Fue la sorpresa de las primarias y dice que los partidos tradicionales no viven la realidad de los trabajadores. Propone gravar las fortunas.
-(Luis) Rosales dice que la izquierda atrasa…
-Mendoza les está dando la espalda justamente porque los que atrasan son ellos. Forman parte de la casta política. Están nerviosos porque tienen posibilidades de perder cargos en la Legislatura y los concejos deliberantes. De acuerdo a lo que dicen los analistas, el Frente de Izquierda ocuparía esos cargos. Ése es el problema que tienen el PD y Rosales.
-Rosales también dice que en Mendoza hacen falta 3.000 millones de dólares para recuperar la infraestructura de Mendoza y que no llegarían con un Frente de Izquierda poderoso.
-Rosales, como otros sectores políticos, quieren hacernos creer al pueblo trabajador que, si aceptamos el trabajo precario y bajos salarios, entonces los inversores van a venir. Esto es lo que siempre plantean los partidos de los patrones: hay que hacer bien los deberes. En aras de la “seguridad jurídica” tenemos que cargarnos sobre nuestras espaldas la inflación, el acceso a la vivienda y todos los problemas que padecemos cotidianamente.
-¿Llegan con su mensaje a la gente?
-Estamos disputando la quinta banca… Lo importante para nosotros es lograr fiscalización, para impedir lo que sucedió en las PASO. A nosotros y a otros partidos también les faltaron boletas desde el arranque. Estamos en contra del clientelismo y tampoco tenemos recursos para hacerlo (risas). Dependemos de lograr el convencimiento y la concordancia con nuestras ideas. En ese sentido estamos recibiendo muchísimo apoyo.
-¿Confronta el discurso con la mentada Mendoza conservadora?
-Desde los distintos partidos se plantean la idea de una Mendoza conservadora. Son ellos los conservadores, una casta que no vive la realidad de los trabajadores. Nosotros somos los únicos realistas. Cuando nos dicen utópicos, que no vamos a poder ir contra la Mendoza conservadora, eso es falso. Poner un impuesto progresivo a las grandes fortunas, quitar el IVA a los productos de consumo popular es una herramienta para bajar la inflación.
-Justamente, Rosales dice que esas ideas del Frente de Izquierda espantan inversiones…
– Veamos el caso de Vale. Dejó en la calle a más de 6 mil trabajadores y planteó un chantaje: pidieron exenciones impositivas para que todos nosotros le paguemos la rentabilidad de la empresa. Argentina tiene riquezas, lo que sucede es que cada vez está más concentrada en manos de los capitalistas. Producimos alimentos para una población 13 veces mayor de la que tenemos y hay gente que pasa hambre. Eso no es realista.
-¿Qué otra propuesta han pensado desde las PASO hasta ahora?
-Reducción de la jornada laboral, con un salario igual a la canasta familiar, o becas para que los hijos de los trabajadores puedan acceder a la educación. Contra aquellos que plantean la baja de la edad de imputabilidad, la mano dura, nosotros queremos que los jóvenes tengan una perspectiva a futuro.
También creemos que las cadenas de supermercados tienen el monopolio para incrementar los precios, Deberían abrirse los libros de contabilidad para ver cuál es la verdadera rentabilidad.
-El Frente de Izquierda se reivindica como una fuerza de trabajadores. ¿Se le puede quitar el monopolio de la representación de los trabajadores al PJ?
-Si bien tradicionalmente el peronismo tuvo ascendencia entre los trabajadores, uno de los principales pilares de este gobierno fue la burocracia sindical, donde hay tipos como (Gerardo) Martínez que fue buchón del batallón 601 en la dictadura militar, o (José) Pedraza que promovió el asesinato de nuestro compañero Mariano Ferreyra. Lo que menos se tocó durante la ‘década ganada’ fueron los viejos sindicatos.
-¿Plantea la renovación de los sindicatos?
-Tiene que haber una democratización profunda de los sindicatos. Hay que modificar la ley de asociaciones sindicales, que los trabajadores puedan elegir libremente sus delegados y afiliarse libremente. La izquierda viene avanzando paulatinamente entre los trabajadores, como Kraft, subterráneos, ferrocarriles. No hemos recuperado sindicatos, pero hemos avanzado en los cuerpos de delegados y las comisiones internas.
-¿Por qué ese crecimiento no se verificaba en las urnas…?
-Lo que decían los compañeros es “te voto en la fábrica, para que seas delegado, porque sé que no te vas a vender y vas a pelear por nuestros derechos, pero en las elecciones voto al peronismo”. Lo nuevo sería que los trabajadores se identifiquen políticamente con la izquierda. Queremos darle a la Argentina una alternativa propia de los trabajadores que no sea de conciliación de obreros y patrones. Y también en el movimiento estudiantil.
-Hay analistas que indican que el crecimiento de la izquierda se debe, en algún punto, a políticas del kirchnerismo…
-El kirchnerismo intentó usufructuar lo que surgió en 2001: el rechazo a la casta política que gobernó para los intereses de los capitalistas y el sentimiento contra el neoliberalismo. Pero, a pesar de la política de derechos humanos, el kirchnerismo ya tiene más muertos de la protesta social que (Eduardo) Duhalde. La Asignación universal: quién puede vivir con 460 pesos.
Es insuficiente y no se generan con trabajo genuino. La izquierda no le debe al kirchnerismo. Fue el kirchnerismo que se disfrazó de izquierda para usufructuar lo que quedó del 2001. Matrimonio igualitario, por ejemplo: los propios legisladores del PJ, como (Omar) Félix, votaron en contra. El “relato” no se condice con la realidad.
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