Ya pasó un mes de la muerte de Renzo Casali, el joven platense que falleció tras ser atropellado en la intersección de Sarmiento y Deán Funes por un vehículo cuyo conductor estaba alcoholizado. Su mamá, Ileana Carballo de Casali, escribió una carta que fue enviada a los medios.
Renzo Casali tenía 18 años y estaba en San Rafael con sus compañeros del Bachillerato de Bellas Artes de La Plata. Fue atropellado el domingo 29 de septiembre por un vehículo y sufrió muerte cerebral ocasionada por el impacto.
Hola soy Ileana, la mamá de Renzo y Franco.
Desde aquí, el peor lugar que jamás pensé me tocaría ocupar, quiero agradecer con el corazón su presencia y las innumerables muestras de afecto, apoyo y solidaridad recibidas de: familiares, amigos, compañeros de escuela y sus padres, docentes, directivos, compañeros de sueños y actividades de Renzo, al Coro de la Catedral, al Natatorio Temaskal, al Sr. Alfredo Leuco y los periodistas que nos han brindado su apoyo, las muchas asociaciones que comparten este objetivo común, como “Conduciendo a Conciencia” (gracias Sergio Levin por acompañarnos), Activas, “Madres del Dolor”, los padres de Matías Recalt, y a la Agencia de Seguridad Vial.
También a aquellos para nosotros desconocidos solidarios corazones que nos han hecho llegar su voz de apoyo y principalmente a los alumnos y docentes de escuelas de San Rafael, Mendoza, que están replicando este pedido en este mismo instante allí donde Renzo perdió la vida y han pintado una estrella amarilla en el pavimento en el lugar del accidente. Y a otros tantos que injustamente olvidaré de mencionar.
Ninguno de ellos ha permanecido anestesiado por este nuevo hecho desgraciado que frustró los sueños de un joven de nuestro país, y que agrega otra víctima evitable a la larga lista de muertos en un acto de violencia de tránsito por un conductor alcoholizado.
Hoy se cumple un mes de la triste partida de Renzo. Estamos aquí para regar la semilla que él plantó al irse. Esperábamos verlo algún día dirigir la orquesta en este teatro, que amaba y era uno de sus hogares, pero en cambio debemos conformarnos con imaginarlo dirigiendo un coro de ángeles.
Pensamos que su partida no debe ser en vano. Nos deja una misión, casi un deber. Con pequeñas acciones mancomunadas debemos contribuir en la toma de conciencia de que nos estamos matando entre nosotros mismos al no respetar y cuidar la vida con un tránsito despiadado.
Debemos instalar la reflexión en nuestros hogares y ser multiplicadores de la creación de conciencia sobre la importancia de una conducción responsable. Haciendo hincapié principalmente en no tomar alcohol al conducir.
De una vez por todas pedimos que la legislación se ocupe de castigar cómo se merece, a quien trunca una vida o lesiona la integridad psicofísica de otro por manejar alcoholizado, como en el caso de nuestro hijo. Que los políticos -como encargados de dirigir debidamente el destino de la sociedad- no hagan una vez más “oídos sordos” a este desesperado pedido.
Mientras ese agravamiento de la pena no llegue, no se cumplirá su finalidad preventiva y si no tomamos conciencia de las inconductas al conducir TODOS PODEMOS SER RENZO…
Sigamos entonces, cada uno desde su lugar, luchando para lograr conciencia al conducir, que la reforma legislativa y su aplicación finalmente llegue en beneficio de todos. Y que sean un homenaje a la temprana partida de Renzo y de todos aquellos que fueron víctimas de este tipo de actos de violencia en el tránsito.
MEMORIA Y JUSTICIA POR RENZO.
ETERNAMENTE AGRADECIDA…






Sé el primero en comentar en «La mamá de Renzo sigue pidiendo Justicia»