Procurar una distribución hídrica eficiente en la red de riego y un asesoramiento al usuario, para la optimización del uso del agua intrafinca, son objetivos promovidos a través del Plan Agua 2020 de Irrigación. A través de la Escuela de Capacitación del Agua (ECA), se canalizó la tarea de formar y otorgar herramientas para un mejor manejo de los recursos hídricos. Es en ese ámbito de especialización, que Irrigación dicta un curso integral a tomeros de toda la provincia, donde se promueven todos los aspectos vinculados a la eficiencia. Factor vinculado a la ampliación de la frontera productiva y riqueza de la tierra.
Especializado en técnicas de riego, asesor durante años de la Primera Zona de Riego del río Mendoza y actual jefe del Departamento de Gestión Hídrica del río Mendoza, Carlos Sánchez; es un ingeniero agrónomo miembro de Irrigación, quien se encuentra a cargo de los talleres de capacitación a tomeros.
Tras la capacitación a más de 52 tomeros del río Tunuyán Inferior, Sánchez comentó acerca del desarrollo de los talleres, que se realizan en todas las cuencas hídricas de Mendoza.
¿Qué temáticas se abordan en las capacitaciones?
La orientación pasa esencialmente por el eje de la distribución y a partir del mismo, el acento se fija en la equidad, flexibilidad, transparencia y confiabilidad. Los tomeros tienen el contacto directo con la distribución y ellos son y serán los ejecutores de las planificaciones, que como se propone el Plan Agua 2020 de Irrigación, buscan un máximo de eficiencia hídrica.
¿Qué aspectos son relevantes para un tomero, al considerar una distribución eficiente del agua?
Ellos pueden evaluar los resultados más óptimos de diferentes cuadros de turnados, la operación del sistema de distribución en sus canales, lo mismo que la medición de caudales. Son también quienes pueden estar atentos a la conservación y limpieza de la red, lo mismo que alertar sobre un aspecto destacado en el Plan Agua 2020, como es el mantenimiento. Todas esas aristas, son un conjunto de factores que hacen a la eficiencia.
En lo referido al riego intrafinca, ¿puede el tomero ser un buen asesor del regante?
Claro, él puede alentar buenas prácticas del riego. Se sabe ya que un riego gravitacional (por surco o melga), tiene solo una eficiencia potencial del 60%, mientras que el presurizado (por aspersión o goteo) es superior al 80%. Pero es una realidad también, que el factor económico es un limitante y muchos agricultores, prefieren conservar los métodos de riego tradicionales. Ahora, sí es posible hacer más eficiente esa agua, por ejemplo con el aprovechamiento de buenas prácticas agrícolas. Estas van desde mejorar la longitud de surcos, interiorizarse del tipo de suelo y sus necesidades hídricas o mantener en estado las hijuelas intrafinca, muchas veces obstruídas por la contaminación urbana. Se puede mejorar el control sobre la aplicación del agua en la planta incluso, favoreciendo el rendimiento de los cultivos.
Mencionaba recién la contaminación, ¿es el gran flagelo actual para la calidad hídrica?
Absolutamente y no solo afecta a la calidad sino que los residuos sólidos urbanos, son una gran amenaza para la eficiencia hídrica. Representan un obstáculo para la libre circulación del agua y ocasionan pérdidas de la misma por desbordes. El tomero es quien lucha diariamente con ese flagelo, con la indiferencia de estar limpiando una reja y en la punta del canal, sin ningún escrúpulo un vecino vuelve a tirar una bolsa con basura al canal. El tomero debe lidiar con el agua y con los seres humanos indiferentes, que como dice el Superintendente de Irrigación (José Luis Álvarez), no entienden que tiran basura a un canal que riega los cultivos que ellos luego comerán.
¿Qué medidas puede tomar un tomero, ante situaciones de este tipo?
Desde luego rigen multas por contaminación, pero tanto los tomeros como los Inspectores de Cauce, se ven sobrepasados por esta tarea de controlar el enorme volumen de residuos en los canales. Es importantísima la tarea que está haciendo Irrigación desde su programa de “Ciudadanía del Agua”, para lograr un cambio de actitud, no desde el castigo sino desde la educación. Incluso ha ingresado a la legislatura, la que puede ser la primera ley en la historia de la provincia, redactada por jóvenes de toda la provincia, que nos habla de las responsabilidades sociales para ser buenos ciudadanos del agua. La tarea del tomero debería estar enfocada principalmente en la distribución a los fines de incrementar sus metas de eficiencia y lamentablemente deben dedicar gran parte de su tiempo a lidiar con la contaminación y el vandalismo, que daña las estructuras que ellos necesitan para operar.
En este nuevo planteo estratégico del agua, que propone el Plan Agua 2020 y como parte de él el Balance Hídrico que figura conservará y asumirá como nueva el tomero
El plan de capacitación que propone la ECA, se trabajará con tomeros de toda la provincia. Ya iniciamos en el río Mendoza, Tunuyán Superior e Inferior. Irrigación quiere recuperar y potenciar, figuras emblemáticas de la cadena de distribución del agua y el tomero sin dudas es una de ellas. El rol del tomero, estará siempre vinculado a esa fase final y directa, con la llegada del agua a los canales y entradas de fincas, pero se apunta a que sea un agente con una formación integral, que contribuya, vincule y accione prácticas para una mejor eficiencia en la distribución y uso del agua en Mendoza.
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