La guerra es la paz
La libertad es la esclavitud
La ignorancia es la fuerza
1984 – George Orwell
En 1949, George Orwell publica su novela “1984”, en ella describe un mundo en el que el individuo se ha convertido en una cosa, en un pedazo de carne que sólo sirve para someterse y obedecer al “Partido”. Para ello, el “Partido” lleva adelante un sistemático lavado de cerebro masivo y aquellos que se resisten y se rebelan contra el estado son “vaporizados”.
Orwell, a través del interlocutor que encarna al gobierno dice: “no nos interesa el bienestar ajeno, sino únicamente el poder. Sabemos que nadie toma el poder con la intención de renunciar a él. El poder se ejerce sobre las personas, sobre el cuerpo, pero ante todo, sobre el espíritu. Controlamos la materia porque controlamos la mente, la realidad está dentro del cráneo”.
En el libro, los personajes son sometidos al dogma estatal en las escuelas primarias desde niños, mostrándoles que solo el “Hermano Mayor” puede decirles que es la verdad y cómo ser felices, llegando al extremo de aceptar como cierta la mentira indefendible de que 2+2=5. Se les enseña “la historia” que reescribe el “Partido” según sus necesidades dogmáticas y además, deben sumarse a las “Ligas Juveniles Antisexo” y a las “Escuelas de Espías”.
Luego de un tiempo, los pequeños se transforman en fanáticos que nunca desarrollaron un pensamiento crítico, que no ponen nada en duda, que obedecen ciegamente y que son capaces de denunciar sin motivo alguno, a sus propios padres de traidores al “Partido”, escribe Orwell: “hemos cortado los vínculos entre hijos y padres, entre los hombres y entre los hombres y las mujeres. No habrá otra lealtad que la profesada al partido. No habrá más amor que el que se siente por el “Hermano Mayor” (gobierno)”.
Algo de esto tenemos en la Argentina actual. Nuestra historia es manoseada y desdibujada desde hace décadas ya desde la escuela primaria, y aquellos que se animan a contradecir las mentiras oficiales en los secundarios y en las universidades son aplazados y estigmatizados. Así crean un ejército de obtusos que arremeten contra todo aquel que expone las mentiras oficiales, contra todo aquel que se niegue a usar la ridícula “neolengua inclusiva” o contra todo aquel que asegura que una percepción es una percepción y que ella no puede cambiar la realidad. Estos enfrentamientos, cínicamente creados por estos ideólogos neomarxistas, son una causa más en la creciente desintegración familiar.
En algo se equivocó el autor. El gobierno y sus ideas posmodernistas no crearon las “Ligas Juveniles Antisexo”, fueron mucho más sutiles. Nada más inteligente para destruir algo que quitarle valor. Banalizaron el sexo, lo vaciaron de contenido y de sentimientos, lo convirtieron en algo tan superficial y ordinario, que su práctica se transformó en algo tan burdo como ir a defecar.
Vaya, esto me recuerda al artista Piero Manzoni que vendió sus heces enlatada como arte, todo tiene que ver con todo.
Orwell también describe a la “Policía del Pensamiento”, la cual, a través de las “Telepantallas”, detecta y castiga el “Crimen mental”. Esto es equivalente a lo que realiza la Ministra de Seguridad Sabrina Frederic, a través de las redes, para ¿detectar y castigar el pensamiento? Un claro paralelismo.
¿No creerás la mentira del interés por “detectar el humor social”? ¿De verdad nos creen tan idiotas para suponer que un saqueo se organiza con un evento abierto de Facebook? ¿Acaso imaginan que somos tan imbéciles para creer que quieren «detectar delitos flagrantes y anticiparse a los hechos criminales”?
¡Seguro!, precisamente por su preocupación en “anticiparse a los hechos criminales” es que le dejan tener celulares a los presos, para que así puedan amenazar a la población, como lo hizo el recluso que amenazó a Carolina Piparo (condenado por haber asesinado a su hijo).
O quizás por esa preocupación es que liberan a facinerosos de guantes blancos como Boudou; o a delincuentes como los que violaron a la mujer y asesinaron a su hijo de 4 años en Puerto Deseado, uno de ellos había estado preso por intentar asesinar a su sobrino y había sido liberado.
O a lo mejor pretenden “anticiparse a los hechos criminales” liberando a los presos para que no se contagien de Coronavirus, mientras detienen a quienes rompen la cuarentena. No es chiste, fue una iniciativa.
¿Realmente crees que teniendo semejante poder de control sobre las redes, no lo van a usar para perseguir a quien piense distinto?, o mejor dicho, para perseguir a quien ¡simplemente piense!
Decía Lord Acton: “el poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”. Los políticos en Argentina se apropian cada día de un poco más de poder, cada día nos arrancan un trozo de nuestros derechos y esta pandemia es la “excusa perfecta” para auto justificarse.
Orwell escribía: “el hermano mayor vela por ti”. Hoy, el presidente Alberto Fernández te dice: “Un Estado presente es la mejor manera de cuidar a todos”, no hace falta ser un genio para ver la similitud ¿no?
Finalmente, hice una adaptación que del conocido poema del pastor luterano Martin Niemöller para reflejar nuestro hoy:
«Primero vinieron por los oligarcas, y yo no dije nada, porque yo no era oligarca.
Luego vinieron por los opositores, y yo no dije nada, porque yo no era opositor.
Luego vinieron por las PYMES, y yo no dije nada, porque yo no tengo una PYME.
Luego vinieron por mí, un ciudadano común que quiere pensar y ser libre, y no quedó nadie para hablar por mí.»
No dejes que se apoderen de tu libertad, sin ella perderás tu propiedad y quizás hasta tu vida, el virus del totalitarismo es más sutil y más peligros que el Coronavirus.
Es tiempo de ponerse de pie y de sumarse a La Rebelión de los Mansos.
Gentileza: Rogelio López Guillemain – rogeliolopezg@hotmail.com
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