Reunión de gabineteJefatura de Gabinete
El Presidente resiste hacer una renovación profunda, aunque hace saber que hay problemas en algunas áreas; de los 20 ministros originales, ya se fueron 13
Sacudido por una crisis política y económica que lleva meses, Alberto Fernández necesita dejar de correr detrás de los acontecimientos. El Presidente no descarta cambios de funcionarios, pero sería en cargos puntuales, donde ve problemas. Sigue sin querer hacer una renovación amplia de su gabinete, a pesar de la presión que en el último tiempo ejercieron sus socios políticos y parte de su administración. De los 20 ministros originales, ya se fueron 13 y en su enorme mayoría fueron salidas desprolijas y forzosas.
“Cirugía mayor ya no hay para hacer. Después puede haber cambios puntuales, pero no inminentes”, dijo a LA NACION un funcionario de interlocución directa con Fernández. Parte del pacto suscrito con Cristina Kirchner en Olivos es que la vicepresidenta deje de “revolear ministros” públicamente, como ella misma dijo el viernes en El Calafate. Sin conocer del todo qué acordaron en secreto, ahora las segundas y terceras líneas del Frente de Todos quieren que la tregua sea lo más extensa posible.
Cristina, en tanto, sigue creyendo que hay “funcionarios que no funcionan”. “Ustedes saben, porque no lo voy a ocultar, las diferencias que puedo tener con el Presidente en cuanto a políticas o funcionarios”, dijo ella anteayer. Tras la salida de Martín Guzmán y de Matías Kulfas, en su “lista de apuntados” quedaron Claudio Moroni (Trabajo) y Mercedes Marcó del Pont (AFIP). Sin embargo, la salida de Guzmán logró bajar la espuma y descomprimir la tensión que había por los nombres.
En medio de la peor crisis de gestión – “los días más difíciles”, dijo un estrecho colaborador presidencial- muchos funcionarios quedaron envueltos en rumores. Uno de ellos fue el jefe de Gabinete, Juan Manzur. Él transmite que, por la responsabilidad que asumió, no se irá sin que lo echen. Está, sin embargo, en una posición incómoda: con proyección política propia, no reporta a ninguno de los tres accionistas del Frente de Todos y tampoco es un “hombre del Presidente” que pueda hablar por él. El último domingo, mientras se buscaba reemplazante de Guzmán, el único que podía entrar sin golpear a la oficina privada de Fernández en Olivos era el canciller Santiago Cafiero, que sigue siendo la persona de mayor confianza. Todos los demás, incluido Manzur, circulaban en otra área hasta ser convocados por el jefe de Estado.
Manzur tampoco implementó el “tablero de control” sobre los ministerios que había prometido a poco de asumir, en una administración loteada por las internas y que lleva meses en modo crisis. Así, hoy dedica buena parte de su tiempo a hacer encuentros de contención con gremialistas y gobernadores que se quejan por promesas incumplidas de Fernández y pasa buena parte de los fines de semana en Tucumán.
Respecto al equipo económico, la situación del elenco es dispar. En medio de la disparada del dólar blue y los dólares financieros, el gobierno fortaleció al titular del BCRA Miguel Pesce tras el recambio en el Palacio de Hacienda. Tuvo presencia en fotos oficiales y trascendió que Batakis fue una recomendación suya. Marcó del Pont, en cambio, quedó en una situación más difícil. Antes de que Cristina Kirchner apuntara contra ella (la llamó “Señora AFIP”), Fernández le sacó el control directo sobre Aduanas, su principal brazo ejecutor en el organismo recaudador.
En Energía, la ministra Batakis optó por no innovar, por la sensibilidad del área. Cristina definió esta semana que Darío Martínez continúe como Secretario de Energía (no es kirchnerista puro pero mantiene el equilibrio) y el camporista Federico Basualdo, como subsecretario de Energía Eléctrica. El Presidente, sin embargo, no está conforme luego de que los funcionarios desacataran su orden para avanzar sin demoras con la segmentación de tarifas. “Puede ser que no sigan”, dijo horas atrás un alto funcionario con llegada a Fernández.
En el elenco kirchnerista, en tanto, hay quienes tienen interés en pisar Turismo. La vicepresidenta, sin embargo, el viernes elogió al titular del área, Matías Lammens, por el Pre Viaje (la medida tuvo buena imagen según sondeos que llegaron a despachos oficiales) aunque lo instruyó para que implemente una política de precios.
“Alberto, Cristina y Sergio están discutiendo direcciones antes que los nombres”, aseguró otro colaborador con llegada directa al jefe de Estado.
El comité de emergencia que armó Fernández el último fin de semana, en tanto, escenificó como nunca la reducción de su mesa chica. Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Juan Zabaleta (Desarrollo Social) siguieron su agenda y no estuvieron cerca de él como en la crisis de 2021. La paz con Cristina los podría acercar. Hay otros ministros, en tanto, que hace tiempo perdieron diálogo fluido con el Presidente. Algunos aseguran que no se reúnen con él hace meses. Otros ya eligieron de cara al año electoral. Esta semana, cerca del titular de una cartera lo graficaron así: “Entre papá y mamá, se va con mamá”.
Maia Jastreblansky
Fuente:https://www.lanacion.com.ar/politica/tras-la-crisis-fernandez-no-quiere-una-cirugia-mayor-en-su-gabinete-pero-no-descarta-cambios-nid10072022/
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