El 1 de mayo fue la última vez que Rodolfo Suarez habló con el pleno de los intendentes. Un día después, decidió volver a las salidas por DNI, medida que tuvo que endurecer 10 días después porque los casos se afirmaron considerablemente altos.

Y a punto de cumplirse una semana de aquella última decisión, con un pico de contagios en Mendoza, ahora el gobernador enfrenta la próxima reunión con el presidente Alberto Fernández a la espera del próximo decreto con restricciones, mientras algunos intendentes ya consideran que el impacto de la segunda ola de coronavirus todavía no ha mostrado su peor rostro en la provincia.

Cada 15 días, el término en el que vence cada decreto de necesidad y urgencia, se reactiva la ronda de consultas entre la presidencia y los gobernadores. A Suarez le toca en la segunda tanda de este jueves, la metodología encarada por la Nación que hacen más llevaderos y prágmáticos estos encuentros a distancia. Sucede que desde Casa de Gobierno siempre se han quejado de estas videollamadas por poco efectivas: la mayor parte, aseguran, son palmeadas en la espalda entre los gobernadores que responden políticamente al kirchnerismo, sin mayores cuestionamientos a la estrategia.

Pero ahora el panorama es distinto. Las cifras entre martes y miércoles fueron un llamado de atención y se hicieron sentir sobre todo en las provincias que toman distancia de la Casa Rosada. Córdoba, Santa Fe y CABA registraron picos en los últimos dos días. Y, por supuesto, Mendoza: si bien las cifras nacionales dadas por el Ministerio de Salud registraron 1.905 el martes, por los desfasajes con la carga de datos se comprobó que la cantidad fue mayor y marcó un récord de contagiados, de acuerdo con las cifras provinciales.

Está claro que no es un problema de provincias antiK, que promueven la presencialidad escolar y una mayor circulación: el alza impacta en Provincia de Buenos Aires y también en la cerrada Formosa, donde vienen con marcados desfasajes en la carga de datos en el sistema SISA.

Así, la expectativa en el entorno de Suarez es que Fernández vuelva a extender las restricciones para el AMBA, en tanto creen que dejará algo de margen para las provincias pidiéndoles que extremen las medidas. Hay que recordar que el último decreto de Suarez no tenía término, a diferencia de los presidenciales. Es decir, que las últimas medidas rigen hasta que un nuevo decreto del gobernador establezca nuevas condiciones para los mendocinos.

Por eso, también llama la atención que mientras la meseta de contagios se mantiene elevada para Mendoza, la cartera sanitaria que dirige Carla Vizzotti la sacó de la zona de «alarma epidemiológica» y la ubicó ahora como de «alto riesgo epidemiológico».

El panorama, según los intendentes

Tras la reunión con Fernández, en el Ejecutivo no descartan que Suarez convoque a una nueva reunión con los intendentes. «Es una probabilidad«, indicaron. Si bien la prudencia marca el timming en la consulta hecha por El Sol, uno advierte que se barajan medidas más duras. Entre ellas, la suspensión de las salidas de todo tipo para los fines de semana y las actividades deportivas. Esto, sin tener que tocar la actividad comercial ni las clases presenciales.

Uno de los intendentes definió la situación epidemiológica con la metáfora de la moneda en el aire, para señalar el grado de incertidumbre respecto a la evolución de los contagios en Mendoza.

¿Qué muestran los datos en lo que va de abril? Alvear se encuentra por arriba del 50% de incremento de casos, Luján por sobre el 40% y otros seis departamentos superan el 30% -Godoy Cruz, Maipú, Capital, Junín, Santa Rosa y San Rafael-, a partir del informe semanal que brinda ACLISA -Asociación de Clínicas y Sanatorios privados de Mendoza-.

«Todavía no está programada. Lo más razonable sería esperar», confió uno de los jefes comunales consultados bajo reserva en torno a la reunión con Suarez. La espera tiene que ver con que «si el presidente hace algún anuncio» ya que este viernes vence el DNU vigente. «Una vez que tengamos el DNU, creo que lo más razonable es que tengamos una reunión presencial de todos los intendentes con el gobernador«.

Otro de los radicales que gobiernan en el Gran Mendoza señaló que «vamos a esperar al viernes y seguir el día a día el indicador de camas en terapia intensiva«, uno de los criterios más concretos a la hora de tomar decisiones. De hecho, este jueves ya tienen la fotografía semanal que proporciona Salud: el cierre de la semana epidemiológica 19.

«Estamos preocupados«, expresó uno de los consultados y adelantó que «nuestros índices dicen que los valores van a seguir siendo altos y la segunda ola va a seguir creciendo, todavía no ha llegado el pico«.

En este punto, las comunas ya se mueven con distintas acciones para tratar de adelantarse y que el virus no les explote de manera imprevista. Los municipios del Este acordaron unificar horarios de atención comercial y en las oficinas públicas. Guaymallén ejecutó este miércoles un operativo de hisopados gratuitos en El Bermejo, con largas colas. Las Heras desplazó móviles sanitarios en El Challao, Uspallata y El Resguardo, donde ya venían observando que los contagios se darían en 15 días.

Otro de los intendentes consultados también está a la espera de la llamada. «La meseta es alta, habrá que observar si lo del martes es un pico, una meseta o un escalón. Porque se dio en todo el país. Donde más brutalmente se dio fue en Córdoba y en Santa Fe, de las provincias más grandes, pero también en San Juan, La Pampa y demás», graficó el jefe comunal del Gran Mendoza.

En el análisis de la curva epidemiológica, alguno de los consultados razona en que la segunda ola llegó antes de lo previsto: si bien se esperaba para la temporada más invernal, sucedió todavía con las estaciones más cálidas. «Es un poco lo que vaticinaban los epidemiólogos. La macana es que comenzó en marzo, cuando todavía teníamos temperaturas más parecidas al verano que al otoño. Y nos agarra sin vacunas«, se lamentó.

Por lo pronto, los intendentes reconocen que las medidas dispuestas por la Provincia, como las salidas de compras por DNI no se exigen en los pequeños comercios, aunque sí en los supermercados de manera más estricta.

«El grave problema es que se viene el frío y las personas se encierran en la casa y si alguno viene contagiado, contagia a todo el grupo familiar», una diferencia con el año pasado según marcaron.

En tanto, también reconocen que el encierro de la gente no es una opción por el fuerte malestar social que genera, pero a la vez entienden que las aglomeraciones de personas después de cada fin de semana largo son los que provocarían mayor cantidad de contagios. Y un fin de semana clave será el próximo, aunque ya la Nación haya desactivado el feriado puente del 24 de mayo.