San Rafael, Mendoza jueves 03 de julio de 2025

Ciencia y tecnología contra una amenaza sin armas

La evolución del concepto de Defensa y la soberanía del conocimiento. Acciones frente a la pandemia. El desafío de gestionar la ciencia mientras se la practica y, para que todo sea posible, la necesaria inyección de recursos.

Unas 400 personas trabajan en el organismo, entre ellas una amplia mayoría de científicos, técnicos y expertos en ingeniería.

Pablo Bolcatto, el científico santafesino que encabeza el estratégico Instituto de Investigaciones del ministerio de Defensa. Foto: Gentileza

Bolcatto es santafesino, físico, docente, investigador, divulgador y, podría presumirse por la imagen que comparte en redes y en presentaciones públicas, amante de los sombreros. Desde principios de enero está oficialmente a cargo del Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef), organismo que depende del Ministerio de Defensa a cargo de otro santafesino, Agustín Rossi. La pandemia por Covid-19 lo mantiene alejado de su ciudad desde hace tiempo -salvo por un brevísimo intervalo en mayo- pero el contacto con sus afectos es permanente, sobre todo para cotejar cómo impacta por aquí la emergencia sanitaria que allá, en Buenos Aires y por el sostenido incremento de contagios, viene obligando a una cuarentena mucho más estricta.

A propósito, el nuevo coronavirus y todo lo que vino con él le dejó el tiempo justo para recorrer el instituto que preside, «muy ancho desde lo disciplinar», y valorar el profesionalismo de las 400 personas que trabajan allí, de las cuales unas 300 son ingenieros, técnicos y científicos.

Después hubo que readecuar algunas funciones a las nuevas demandas y coordinar desarrollos para hacer frente a la emergencia. Todo mientras se mantiene el ritmo en los otros campos de acción, que son muchos.

– ¿Cuáles son los objetivos del Instituto?

– El Instituto ahora se llama de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa y la sigla es Citedef. Antes la palabra Defensa estaba cambiada por Fuerzas Armadas y la sigla era Citefa. Es un organismo de ciencia y técnica anterior al Conicet, creado en la década del ’50 que tiene ya 66 años. Es uno de los organismos simientes de la ciencia y la técnica argentina, contemporáneo a la Comisión Nacional de Energía Atómica de la época del segundo gobierno de Perón. Esta organización estaba orientada a resolver problemas tecnológicos y de desarrollo de las fuerzas armadas de ese momento con la concepción de ir hacia una industrialización y una soberanía. En este caso estamos hablando de soberanía del conocimiento, es decir, tomar decisiones autónomas respecto de cuestiones de ciencia y técnica, en principio orientadas a las necesidades de las fuerzas armadas.

El concepto de defensa fue evolucionando y se la entiende no solamente como un instrumento militar. En 2008 el Instituto cambió de nombre y empezó a tener autoridades civiles que hasta ese momento habían sido militares.

Es un instituto muy ancho desde lo disciplinar y desde sus incumbencias que puede abarcar procesos que tienen que ver con las fuerzas armadas pero también con muchos otros aspectos. Hay dos gerencias: una más cercana a la tecnología y la otra a la investigación en ciencia básica, además de departamentos y laboratorios de todo tipo.

En la gerencia de ciencia está el departamento de láseres que debe ser de los más completos en el país, junto con grupos de otras universidades. Es muy activo y así como puede estudiar el desarrollo de radares láseres para la atmósfera o ponerlos en un medio móvil como un avión, también hay grupos que están estudiando fundamentos de la mecánica cuántica.

Además, el Instituto tiene un departamento de plagas e insectos porque, como bien se dice, en las guerras éstos mataron a más personas que las balas porque son vectores de epidemias. Hay un grupo de toxicología relacionado con aspectos de radiaciones con las que se puede intoxicar una persona y otro con personas expertas en radiaciones electromagnéticas.

El trabajo en el Instituto comprende tres grandes aspectos: Uno es dar servicios a privados y para ello hay laboratorios que certifican en seguridad eléctrica, chalecos antibala y cualquier objeto pirotécnico que puede ser evaluado por nosotros. Además, están los requerimientos de las propias fuerzas armadas y algunos de tipo operativo: cualquier fuerza armada de cualquier país tiene municiones y en países que están en tiempos de paz éstas se vencen, pero hacer su disposición final no es sencillo y también es tarea del Citedef. El tercer aspecto es la investigación básica y el desarrollo tecnológico propio que no tiene que ver necesariamente con las fuerzas.

Noticia de: El Litoral (www.ellitoral.com) [Link:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/253093-ciencia-y-tecnologia-contra-una-amenaza-sin-armas-que-es-el-citedef-area-metropolitana.html]

Fuente:https://www.ellitoral.com/index.php/id_um/253093-ciencia-y-tecnologia-contra-una-amenaza-sin-armas-que-es-el-citedef-area-metropolitana.html

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