Muestra del fotógrafo Leo Vaca que exhibe hasta el 19 de febrero. (Foto: Leo Vaca Foto y Pablo Añeli).
La exposición, que puede visitarse de miércoles a sábados de 13 a 20, entrecruza la faceta de artista floral y fotográfica de Vaca, fotoperiodista nacido en La Plata en 1973, quien en los últimos años emprendió una serie de acciones vinculadas con la naturaleza y las plantas a partir del ´no espacio´ Vengan las Flores.
«Ante el maltrato de la humanidad a la naturaleza, la flor es inteligencia, resistencia, reproducción, contemplación, abrazo, misterio y ofrenda», señala Vaca sobre el eje simbólico de este trabajo, que comenzó en pandemia, visitando a productores de la comunidades locales, pero también paraguaya, boliviana, portuguesa y japonesa de Colonia Urquiza, en La Plata.
Muestra del fotógrafo Leo Vaca que exhibe hasta el 19 de febrero. (Foto: Leo Vaca Foto y Pablo Añeli).
«Hace tiempo que trabajo con ellas y su entorno -le dice a Télam, consultado sobre el significado de las flores en su obra-, vuelvo al niño que caminaba con su abuela por el monte recogiendo flores silvestres, cortezas de un árbol quemado, hojas, raíces, semillas».
Kokoro es un concepto japonés que se vincula al corazón y al sentir. Cuenta el fotógrafo cómo llegó a su vida: «Tsuru, una señora de 82 años que me regala vidrios de invernáculos antiguos con los que armé varios de los cuadros de la muestra, también me regaló un ideograma Kokoro pintado por ella con pincel. Para mi fue una bendición».
Un concepto que lo llevó a otro: el «no espacio» Vengan las flores. Ese proyecto, dice Vaca, «soy yo en relación con las flores, las plantas y el arte. He ido con un carrito a muestras de arte y he ofrecido mis ramos en semáforos, tuve una florería en pandemia solo por siete meses en un local muy lindo en City Bell. Nadie entendía bien qué era: si un espacio de arte, un vivero o un anticuario. Cuando lo cerré, porque volví a trabajar con la fotografía, seguí el emprendimiento en la calle. Ahora practico la venta de ramos originales rodeado de gente amiga, solo los sábados en la esquina 474 y diagonal 3 de City Bell . Por eso VLF es un no espacio, es donde sea que esté» .
«Siempre me gustaron las flores -repasa el fotógrafo-. Cuando todo cerró y los productores tuvieron que tirar sus cosechas porque no se podían vender fotografié la catástrofe en los viveros. Hice periodismo en ese momento mostrando ese desastre. En la muestra expongo un sentido más poético y contemplativo. Podemos aprender mucho mirando la naturaleza. Las flores son maravillosas, nos indican el camino».
Dice Vaca que la labor del floricultor no tiene descanso, «en invierno los fríos fuertes y en verano los calores, el valor dólar de los productos, las tormentas, los robos.. se les puede observar la cara de cansados en las madrugadas en el mercado. Cada cultura trabaja de manera diferente -apunta-. Yo estoy fascinado con los japoneses. Con los argentinos me llevo bien pero me fascino al escuchar guaraní, quechua, portugués», advierte
Vaca comenzó su carrera como fotoperiodista en los años 90, trabajó en medios gráficos nacionales e internacionales y colaboró en revistas, ediciones discográficas y libros. Ganó el premio Pléyade por su trabajo de edición en la revista Latido en 2000 y en 2009 recibió el Premio a la Trayectoria Fotográfica de la fundación Compromiso Social, por su compromiso con la infancia.
En 2015 fue Primer premio de la IV bienal de fotografía Arte x Arte en coautoría con RES, Mención Salón Nacional 2016 y Primer premio en la categoría imagen de la Fundación Gabriel García Márquez.
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