Ni una sola mención a Cristina Kirchner ni de la interna del Frente de Todos. Se trató de una reunión formal, pero en los hechos marcó el estado de situación interno: desconfianza. El presidente Alberto Fernández recibió en su despacho al ministro del Interior, Eduardo De Pedro, que lo informó sobre el viaje por Israel que encabezó junto a gobernadores.

Solo hubo un repaso de lo que ocurrió durante la travesía, que incluyó un encuentro con el presidente de Israel Isaac Herzog. Tampoco hubo referencias a cambios de áreas o el futuro del ministro de Economía, Martín Guzmán, principal apuntado por el kirchnerismo duro y La Cámpora.

En medio de la tensión extrema dentro del oficialismo, el ministro político se mantiene como una especie de intermediario, aunque rehúya de ese rol. Lo cierto es que hoy es el único funcionario o dirigente de peso con diálogo con Fernández y la vicepresidenta Cristina Kirchner, quienes no dialogan desde hace dos meses.

En medio de la escalada contra el titular del Palacio Hacienda, De Pedro hace equilibrio y trata de mantenerse fuera de ese debate. Así, evitó sumarse a las críticas que lanzaron en los últimos días Máximo Kirchner y Andrés Larroque, tridente que conforma la cúpula de La Cámpora. Ayer, en la previa del Día del Trabajador, un acto celebrado junto a intendentes y dirigentes sindicales, Kirchner cargó contra Guzmán.

“¿Cómo que nuestro ministro de Economía Martín Guzmán dice que él hace su trabajo pero que no se involucra en disputas de poder? ¿Entonces qué vamos a hacer?”, cuestionó , mientras hablaba de los aumentos de precios y del acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Según Larroque, a Guzmán “no lo votó nadie”.

Este fue el tercer viaje que protagoniza el ministro –antes estuvo en España y el Vaticano, donde mantuvo un encuentro privado con el papa Francisco–, quien en silencio comenzó a desplegar un camino que tiene como meta instalarse como uno de los posibles aspirantes a la presidencia el año próximo.

Desde hace meses, De Pedro busca instalar una imagen de moderado dentro de la “orga”, como llaman a la agrupación que lidera el diputado Kirchner. Es, incluso, responsable de cultivar relaciones con dos áreas que desconfía del kirchnerismo duro: empresarios y la Justicia. Se trata solo de una instalación, el camino del funcionario dependerá de la decisión de Cristina Kirchner.

El viaje del ministro con gobernadores buscó también apaciguar las internas palaciegas. Es que gran parte del vínculo con los mandatarios provinciales quedó bajo el control del silencioso jefe de Gabinete, Juan Manzur. Hoy, ambos comparten esa responsabilidad. Durante la estadía en Israel, que duró 10 días, De Pedro mantuvo reuniones con cada uno de los gobernadores. En especial, como contó LA NACION, fue evidente su cercanía con el sanjuanino Sergio Uñac, un binomio que mereció comentarios relativos a una eventual fórmula “de la nueva generación” y sonrisas cómplices de los protagonistas.

Según se comunicó oficialmente, el encuentro, que se desarrolló en el despacho presidencial, duró una hora. Durante ese tiempo, el ministro le informó el resultado final de la gira que incluyó a los ministros Julián Domínguez (Agricultura) y Daniel Filmus (Ciencia) y siete gobernadores: Raúl Jalil (Catamarca), Gustavo Bordet (Entre Ríos), Gildo Insfrán (Formosa), Rodolfo Suárez (Mendoza), Arabela Carreras (Río Negro), Sergio Uñac (San Juan) y Alicia Kirchner (Santa Cruz). El objetivo del viaje a Israel fue para conocer experiencias en manejo del agua.

“Ambos analizaron importante intercambio con Israel y las oportunidades de cara al futuro en procesos de desalinización, riego por goteo y captación de agua producto de crecida de ríos, todas aplicables a distintas regiones del país y de las provincias representadas”, remarcaron fuentes oficiales.