En un gesto destinado a disipar dudas sobre eventuales favoritismos, el ministro de Economía, Sergio Massa, trabaja en un mecanismo legal para renunciar de manera expresa a intervenir en temas vinculados con empresarios cercanos.

Ayer, en otro domingo recluido en sus oficinas de la Avenida del Libertador junto a sus colaboradores más cercanos, Massa dejó trascender ante sus leales que buscará establecer como método solicitar al Presidente la designación “de un tercero” en cada ocasión que lo considere necesario, y a la vez enviar una nota a sus secretarios dejando constancia de su no intervención en licitaciones o acuerdos que involucren hombres de empresa con los que el tigrense tiene una antigua relación.

Un acercamiento a las conexiones de Massa con el mundo empresarial se reflejó en el listado de presencias en su asunción, dos semanas atrás, en el Museo de la Casa Rosada. José Luis Manzano, exministro del Interior y uno de los socios de la eléctrica Edenor, fue uno de invitados, al igual que el empresario de medios Daniel Vila, su exsocio Francisco de Narváez (actualmente dueño de los supermercados Walmart), el banquero Jorge Brito y el dueño de Pampa Energía, Marcelo Mindlin, por citar solo algunos de los hombres de empresa que dijeron presente en aquella ocasión.

A Massa también se le atribuye relación con Mauricio Filiberti, conocido como “rey del cloro” y otro de los dueños de Edenor junto a Manzano y Vila.

En un caso similar al de Massa, el también flamante secretario de Producción, Ignacio de Mendiguren, decidió no absorber el área de importaciones por sus conexiones directas con ese sector. “Por un tema ético, porque estoy en la junta directiva de la Unión Industrial, no es lógico que yo esté en precios y manejando importaciones. Todo eso va a estar en la Secretaría de Comercio”, dijo De Mendiguren, en referencia al actual secretario de Comercio, Matías Tombolini.

Planes sociales

Esta semana, también, a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU), el Gobierno avanzará en un programa que aspira a convertir -inicialmente- unos 200.000 planes sociales en empleo formal en el sector privado. Se trata de un acuerdo con empresarios, quienes contratarán al personal y afrontarán parcialmente el pago de los salarios.

Según informaron ayer fuentes oficiales, el proyecto fue elaborado por el Palacio de Hacienda. Bajo el nombre de “Puente Empleo”, la propuesta aspira a la “transformación de planes, programas sociales y prestaciones de la seguridad social en trabajo formal de calidad”.