El presidente de Argentina, Alberto Fernández.
El presidente argentino denuncia la falta de rigor científico del peritaje que concluyó que fue homicidio. Hace dos años no creía que se hubiese suicidado
A mitad de 2018, la Justicia argentina dictaminó que Alberto Nisman fue asesinado. La Cámara Federal de Buenos Aires, un tribunal de segunda instancia, consideró probado que al fiscal lo mataron de un tiro en la cabeza en el baño de su casa el 18 de enero de 2015.
Vinculó el crimen a su trabajo al frente de la investigación del atentado contra la mutual judía AMIA que causó 85 muertos en 1994 y a la denuncia por presunto encubrimiento contra la entonces mandataria Cristina Fernández de Kirchner, pero no halló sospechosos. Parte de la sociedad argentina desconfió de ese fallo, a los que ahora se suma el presidente del país, Alberto Fernández. «Las pruebas acumuladas no dan lugar a pensar en que hubo un asesinato», dijo Fernández el miércoles al diario Clarín.
Su postura se aleja de la que tenía en 2017, cuando fue entrevistado para la miniserie documental El fiscal, la presidenta y el espía, recién estrenada en Netfix. «Hasta el día de hoy dudo de que se haya suicidado», dice ante la cámara. A cinco años de la muerte de Nisman, el documental reabre la polémica alrededor de un caso que divide a los argentinos y sobre el que no han dejado de circular teorías conspirativas.
Una de las evidencias para que la Justicia determinase que fue un homicidio fue el peritaje de la Gendarmería, la fuerza policial militar de Argentina, cuestionada hoy por el Gobierno peronista. Fernández sostiene que «parece carecer de todo rigor científico». La ministra de Seguridad, Sabina Frederic, ha ido aún más lejos y pide su revisión, lo que ha generado duras críticas de opositores como su predecesora, la macrista Patricia Bullrich, y de familiares de la víctima.
Poco después de la muerte de Nisman, miles de personas salieron a las calles a exigir justicia y responsabilizaron a Fernández de Kirchner por el supuesto crimen, pero la Justicia no ha encontrado evidencias que sustenten esa acusación. Para el presidente, ella fue «la única perjudicada» por la muerte del fiscal, lo que a su juicio la excluye de cualquier participación en la misma. «Yo soy un abogado y, ante una muerte como esa, siempre me permito dudar. Sin embargo, siempre dije que esa duda me llevaba a afirmar la teoría de la novela policial: ‘Dime quién se beneficia con el crimen y te diré quién es el asesino», opina Fernández.
Cuando fue entrevistado para el documental del británico Justin Webster, Fernández estaba peleado con la exmandataria, de quien se había alejado tras renunciar a la jefatura de ministros en 2008. Reconstruye la conversación que tuvo con Nisman tras la denuncia, en la que le planteó dudas sobre el «sustento probatorio» de esta.
En un primer momento, la denuncia de Nisman fue archivada por falta de pruebas, pero meses después la investigación se reabrió y es una de las causas judiciales que acorralan a la hoy vicepresidenta argentina.
El documental reconstruye los últimos días de Nisman y se sumerge en la investigación sobre el atentado que centró el trabajo del fiscal desde 2004 y que lleva 25 años impune. La cinta ha vuelto a poner en primer plano la politización que rodea a su muerte y las dudas sobre lo que ocurrió en su apartamento. Cuanto más tiempo pasa, menos creen que se conocerá la respuesta.
STIUSO, CONTRA FERNÁNDEZ DE KIRCHNER
El británico Justin Webster acumuló cerca de mil horas de grabaciones a lo largo de cuatro años para El fiscal, la presidenta y el espía. Dividida en seis episodios de una hora, la producción pone frente a las cámaras a unos 60 testimonios, entre los que destaca el exespía Antonio Jaime Stiuso. Considerado como el hombre de los servicios de inteligencia que ayudaba a Nisman en la investigación sobre el atentado de la AMIA, Stiuso asegura que tanto Nisman, como él, fueron amenazados de muerte por Fernández de Kirchner o alguien de su entorno.
Webster entrevistó también al excanciller Héctor Timerman, quien fue otro de los denunciados por Nisman por presunto encubrimiento de terroristas a través del memorándum de entendimiento firmado con Irán, que nunca entró en vigor. «Si hay algo que les quiero decir a mis nietas es que su abuelo hizo todo lo posible por encontrar la verdad de un caso importante», se defiende Timerman en la grabación, realizada cuando el cáncer que puso fin a su vida en 2018 ya estaba muy avanzado.
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