Por primera vez desde que asumió, ayer Alberto Fernández abandonó el estilo de conducción radial y convocó a todos sus ministros en un mismo salón. “Mostrar lo que hicimos. Poner en valor las políticas públicas. Parar de defendernos y salir a la ofensiva en las últimas tres semanas de campaña”, fue el mensaje que se llevaron los ministros de lo que fue la primera gran reunión de gabinete. No es la primera vez que el jefe de Estado hace esa arenga y ese pedido interno.

Fuentes oficiales aseguraron que durante el encuentro, que duró casi una hora y media, no se conversó del episodio de la quinta presidencial, que le valió fuertes cuestionamientos de propios y ajenos. Se habló en cambio de cómo encarar la gestión durante el período de la campaña. Fernández y sus funcionarios repasaron qué actividades de gestión pueden realizar en las próximas tres semanas y cuáles están prohibidas por la veda de anuncios que marca la ley electoral. Nadie tenía muy en claro los límites, que son difusos. Eduardo De Pedro (Interior) se comprometió a compartir con todos la letra de la normativa y la jurisprudencia que hay en la materia. Probablemente, a partir de ahora, muchos ministros realicen recorridas vinculadas a sus áreas para exhibir reactivación, sin anunciar planes nuevos ni hacer cortes de cinta.

“Lo vimos bien, subido arriba del caballo”, comentó uno de los asistentes a la reunión en diálogo con LA NACION. Además de Fernández, tomaron la palabra Cafiero y algunos ministros. Hablaron dos de los representantes del kirchnerismo en el gabinete, Jorge Ferraresi (Vivienda y Hábitat) y Tristán Bauer (Cultura), y uno de los nuevos del equipo, Juan Zabaleta (Desarrollo Social).

“El Presidente hizo un reconocimiento a los ministros, repasó los programas que desde el año pasado sirvieron para contener la pandemia, y focalizó en las herramientas que están rotando hacia la recuperación económica. También marcó las prioridades que quiere ver plasmadas en el presupuesto del año próximo. Tiene que ser el presupuesto de la pospandemia”, dijo el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, al culminar el encuentro en el Museo del Bicentenario con casi todos sus ministros (la titular de Salud, Carla Vizzotti está en Moscú).

Fernández también les ofreció insumos a los funcionarios para que defiendan la reactivación. Según el “brief económico” que circuló post reunión, entre los títulos que destacó el Presidente figura que “la actividad económica está dejando atrás el freno de la segunda ola y creció 2,5% mensual en junio”, que “la industria manufacturera creció 11,7% interanual” y que “la economía creció en un año 10,8%, aunque un 2,2% por debajo de la prepandemia”.

Olivos

Sobre el affaire de Olivos, que ahora tiene su secuela en los tribunales, Cafiero dijo que Fernández “está a disposición de la Justicia” pero que “aún no lo han citado”. El jefe de Gabinete rechazó que hayan existido más eventos sociales, además del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yáñez, el 14 de julio del año pasado en pleno confinamiento nacional. “No. El Presidente ya lo explicó y ya quedó todo detallado”, se limitó a responder el ministro coordinador consultado por los periodistas acreditados en la Casa Rosada acerca de otras eventuales celebraciones durante 2020.

Además, tras el escándalo que provocó fuertes cuestionamientos internos al Presidente y su círculo de colaboradores más estrechos, Cafiero agregó que “no habrá cambios en el gabinete” y que “la seguridad del Presidente y de la quinta de Olivos siempre se está revisando porque la protección del jefe de Estado es esencial”.

Más allá de la veda, el Presidente y los ministros más involucrados en la campaña, sin embargo, no se quedarán de brazos cruzados en el sprint final a las PASO.

La semana próxima Fernández viajará a La Pampa, Catamarca y San Juan, para exhibir signos de recuperación económica en el interior. Otros ministros, como Cafiero, Eduardo De Pedro (Interior) y Gabriel Katopodis (Obras Públicas) harán sus propios recorridos para reforzar el proselitismo de los candidatos.

El encuentro con los ministros fue también un gesto de respaldo para el gabinete. Por ahora, no habrá cambios en el equipo del Presidente. El llamado a “poner orden” que pidió la vicepresidenta Cristina Kirchner no tendrá efecto, al menos en el corto plazo, sobre el gabinete nacional.

El Presidente buscó así ordenar y unificar el mensaje que emanará desde la Casa Rosada, pero también dio una señal al resto de las terminales del poder del Frente de Todos.

Golpeado por la conmoción que causó la publicación de las fotografías y los videos del cumpleaños de la primera dama, Fabiola Yañez, durante la cuarentena estricta, Fernández abandonó por primera vez su estilo radial y autosuficiente, con el que concentra las decisiones. Como lo hacía Néstor Kirchner, concentra la información y las relaciones.

La reunión de gabinete no significa, según allegados al mandatario, un cambio de método. Fernández, sin embargo, les dijo a los ministros que si el formato de trabajo les resulta funcional, puede repetirse a futuro.

Participaron del encuentro, entre otros, Martín Guzmán (Economía), Matías Kulfas (Desarrollo Productivo), Gabriel Katopodis (Obras Públicas), Juan Zabaleta (Desarrollo Social), Matías Lammens (Turismo), Sabina Frederic (Seguridad), Jorge Taiana (Defensa), Eduardo de Pedro (Interior), Juan Cabandié (Medio Ambiente) y Jorge Ferraresi (Hábitat).

Además, estuvieron presentes el secretario general de la Presidencia, Julio Vitobello; la vicejefa de Gabinete, Cecilia Todesca; el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz; la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra; y el vocero presidencial Juan Pablo Biondi.

Tras la reunión del Gabinete, el Presidente almorzó en la Casa Rosada con el titular de la Cámara baja, Sergio Massa.