tribus, que molían la semilla y la utilizaban para hacer tortas en forma de pan.
Los españoles lo llevaron a Europa donde se cultivó inicialmente como ornamental. Se expande por diversos países y se instala con gran potencia en el este dominado por la iglesia ortodoxa.
Ucrania y Rusia los principales productores, en algún momento fueron seguidos por Argentina aunque en la actualidad estamos relegados. La relevancia religiosa se debe a que para esa iglesia en días de cuaresma no se podían consumir aceites vegetales provenientes de cultivos listados antes del descubrimiento de América y por eso el girasol estaba ausente. Esto impulso fuertemente su expansión. Se reforzó por políticas públicas de los zares como Pedro el grande que impulsaba el mejoramiento genético de la especie. Hoy es la flor nacional tanto de Ucrania como del estado de Kansas.
Llega a la Argentina también por motivos religiosos, en este caso en los equipajes de los judíos expulsados por los pogromos de los zares rusos, llegando a las colonias promovidas inicialmente por el Barón Hirsch, alguna de ellas cercanas a Carlos Casares en la provincia de Buenos Aires. A EE. UU. y Canadá la llevaron los menonitas. Se consumía el aceite y las pepitas tostadas o saladas, las pipas. Desde las colonias avanza como un cultivo con poca tecnología e inversión y va ganado el mercado de aceites comestibles y hoy es el más consumido a nivel interno y es un cultivo con mucha tecnología diferenciando el destino aceite o confitería. La calidad del aceite es muy buena con gran aporte de vitaminas como la E, cuatro veces mayor al de oliva.
En la mitología griega la ninfa Clytia dicen que se enamoró locamente del dios del Sol, Apolo, el cual lamentablemente no sentía lo mismo por ella. Así que le partió el corazón a la pobre ninfa, que murió de pena convirtiéndose en un girasol, que giraba alrededor de su Dios allá donde fuera.
Entonces la principal característica de los girasoles es su heliotropismo, es decir, su capacidad de girar buscando la luz del sol. De ahí viene su nombre; helio en griego significa sol y tropo quiere decir “volver”. El girasol es la planta que se vuelve buscando el sol
También hay un camino que se refleja en el arte de diversas maneras asociadas, los cuadros de los genios Van Gogh y Gauguin o Klimt lo muestran en el estilo llamado bodegón o naturaleza muerta, y como campos cultivados, en el cine en “Los girasoles de Rusia” con los magníficos Sofía Loren y Marcelo Mastroianni o los campos cultivados de Diego Rivera y Frida, esta última también adornándose con estas bellas flores.
La historia del girasol nos muestra los impactos de las sucesivas ondas de globalización, el mejoramiento genético y los impactos de las religiones o políticas. El zar que expulso judíos configuró su competencia en el siglo siguiente. En Argentina políticas y estrategias son clave para impulsar este producto, a la vista de lo que presenta el conflicto bélico (Ucrania-Rusia) para colocar este «producto estrella» nuevamente en el mundo ya que una medida equivocada de hoy, aunque se pretenda momentánea afecta sin control el futuro. Por ello la reflexión previa y experta es siempre importante de escuchar.
Gentileza
Beatriz Genchi
Museóloga – Gestora cultural.
bgenchi50@gmail.com
Puerto Madryn – Chubut.
La historia del girasol (helianthus annuus) es asombrosa. El girasol salvaje es originario de Norteamérica pero la comercialización de la planta ocurrió en Rusia. Fue recientemente cuando la planta del girasol volvió a Norteamérica para convertirse en un cultivo habitual pero fueron los nativos americanos lo que originariamente cultivaron esta planta con la que obtenían una variedad de colores en la semilla incluyendo el negro, blanco, rojo, y la variedad más conocida, la semilla o «pipa» con rayas blancas y negras.
El girasol era una cosecha común entre las tribus indias americanas de Norteamérica. Estudios arqueológicos sitúan cultivos de esta planta en Arizona y Nuevo México hacia el 3.000 A.C.; algunos arqueólogos sugieren que el girasol se pudo haber cultivado antes que el maíz.
Las primeras referencias sobre girasol en la República Argentina (RA) se remontan al siglo XIX, cuando los colonos de origen hebreo afincados en las provincias de Entre Ríos, Santa Fe y Buenos Aires realizan las primeras introducciones de semilla para su propio consumo. Su difusión, como cultivo, comienza en forma casi simultanea, en la Colonia Mauricio, partido de Carlos Casares, en el oeste de la Provincia de Buenos Aires y en Basavilvaso, Provincia de Entre Ríos a partir de 1900, por agricultores inmigrantes. Paradojicamente, el girasol, cuyo origen es americano migra hacia el este hasta alcanzar Rusia para luego retomar America, mas precisamente a Argentina.
Aunque se registran unas pocas exportaciones menores de grano entre 1915 y 1920, hasta 1928 fue un cultivo de consumo familiar, sin propósito comercial sino para atender las necesidades del consumo de sus semillas tostadas, uso que aun perdura. Se lo conoció como planta ornamental o de jardín y se lo utilizó como alimento de aves. El atlas «L´Atlas des Colonies et des Domaines de la J.C.A. en Argentine et au Brasil, París, 1914», documenta para la Colonia Mauricio 815 has sembradas en 1892.
Desde 1930 hasta 1959 se opera la gran expansión como cultivo oleaginoso. La primera información estadística oficial del área sembrada data de la campaña 28/29 con 400 ha. Veinte años después, en la campaña 48/49, tiene lugar el primer récord de superficie sembrada con 1.800.000 ha. Esta superficie fue superada recién en la campaña 77/78 con 2.200.000 ha. Paralelamente a la expansión del cultivo, a causa de las guerras mundiales y consecuente falta de aceite, se observan la industrialización del grano y el consumo de su aceite en sustitución de otros. Los materiales cultivados originariamente se caracterizaban por ser de alto porte y de largo ciclo vegetativo, como Gigante de Rusia y Gigante Americano, todos originarios de Rusia. Estos cultivares fueron cruzándose naturalmente dando lugar a poblaciones con gran variación en ciclo, color y forma de semilla, del blanco al negro e intermedios estriados.
En el año 1938, Enrique Klein obtiene la variedad Klein producto de selección de una población, buscando acortar tamaño y ciclo y aumentar el contenido de aceite, alcanzando un contenido de 39%.
En los finales de la primera decada del siglo XXI, se observa que la producción mundial de girasol ha estado cercana a los 30 M t. Rusia, Ucrania y Argentina producen en conjunto mas de la mitad de esa cifra, los dos primeros consumen la mayor parte y el ultimo exporta el 70 % siendo el primer exportador de aceite en 2007/08, aunque en las dos campañas previas, fue superada por Ucrania. El girasol es sinónimo de aceite y proteína en segundo lugar. Su aceite ha sido por años de tipo «linoleico», sin embargo razones vinculadas al cuidado de la salud y la demanda de características especiales para usos industriales impulsaron el desarrollo de los girasoles medio oleico y alto oleico.
El mercado argentino comercializa girasol para aceite y girasol confitero y tiene historia como proveedor de aceite linoleico y harinas proteicas con destino a forraje. El girasol para aceite, cuantitativamente mayoritario, proviene de cultivares genéticamente orientados a alto contenido de aceite, alrededor de 50 %, de tipo linoleico (la casi totalidad de la producción) y alto oleico con limitada oferta. El tipo medio oleico, patentado en Estados Unidos como NewSun, no se comercializa como tal en la RA aunque numerosos cultivares actualmente disponibles, responden al tipo en determinadas condiciones ambientales. Hoy el mercado tiene un commodity y nichos para los diversificados. El girasol es 50 por ciento aceite y 20 por ciento proteína, pero vale fundamentalmente por el aceite. Junto con la colza son las únicas especies anuales especificas aceiteras. La producción de aceite de girasol en la RA continua siendo, mayoritariamente del tipo linoleico -el aceite convencional- y crece el alto oleico: en 2007 se sembró un total de 2.67 M ha, de las cuales 0.35 M ha fueron AO y 0.06 M ha confitero.
Sé el primero en comentar en «Mirando al sol – Por:.Beatriz Genchi»