Mauro V. Rizzi
Un comité de la Cruz Roja y el Equipo Argentino de Antropología Forense llegará hoy a las islas con la tarea de exhumar una tumba colectiva y seguir un rastro perdido en Caleta Trullo
Este lunes, un comité de la Cruz Roja Internacional (CRI), acompañado por miembros del Equipo Argentino de Antropología Forense (EAAF), arribará a Puerto Argentino para comenzar una tarea de exhumación e identificación de cuerpos sepultados en una tumba colectiva del Cementerio de Darwin y en busca de encontrar restos en la zona de Caleta Trullo (Teal Inlet), luego de que el año pasado las autoridades isleñas recibiera una denuncia de parte de un veterano de guerra inglés que señaló la existencia de una “tumba de guerra”, como se les llama a los lugares donde descansan restos de soldados que caen en pleno combate, con pocas posibilidades de ser identificados.
Son dos hechos a investigar que pueden estar unidos, algo que se conocerá cuando comiencen las tareas de exhumación en Darwin, el próximo 16, ya que los científicos deberán guardar una cuarentena de una semana de acuerdo con los protocolos locales respecto al Covid-19.
El acuerdo fue rubricado el 15 de julio pasado, cuando el embajador argentino ante los Organismos Internacionales en Ginebra, Federico Villegas, su par británico, Simon Manley, y el vicepresidente del Comité Internacional de la Cruz Roja, Giles Carbonier, decidieron agregar a la exhumación y posterior identificación de la Tumba C.1.10 de Darwin la posibilidad de encontrar cuerpos sepultados en Caleta Trullo.
Dos tumbas colectivas en Darwin aún sin identificar
Respecto a las tumbas colectivas, en 1983 el entonces Capitán Geoffrey Cardozo sepultó cuatros cuerpos en una de ellas, la C.1.10, señalando en su lápida que allí se encontraban enterrados el “subalférez Ricardo Sánchez y tres soldados solo conocidos por Dios”. Aquí cabe aclarar que en el informe Cardozo se señala claramente la existencia de un cuerpo identificado, el del subalférez Sánchez y restos de tres cuerpos más. No habla de cuatro cuerpos, dado el estado en que fueron encontrados. De hecho, según fuentes inglesas, los cuatro -el cuerpo y los restos de otros tres- se encontrarían en una misma bolsa y féretro.
Cuando el Cementerio fue remodelado en 2004, en esa tumba colectiva aparecieron identificados equivocadamente los cuerpos de otros tres combatientes argentinos: Héctor Aguirre, Mario Luna y Luis Sevilla. Pero cuando se llevó a cabo la exhumación de más de 100 cuerpos, dando comienzo a la identificación programada en la Misión Humanitaria acordada por Argentina y el Reino Unido y encargada a la Cruz Roja Internacional y al Equipo Argentino de Antropología Forense, esos tres cuerpos aparecieron identificados en otras tumbas hasta ese momento anónimas, potenciando la hipótesis que indicaba que, casi con seguridad, se trataría de los cuerpos de gendarmes abatidos en su helicóptero, en Monte Kent.
Quien denunció esto en su momento fue la investigadora Alicia Panero, cuya presentación permitió abrir una adenda para extender y revisar el programa de identificación a estas dos tumbas colectivas. Sin embargo, solo una, la mencionada C.1.10, tuvo la aprobación de sus familiares. La otra, donde se presume descansan restos de la tripulación de un avión caído en la zona de las Islas Borbón, aún está a la espera de la aprobación y muestras de ADN de sus familias.
“Es un orgullo esta misión, un tema que me llevó muchos años de investigación y que me obligó hasta hacer presentaciones judiciales. En este trabajo me contacté con familiares y funcionarios, nunca dudé que Sevilla, Luna y Aguirre no estaban en esa tumba colectiva. Su aparición e identificación en otras tumbas fortaleció mi certeza respecto a que los cuerpos de la tumba C.1.10 son los miembros del Helicóptero Puma abatido en Monte Kent”, afirmó Panero.
La investigadora destaca el trabajo de Cardozo sobre las locaciones, trazabilidad y los hallazgos de los cuerpos. “Nunca dudé de que en la tumba que se exhumará en esta misión estuvieran otros restos que no fueran de los miembros del Grupo Alacrán de Gendarmería caídos en Monte Kent, porque eso está muy claro en el informe y en charlas mantenidas con Cardozo”, agregó.
Soldado Brito: el rastro sobre el posible hallazgo de un cuerpo sepultado en Caleta Trullo
El año pasado, un médico inglés, veterano de la guerra de Malvinas, se contactó con el gobernador de las islas y le notificó que en Caleta Trullo (Teal Inlet) descansaban los restos de uno o más soldados argentinos que no habían sido relevados en ningún informe posterior a la culminación del conflicto bélico. Luego de la denuncia, el gobierno isleño anunció que iban a “continuar con los esfuerzos para determinar si estos informes son correctos o no”. De esa manera llevaron el tema a las autoridades argentinas y al Comité Internacional de la Cruz Roja, para determinar los próximos pasos a seguir. También describieron el trabajo como “una investigación policial en curso” e instaron a los habitantes isleños a “contactarse con los investigadores si es que cuentan con información relevante que aporte al caso”.
Consultado por LA NACION, Geoffrey Cardozo, señaló respecto a esta posible tumba de guerra no hallada en su momento: “En febrero de 1983, cuando estábamos en plena tarea de exhumación e identificación de los cuerpos, envié a la mitad de mi equipo a Teal Inlet (Caleta Trullo) a investigar la posibilidad de que se encontraran más tumbas de guerra en la zona, pero volvieron a Puerto Argentino sin novedad. De todos modos, como en esa zona funcionó un hospital de campaña de las fuerzas británicas y allí encontramos el cuerpo de un soldado argentino que identificamos, hay suficientes indicios para que el caso deba ser investigado”.
El Hospital de Campaña donde trabajó el médico inglés que realizó la denuncia es vital como pista para los investigadores. El soldado identificado que señala Cardozo, que fue exhumado y luego sepultado en Darwin en ese entonces, es Ramón Omar Quintana, oriundo de Tucumán, integrante del Regimiento de Infantería 7.
Quintana cayó herido en la Batalla de Monte Longdon y fue trasladado a Caleta Trullo (uno de los dos hospitales de campaña ingleses, el otro se montó en Fitz Roy) junto a otros soldados argentinos entre los que se encontraba su compañero, el soldado de R7 de Infantería Omar Brito. Según testigos, Quintana y Brito murieron producto de sus heridas en ese hospital de campaña y luego fueron sepultados en tumbas de guerra. Quintana fue exhumado e identificado en febrero de 1983 por el coronel Cardozo antes de volver a sepultarlo en Darwin.
De Omar Brito se perdió toda información, a pesar de que en su recorrido y últimas horas como herido de guerra estuvo cerca de Quintana. De allí surge que sería probable que, de encontrarse un cuerpo en Caleta Trullo 39 años después, el mismo pertenezca al soldado conscripto Brito.
Con la exhumación de estos cuerpos se podrá dar un paso importante en la identificación completa de los soldados sepultados en el cementerio de Darwin en 1983 por el capitán inglés Cardozo y que años más tarde llevó al veterano de guerra Julio Aro a trabajar en su identificación desde la Fundación No me Olvides. Trabajo por el cual Cardozo y Aro fueron candidateados al Premio Nobel de la Paz.
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