El Departamento General de Irrigación, con su titular a la cabeza, el Superintendente Sergio Marinelli, trabaja en la elaboración de una propuesta de codificación del régimen de aguas vigente en Mendoza. El objetivo de la propuesta es integrar y actualizar sistémicamente las diversas normativas que han sido dictadas en los últimos 130 años. No se incluirá en este código el debate por la inherencia del agua a la tierra.

El proceso, que se estima esté concluido en 2024, contempla una amplia participación de actores que se irán incorporando en diversas etapas. Primero se armará una comisión redactora, luego otra de revisión y finalmente un documento para que la Legislatura provincial lo apruebe.

La metodología de trabajo para la elaboración de la propuesta contemplará un proceso de diagnóstico y análisis participativo, basado en talleres con diversos sectores sociales (usuarios, técnicos, organismos, sectores económicos, legisladores, etc). Se proyecta realizar un mínimo de 10 talleres distribuidos en las diversas cuencas y oasis que componen la provincia.

Paralelamente, y retroalimentado con el referido proceso participativo, se procederá a la redacción de un proyecto normativo que integre las diversas regulaciones existentes en un cuerpo sistematizado y actualizado en función de las necesidades que requiere la gestión del agua del siglo XXI.

Los anteproyectos que se generen a lo largo de este proceso serán sometidos a opinión de un panel de expertos, compuesto por destacados académicos y técnicos. Y también se someterán los mismos a la opinión de un cuerpo de asesores del DGI. El plazo de estimado para realizar todas las etapas es de 12 meses. Concluido este proceso, la entrega del proyecto final podría demorar 2 meses más, presentándose finalmente en noviembre de 2024.

“Debemos buscar que no exista contradicción con las leyes existentes, que haya una coherencia, una ley final que resuma todo lo actuado desde la ley base hasta todas las modificaciones que ha habido en el tiempo. Debe haber validación social, con algunos cambios en cuestiones nuevas y no contradictorias con la legislación vigente. Tenemos que hacer modificaciones para ser resilientes en el cambio climático, hay que actualizarse. Esto va a la par de un convenio que estamos trabajando con Israel para un plan hacia el 2030, 2040 y 2050″, explicó Marinelli al referirse al proyecto.