El brócoli es una planta de la familia de las brasicáceas (crucíferas), a la que pertenecen otras plantas comestibles, como la col, las coles de Bruselas o la coliflor.
El origen del brócoli hay que situarlo en Asia Menor a partir de la col silvestre. Existen textos escritos de hace unos 2000 años que documentan el cultivo de esta verdura.
El brócoli fue ampliamente utilizado como alimento por los Griegos y Romanos. En Europa se introdujo en el Siglo XVI, a través de Italia. Desde entonces, muchos son los países donde el brócoli constituyen un alimento muy apreciado, destacando Italia y Estados Unidos.
PROPIEDADES NUTRITIVAS
El brócoli ha sido calificado como la hortaliza de mayor valor nutritivo.
El componente mayoritario de esta verdura es el agua, por lo que su valor calórico es muy bajo. Como el resto de las crucíferas, el brócoli tiene una gran importancia desde el punto de vista nutricional, por su variedad y cantidad vitamínica. Es una fuente excelente de vitamina C, ácido fólico y niacina, y una buena fuente de provitamina A (beta-caroteno), vitamina B1 y E. El beta-caroteno es un pigmento natural que confiere el color amarillo-anaranjado-rojizo a los vegetales y que el organismo transforma en vitamina A según sus necesidades. En el brócoli, el beta-caroteno está enmascarado por la clorofila, pigmento más abundante.
La vitamina A o retinol contribuye al mantenimiento de los tejidos corporales, favorece la resistencia a las infecciones, es necesaria para el correcto desarrollo del sistema nervioso y para la visión e interviene en el crecimiento. También participa en la elaboración de enzimas en el hígado y de hormonas sexuales y suprarrenales. Además, es reconocida por su acción antioxidante, al igual que la vitamina C.
Los folatos intervienen en la producción de glóbulos rojos y blancos, en la síntesis del material genético y la formación de anticuerpos del sistema inmunológico.
De su contenido mineral sobresale el potasio y cuenta con cantidades significativas de calcio, magnesio, zinc, yodo y hierro.
En los últimos años, en el brócoli se han identificado una serie de elementos fitoquímicos cuyos potenciales efectos en la prevención de diversos tipos de cáncer y otras enfermedades justifica el creciente interés en su consumo y cultivo, tanto como producto fresco como congelado. Muchas de sus virtudes se atribuyen a diversos compuestos entre los que destacan los glucosinolatos, isotiocianatos, indoles , entre otros. Muchos de estos compuestos son azufrados y son responsables del fuerte olor que desprende esta verdura durante su cocción.
El brócoli también contiene quercetina, un flavonoide que actúa como antiinflamatorio y que parece disminuir el crecimiento de algunos tipos de cáncer.
Por otro lado, su alto contenido en beta-carotenos y vitamina C ayuda al buen funcionamiento del sistema inmune y a prevenir enfermedades degenerativas y cardiovasculares.
El brócoli es una de las verduras con mayor contenido en luteína, caroteno sin actividad de provitamina A. Esta sustancia es abundante en diferentes partes del ojo humano y actúa como protector frente al desarrollo de cataratas en la edad avanzada. Además, el nivel en sangre de luteína se ha relacionado con la disminución del riesgo de padecer trastornos cardiovasculares.
Los carotenoides son muy sensibles al oxígeno y a la luz, y son estables al calor. Por ello, el brócoli cocido conserva estos compuestos antioxidantes.
Composición Nutricional (100 gramos)
Energía (Kcal) 32,5
Agua (ml) 89,7
Proteinas (g) 4,4
Hidratos carbono (g) 1,8
Fibra (g) 2,6
Potasio (mg) 370
Zinc (mg) 0,6
Yodo (mcg) 2
Vitamina C 87
Niacina (mg de Eq. de niacina) 1,7
Folatos (mcg) 90
Vitamina B1 (mg) 0,1
Vitamina E (mg) 1,3
Vitamina A (mcg de Eq. de retinol) 69
BENEFICIOS
Exceso de peso
Gracias a su alto contenido en agua y a su escaso contenido energético, el brócoli es una verdura recomendable a la hora de elaborar dietas de control de peso. Además, por su contenido en fibra crea una sensación de plenitud y reduce el apetito, muy útil en estas circunstancias.
Potente diurético y laxante
El brócoli debe su acción diurética a su elevado contenido en agua y en potasio y a la baja presencia de sodio. El consumo de brócoli favorece la eliminación del exceso de líquidos del organismo y resulta beneficioso en caso de hipertensión y retención de líquidos, así como en caso de oliguria (producción escasa de orina). Con la producción de orina se eliminan, además de líquidos, sustancias de desecho disueltas en ella como ácido úrico, urea, etc. Es conviene para quienes tienen hiperuricemia y gota, así como a las personas con tendencia a formas cálculos renales.
Su contenido de fibra le confiere propiedades laxantes. La fibra mejora el estreñimiento, contribuye a reducir las tasas de colesterol en sangre y al buen control de la glucemia en las personas que tienen diabetes.
Flatulencia
A pesar de que por su composición presenta múltiples efectos beneficiosos para la salud, para determinadas personas puede tener efectos indeseables. La fibra y los compuestos de azufre abundantes en su composición son las sustancias responsables de la flatulencia y de la dificultad para digerir el brócoli que tienen muchas personas. Por este motivo no se aconseja en la dieta de quienes sufren trastornos digestivos, si bien, resulta menos flatulento si se toma en ensalada o se cuece con comino o hinojo. También ayuda concluir la comida con una infusión de hierbas carminativas, que ayudan a combatir los gases: manzanilla, anís verde, menta-poleo, hinojo o hierbabuena.
En crudo, esta verdura tiene un alto contenido en compuestos de azufre que pueden irritar el tejido renal. Por esta razón, se recomienda que personas con problemas renales se abstengan de consumirlas de esta forma.
…¿sabías que?…..
Las crucíferas contienen compuestos bociógenos, responsables de su ligero sabor picante y de su aroma. Estos elementos tienen la capacidad de bloquear la absorción y utilización del yodo, con lo que frenan la actividad de la glándula tiroides. Estas sustancias se producen por la acción de una enzima que se libera cuando se machaca o se mastica el brócoli crudo, algo que no ocurre con su cocción. Aunque es poco probable que esta sustancia antitiroidea contenida en el brócoli llegue a producir bocio, se recomienda como medida de precaución evitar el consumo habitual de las verduras del mismo género (col o repollo, coliflor, coles de Bruselas), en crudo, en caso de hipotiroidismo.
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