En una movida que promete tensar la relación política en el Senado , la Comisión de Asuntos Constitucionales del Senado abrirá esta semana el debate del polémico proyecto de intervención federal del Poder Judicial de Jujuy , una jugada detrás de la cual la oposición ve la mano de la vicepresidenta Cristina Kirchner y la intención de desplazar al gobernador radical Gerardo Morales .
Según fuentes del oficialista bloque Frente de Todos , la reunión convocada para este martes por la presidenta de la comisión, la kirchnerista María de los Ángeles Sacnun (Santa Fe), solo tendrá por objeto «escuchar» el testimonio del senador peronista Guillermo Snopek (Jujuy), autor del proyecto.
Sin embargo, en la oposición ven en esta primera reunión el inicio de una ofensiva que, aseguran, terminará con la intervención federal a la provincia y, por lo tanto, la destitución de Morales de la gobernación y la imposición en su reemplazo de un delegado nombrado por el Poder Ejecutivo.
«Esto es una ofensiva contra un gobernador de Cambiemos y para garantizarle impunidad a Milagro Sala», denunció ante LA NACION el jefe del interbloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff (UCR-Jujuy).
Las sospechas no son solo de la oposición. «Esta gente siempre va a fondo», le dijo a este diario un senador peronista que integra el bloque del Frente de Todos, pero que nunca compartió los modos ni la praxis política del kirchnerismo.
«Las últimas intervenciones federales empezaron con un pedido de intervención a la Justicia», agregó Naidenoff para justificar sus sospechas de que, el objetivo final, es la gobernación jujeña, que encarna Morales.
Aunque no lo mencionó, el senador radical aludió así a la intervención federal de Santiago del Estero, aprobada en 2004. Enviada por el gobierno de Néstor Kirchner, el proyecto fue motorizado en el Senado por Cristina Kirchner, entonces presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
Sin embargo, hay algunas diferencias entre aquel pasado y este presente. Santiago del Estero había quedado en un virtual estado de acefalía luego de que la Justicia imputara por delitos de lesa humanidad al eterno cacique peronista Carlos Juárez y a su esposa y entonces vicegobernadora, Nina Aragonés. Además, aquel pedido de remedio federal llevaba la firma del presidente de la Nación y no la de un simple senador, como ahora.
De aquella intervención, que lideró el exfiscal Pablo Lanusse, nació otro cacicazgo en Santiago del Estero: en 2005, la provincia eligió a Gerardo Zamora, quien 15 años después sigue teniendo las riendas políticas del poder de la provincia.
Uno de los que tuvieron que explicar aquella intervención federal fue Alberto Fernández, por entonces jefe de Gabinete. Según el gobernador Morales, el Presidente negó tener cualquier tipo de vinculación con el proyecto y le dijo que no apoyaba la sanción de la iniciativa.
El origen del proyecto es hoy motivo de debate. Hay quienes sostiene que Snopek presentó el proyecto cansado de «la persecución y de las amenazas» que dice haber recibido de Morales en los últimos años.
Además, cuentan en el Senado que uno de los motivos del proyecto fue la intención del senador jujeño de erigirse como líder de la oposición y tratar de empezar a reunir los restos del peronismo jujeño, dividido después de la derrota electoral de 2015.
Precisamente, uno de los factores de esa división del PJ es la figura de Sala, a quien Snopek detesta, pero en cuya liberación podría colaborar su proyecto.
Varios compañeros de bloque le han planteado esta contradicción a Snopek. «Me importa un pito Milagro Sala», responde el jujeño (aunque en términos un poco más soeces), demostrando que en su escala de odios Morales está por encima de la dirigente social detenida.
Pícaro, el gobernador radical no pierde oportunidad de plantarle cara a Snopek. «En la provincia él dice que el proyecto se lo pidieron Cristina y (el senador Oscar) Parrilli», aseguró Morales.
Sé el primero en comentar en «Para el radicalismo, el objetivo es avanzar sobre el gobernador»