La Obra Social y el Centro Regional de Hemoterapia son las instituciones mendocinas que llevarán adelante la recolección de plasma de pacientes que se han recuperado de COVID-19 y que pueden ayudar a los que transitan hoy la enfermedad.
En Mendoza, a la fecha, hay 82 personas recuperadas. Para que ellas puedan donar, es necesario cumplir con ciertos requisitos. Además de los habituales que se solicitan para donación de sangre, estas personas estarán en condiciones de hacerlo pasados 14 días de su recuperación y contando con dos pruebas (hisopados) negativas para COVID-19. Con estas características, una persona recuperada puede donar plasma e, inclusive, si sus niveles de anticuerpos son adecuados, puede hacerlo hasta una vez por semana.
El procedimiento es muy sencillo y ya se utiliza para otros tratamientos. A través de un separador celular (plasmaféresis), se extrae la sangre y el equipo se encarga de separar los componentes, glóbulos rojos, blancos y plaquetas, por un lado, y el plasma, por otro ,en una bolsa especial. Durante el proceso el resto de los componentes de la sangre vuelven al cuerpo. La intervención dura entre 40 y 60 minutos y es muy bien tolerada en general. También se realizan una entrevista, un examen clínico y pruebas de laboratorio para asegurar la salud del donante.
Las bolsas de plasma son almacenadas en equipos denominados ultrafreezers, a 70 °C bajo cero.
El plasma es una herramienta terapéutica, no la cura del COVID-19
El Servicio de Hemoterapia del Hospital El Carmen está equipado para recibir a todos los donantes que cumplan las condiciones, sean o no afiliados, pero es importante aclarar que las reservas de plasma tienen un uso según un protocolo específico.
Hasta el momento reciben plasma dos tipos de pacientes: aquellos que por su situación clínica requieren internación en una sala común pero que necesitan oxígeno mediante una mascarilla o bigotera y tienen controles médicos estrictos. Y los pacientes, de mayor gravedad, que requieren atención en una unidad de cuidados críticos, con fallos de sus órganos que necesitan soporte intensivo. Los criterios de cuándo transfundir y cuántos volúmenes son muy específicos, medidos y controlados.
Es importante destacar que lo que se transfunde a través del plasma son anticuerpos a quienes están empezando a transitar la enfermedad y que, mientras más precoz los reciban, se estima que se detiene la cascada inflamatoria que genera este virus, se reduciría la carga viral y permitiría acortar la duración de la enfermedad.
En nuestro país esta herramienta terapéutica está en etapa de ensayo clínico. Esto significa que es segura su utilización, pero debemos advertir que los estudios de eficacia son los que aún resultan escasos y nuevos en relación con el tiempo que se lleva estudiando la COVID-19. Aun así, los informes parciales demuestran buenos resultados con una aplicación sin consecuencias ni registro de efectos adversos.
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