Sin embargo, una de las más importantes dicotomías que la sociedad plantea con respecto a la educación es el estado de la escuela estatal (mal llamada pública) frente a la escuela privada. No son pocos quienes suelen alabar la calidad de la segunda frente a la decadencia de la primera, sosteniendo que el ámbito privado ofrece mayores garantías que el estatal.
De hecho parece que las frías estadísticas demuestran que esta creencia está fuertemente instalada entre los argentinos y los mendocinos. Un informe de la Universidad de Belgrano sostiene que, en la última década, unos 300 mil alumnos argentinos pasaron de la escuela estatal a la privada.
A ello se le suma que la matrícula de la escuela primaria estatal fue creciendo de manera sostenida hasta el año 2002, pero que a partir del 2003 esta tendencia se revierte. Entre 2002 y 2010, bajó un 7% en promedio el número de niños en escuelas primarias estatales, mientras que creció un 20% en las privadas. Sólo en siete provincias aumenta la matrícula primaria en el ámbito estatal: Santa Cruz, Catamarca, Salta, San Luis, Tucumán, San Juan y Chubut.
En el caso de Mendoza, el éxodo se profundiza: entre el 2002 y 2010, la matrícula en las estatales bajó un 13% y subió en escuelas privadas un 24%.
Ayer, en el programa radial ¿No será mucho? de MDZ Radio, estuvieron dos profesoras y directoras, una del ámbito privado y otra del estatal, para responder éstas y otras preguntas más, además de participar en un debate sobre la educación.
Las participantes fueron Susana Isleño, quien además de ser profesora y licenciada de Historia y especializada en desarrollo directivo, fue docente en varias escuelas de gestión privada y de la UNCuyo y actualmente se desempeña como directora de la prestigiosa escuela secundaria bilingüe Rainbow.
Por otro lado, también participó Amalia Vergara, quien fue supervisora de escuela secundaria durante doce años, estuvo ejerciendo el cargo directivo de la también reconocida Escuela Normal, y es la autora del libro El derrumbe de la escuela pública. Hoy trabaja como directora del colegio Tomás Silvestre en Guaymallén.
En principio y de manera introductoria, para Isleño el debate de escuela estatal versus privada es innecesario, ya que «las pruebas de calidad y sus resultados muestran que desde hace 40 años estamos con un grave problema en educación y plantear el tema de escuela pública y privada como una dicotomía no nos lleva a un análisis profundo».
Para la docente, «la cuestión es cómo el Estado está gestionando la cosa pública. La educación actual es un modelo que demuestra sus lamentables resultados. Hay que pedirle al Estado que brinde cuentas de cómo está gestionando la educación».
Por su parte, Vergara destacó las palabras de Isleño y reiteró que «no se trata de debate público versus privado, sino que hay escuelas que se gestionan desde distinto modo». A pesar del título negativo de su libro, la directora estatal rescató que en dicho texto «también hablo de la restauración de la escuela pública».
Para ello también indicó como ejemplo una experiencia propia, en este caso durante su paso como directora del Normal: «Durante cinco años en el Colegio Normal implementamos un proyecto integral. Empezamos el mismo con 1100 alumnos y terminamos con 1350, eran los mismos alumnos pero promovidos, porque los hacíamos estudiar y reforzábamos la presencia de los padres».
No sólo se trata de impulsar las responsabilidades de padres y alumnos, también de la parte docente: «Si el maestro ha sabido crear esa línea afectiva emocional y ha sabido comprometer a sus alumnos en el estudio, así como el director compromete a sus docentes, los resultados se obtienen», indicó Vergara.
Además, si bien Vergara reconoció que las escuelas deben seguir las políticas educativas dictadas por el Estado, subrayó que «cada institución tiene la autonomía, dentro de las políticas que se dictan, y la libertad total de desarrollar su propio proyecto educativo». Sin embargo, para la docente ello fracasa porque «muchas veces los directivos no están capacitados en gestión institucional y curricular».
Por otro lado, Isleño se encargó de desmitificar la creencia popular de que en la escuela privada se promueven a los alumnos porque se pagan cuotas mensuales elevadas: «Eso es falso. La exigencia de la educación en varios colegios privados es altísima, lo cual está medido por los resultados”.
Islas del paraíso escolar en medio de una crisis educativa
Volviendo a la situación de la crisis educativa en general, Isleño opinó que «la educación de un país no se arregla con islas que andan bien. No hay proyecto educativo que responda a un proyecto de país y de ciudadanos».
Sin embargo, Vergara cree que «algunas islas sirven de modelo para ver porque esas escuelas son exitosas», aunque agregó que «en estos últimos años, hemos visto como las ideologías imperan, donde todo se cuestiona, lo cual también es muy grave para la institución educativa. Algunos padres atentan contra los docentes y directivos y desautorizan la palabra del maestro delante de los hijos», lamentó.
De todas maneras, para Isleño «se puede no tener una escuela de conflicto». Para ejemplificarlo, volvió a su experiencia como directora: «En los últimos diez años tengo el recuerdo de tres ocasiones de desacuerdos con los padres, porque el padre que opta por este tipo de escuelas es alguien que apoya y que quiere un hijo que pueda llegar a su vocación».
El «diez» fácil y la falta de capacitación de los maestros
Otro de los problemas que ambas profesionales de la educación reconocieron es la facilidad que tienen los alumnos para sacarse un 10 en la escuela. Isleño lo planteó como «uno de los problemas que tiene la falta de políticas del Estado», ya que el 10 «no está definido». De todas formas, indicó que «depende de la escuela de donde se vaya, un 10 es fácil de obtener o no».
Vergara apuntó la problemática también desde el Estado, pero con otro punto de vista bastante distinto: «El profesor tiene total libertad para colocar notas, pero en los últimos años, muchos se han vistos presionados para modificar las notas de los promedios de los trimestres porque el Gobierno necesita mostrar otras estadísticas».
Esto último también estaría relacionado con respecto a, según Vergara, la falta de preparación a los nuevos docentes: «Los directivos apreciamos como los profesores que recién se inician están peor preparados y los chicos de hoy exigen mucho más. Un docente tiene autoridad con sus alumnos cuando están bien preparados».
Isleño se sumó al análisis y señaló que éstos «son los tiempos de la escuela inteligente, en la cual los equipos directivos tienen que hacerse cargo de la capacitación de sus docentes».
Lo único que han hecho los gobiernos es la promoción de las escuelas privadas ya que se desentienden de la escuela pública. Este gobierno lo que ha logrado es la expulsión de los chicos del sistema público», apuntó.
Por último, cada una de las directoras escolares presentes realizaron una pequeña reflexión con respecto a la educación, y ambas coincidieron en brindar un mensaje a los padres de los chicos.
En el caso de Isleño, la directora del Rainbow sostuvo que «se les pide a los padres que transmitan a los chicos el orgullo de pertenecer a una institución que les saca lo mejor de sí mismo. Eso requiere esfuerzo y sacrificio, pero los chicos lo necesitan porque no se sienten orgullosos de muchas cosas».
Por su parte, Vergara expresó: «Le diría a los padres que hagan respetar al docente, que vuelvan a reconstruir el vínculo familia-escuela a favor de los alumnos y que no descalifiquen a los docentes».
«Lo que estamos viviendo desde la tragedia educativa es la tragedia de la sociedad», concluyó.
Fuente: MDZ
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