¿Alguna vez quisieron probar la vida en una civilización antigua? Tal vez este sea el momento. No crean que esto se convirtió en una escuela de cocina. Pero, si tienen ganas pueden intentar comida babilónica.
El libro de cocina más antiguo que se haya encontrado se hizo alrededor del 1600 a. C. en la antigua ciudad de Babilonia. Es un conjunto de tabletas rotas grabadas por una versión de un maestro de cocina de una de las primeras civilizaciones. Faltan partes, hay palabras que no pudieron traducir, y quienes tomaron los apuntes no se molestaron en escribir cantidades o tiempos de cocción. Aún así, es nuestra mejor oportunidad para tener una idea de cómo hubiera sido sentarse a comer hace 3.600 años. La cocina antigua, así como la historia, no es una ciencia exacta. Hay partes y piezas que sabemos con certeza, y amplios blancos que tenemos que completar con nuestras mejores conjeturas.
Hay ciertos desafíos en la recreación de una receta que tiene 3.600 años. Partes enteras de algunas de las recetas, se han desprendido de las tabletas y se han perdido con el tiempo, y lo que se pudo leer es reconstrucción… Luego están las palabras. Las recetas fueron escritas en una antigua forma de acadio, un idioma que no se entiende completamente. Hay un puñado de palabras que surgen una y otra vez que nadie está completamente seguro de que pueden traducir. No obstante, un grupo de estudiosos de Reconstructing The Story of Humanity´s Past, lo intento, para que podamos entender algo y otro grupo, pero de arriesgados cocineros, recrearon las recetas. ¡Vale imitar!
Tomaron la palabra «Suhutinnu», por ejemplo. Aparece en casi todas las recetas babilónicas, pero no están completamente seguros de saber lo que significa. Saben que es un tubérculo y que generalmente se sirve crudo, pero nadie sabe si es un nabo, una zanahoria u otra cosa.
Se cree que los babilonios fueron de los primeros en convertir la carne hervida en una forma de arte. Era un sello distintivo de su estilo de cocina, casi todas las recetas comenzaron con el relleno de un montón de grasa en un tanque de agua hirviendo. Para los babilonios, esta era una forma de cocinar tan común que no se molestaron en escribir cómo hacerlo, y ese es uno de los grandes desafíos al recrear sus comidas. No están cien por ciento seguros de cuánta agua y grasa usaron. ¿Se suponía que todo esto saldría como una salsa o una sopa? Es un desafío que cualquiera que intente abordar estos platos tendrá que descubrirlo por sí mismo. Nadie sabe cuáles son las proporciones de estas recetas o cuánto tiempo se supone que se cocina algo.
Aquí, algunas, tal y como (dicen) aparecieron en las tabletas originales y reescritas en el estilo de una receta moderna. Se deja paso, Sin embargo, a que se experimente con las proporciones y los tiempos de cocción. Va el desafío:
*Cordero babilónico con regaliz y bayas de enebro: Pierna de cordero, no se usa otra carne. Preparar agua; agregue grasa; dodder (regaliz silvestre) cuanto se desee; sal al gusto; ciprés (bayas de enebro); cebolla; samidu (sémola); comino; cilantro; puerro y ajo, machacados con kisimmu (crema agria o yogurt) hasta hacer un pure.
*Gacela estofada: Combine el regaliz silvestre, el comino, cilantro, puerro, ajo, fechas (dátiles) y la sal en un tazón poco profundo. Dejar de lado. Comience a hervir una olla de agua sobre una llama abierta. Mientras el agua aún se está calentando, agregue varias gotas de grasa y revuelva hasta que se mezcle. Agregue la mezcla de las especies y luego la carne de caza. Cuando esté completamente cocida, retira la olla del fuego. Mezcle la crema agria con el caldo y sirva.
*Perdiz con hierbas: Esta versión fue recreada con paloma, sal, agua, grasa, vinagre, sémola, puerro, ajo, chalotes, tulipán, “verdes” y yogur o crema agria. Retire cualquier cartílago. Comience a hervir una olla de agua sobre una llama viva. Mientras el agua aún se está calentando, agregue varias gotas de grasa y revuelva. Cuando el agua comience a hervir, agregue la carne de ave y el resto. Cuando esté completamente cocida, cuele el agua grasosa en un tazón y reserve. Coloque la carne cocida y el resto en un plato hondo.
¡Si lo intentan, avisen! No estoy segura de poder ir, pero créanme…me gustaría compartirlo.
Gentileza:
Beatriz Genchi
Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.
Puerto Madryn – Chubut.
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