San Rafael, Mendoza 23 de noviembre de 2024

Ante la complicación del cuadro, operan hoy a Cristina del hematoma en el cráneo

Los médicos decidieron cambiar el tratamiento original ante la aparición de un cosquilleo en el brazo izquierdo; la intervención requiere aplicar anestesia total y hacer dos perforaciones para drenar el líquido; estará varios días internada

Máximo al salir ayer de la Fundación Favaloro, tras visitar a su madre; también fueron Alicia, la cuñada presidencial, y Ofelia, la madre de Cristina.  Un hormigueo en el brazo izquierdo y la pérdida de fuerza muscular agravaron el estado de salud de Cristina Kirchner, por lo que hoy mismo por la mañana será operada en la Fundación Favaloro para quitarle el hematoma en el cráneo que le detectaron el sábado pasado.

Foto: LA NACION 

El cuadro se complicó el domingo con el cosquilleo en el brazo. Mientras el Gobierno mantenía un fuerte hermetismo sobre la salud presidencial, la guardia de la quinta de Olivos entraba en alerta por una nueva afección, un «hormigueo» al atardecer que complicó el panorama. Se decidió entonces cambiar el tratamiento inicial de reposo que debía cumplir durante un mes por una intervención quirúrgica en la cabeza, programada para hoy a las 8. Deberá estar las primeras 48 horas en la unidad de cuidados intensivos y al menos una semana más internada en una habitación común.

La novedad volvió a sacudir al mundo político, en plena campaña electoral y con el oficialismo ante un duro desafío en los principales distritos.

Cristina Kirchner ingresó ayer a las 13.10 a la clínica Favaloro por la calle Venezuela. El auto oficial que la trasladaba se metió directamente al estacionamiento. Ella apenas levantó el brazo derecho para saludar sin bajar la ventanilla, sonrió y se dejó ver en el asiento delantero. Aunque la esperaban desde hacía una hora, el agravamiento de su estado de salud fue sorpresivo. Ayer estuvo todo el día en el sanatorio para realizarse los estudios prequirúrgicos de rigor. Pasó la noche en la habitación 601 del piso sexto, completamente aislado para la Presidenta.

El parte médico que se difundió ayer no fue firmado por los médicos presidenciales, sino por los responsables de la clínica Favaloro, Facundo Manes, director del Instituto de Neurociencias, y Gerardo Bozovich, director del sanatorio. La operarán Cristian Fuster, jefe del departamento de Neurocirugía, y su equipo, comandados por Manes.

  

Primeras horas de Cristina en la Favaloro: muchos periodistas y pocos militantes.  Foto:  LA NACION  / Rodrigo Néspolo

  

Primeras horas de Cristina en la Favaloro: muchos periodistas y pocos militantes.  Foto:  LA NACION  / Rodrigo Néspolo
«La inicial propuesta de reposo y observación indicada con fundamento en el hematoma subdural crónico diagnosticado debió ser modificada debido a que [Cristina Kirchner] presentó un hormigueo en el brazo izquierdo», indicaron en el parte. El equipo del sanatorio visitó a la Presidenta el domingo a las 19.30 en la quinta de Olivos. Allí constataron «una transitoria y leve pérdida de la fuerza muscular» del brazo afectado. En la información que difundió la clínica se aclara que la operación consiste en la «evacuación quirúrgica del hematoma», sin mayores detalles. Si bien el cuadro no debería presentar complicaciones, se trata de una operación en la cabeza que se realiza con dos pequeñas perforaciones en la superficie del cráneo, que se drenan a través de una cánula.

En los casos más graves se corta el cráneo, aunque no haría falta ante el cuadro que presenta Cristina. De todas maneras, se trata de una intervención con anestesia total y le deberán cortar una pequeña porción de pelo para acceder a la zona afectada.

Cristina Kirchner ingresó el sábado de incógnito a la clínica para hacerse un chequeo programado por una arritmia que padecía desde hacía tiempo y que el equipo comandado por Luis Buonomo, jefe de la Unidad Médica Presidencial, tenía en estudio. La Presidenta manifestó esa misma tarde un fuerte dolor de cabeza. De los resultados de una tomografía computada surgió el diagnóstico de hematoma craneal derivado de un golpe, por el que el 12 de agosto le habían hecho una tomografía computada. Los colaboradores presidenciales recuerdan una caída de Cristina el viernes 9 al bajar de la escalera del Tango 01.

El primer tratamiento que habían recomendado los médicos había sido un mes de reposo absoluto para que esa sangre acumulada se reabsorbiera, con lo que la Presidenta había delegado las funciones operativas en el vicepresidente Amado Boudou, que ayer la reemplazó en un acto en la Casa Rosada. Pero la salud se complicó con el adormecimiento del brazo izquierdo.

La preocupación invadió ayer la Casa Rosada, que intentó mantener el ritmo habitual. Pero al mediodía, cuando Boudou encabezaba el acto en reemplazo de Cristina, la jefa del Estado ya estaba en viaje de Olivos al sanatorio, lo que alteró al equipo de colaboradores presidenciales. Un auto de Presidencial salió raudamente por Rivadavia cuando el vice comenzaba su discurso.

La Presidenta ingresó a la Fundación Favaloro en el Audi que la traslada a diario, con escasa custodia. Recién dos horas después, ante la presencia de medios y militantes que se acercaron a alentarla, se dispuso un operativo policial externo. En el interior del sanatorio del barrio de Balvanera el panorama era distinto. Vestido de civil se apostó desde temprano personal de seguridad en los ingresos, escaleras y ascensores para evitar que se filtrara información.

El auto de Cristina ingresó directamente a la cochera por la calle Venezuela. Sin maquillaje, llevaba sus anteojos negros, que dejaron ver por debajo su problema de rosácea crónica que arrastra desde hace años. Detrás, corriendo y agitado, se bajó en medio de la calle su médico personal, Buonomo, que no quiso hablar. A las 14.30 se lo vio salir a Máximo, su hijo, y al atardecer a Alicia Kirchner, su cuñada y ministra de Desarrollo Social. Después ingresó Ofelia, su madre.

Los funcionarios más allegados, como el jefe de Gabinete, Juan Manuel Abal Medina, y los secretarios de Legal y Técnica, Carlos Zannini, y de la Presidencia, Oscar Parrilli, estuvieron ayer en Balcarce 50. Recién la visitarían hoy, tras la operación. Anoche se acercó a verla Boudou, después de pasar su primer día a cargo entre la Casa Rosada y su despacho del Banco Nación.

Por Mariana Verón  | LA NACION
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