De acuerdo con datos del Instituto de Desarrollo Rural, la producción de fruta para esta temporada muestra una baja. En líneas generales se registró una disminución de 50% en frutales de carozo y una fuerte tonificación en los precios pagados al productor.
La producción frutícola de Mendoza tendrá una merma en su producción debido a las intensas heladas registradas esta temporada a lo largo de setiembre, las cuales afectaron principalmente a los frutales de carozo. En la temporada anterior también se registraron pérdidas por bajas temperaturas en el momento de floración (temporada 2018/19).
Según el tipo de cultivo, hubo las siguientes variaciones de producción estimada respecto de una producción normal: durazno para industria -54 %, durazno para consumo en fresco -57 %, ciruela para industria -57 %, cereza -63% y damasco -74%. En el caso de los frutales de pepita, no se registraron grandes pérdidas con respecto a producciones completas.
Las bajas temperaturas mencionadas afectaron todos los oasis mendocinos, por lo que la disminución de la producción se ha visto generalizada en los cuatro oasis en distintas magnitudes.
Además de la producción total, el programa de pronóstico de cosecha frutícola del IDR realiza la estimación de calibres esperada por especie y variedad. Para la próxima temporada se espera un incremento de los porcentajes de fruta en rangos de mayor calibre, para todas las especies evaluadas. En el caso del durazno para industria, se estimó un porcentaje de producción fruta de 72% destinada a mitades (de calibre mayor a 57 mm de diámetro), lo que equivale a 46 mil toneladas de fruta de mejor calibre y, por ende, mejor precio para el productor. En el caso de la ciruela para industria, tan solo el 7% de la producción será clasificada en el calibre chico, por lo que 60 mil toneladas frescas corresponden a fruta de tamaño medio y grande.
Este panorama presenta una muy baja producción a nivel provincial, pero una tonificación de los precios pagados al productor para aquellos agricultores que hayan podido defender su producción de las inclemencias climáticas. En el caso del durazno y nectarín para consumo en fresco, en esta temporada se registran precios que se encuentran en una banda entre $30 y $55 por kilogramo más IVA, cuando esos precios oscilaban entre $10 y $30 más IVA hace un año atrás. Es decir que el incremento de precios supera en más de 100%, en promedio, cuando la tasa de inflación ronda el 55%.
En el caso de la cereza, que tuvo una cosecha similar al año pasado, los precios promedios de la presente temporada alcanzan un promedio de $56 el kilogramo más IVA, cuando hace un año el precio promedio pagado a los productores era de $11,33, lo que significa 5 veces más, algo similar a lo que está ocurriendo con el ajo. Finalmente, en el damasco los precios para consumo en fresco saltaron de 10 a 25 pesos más IVA en el último año; es decir, un aumento de 150%.
El resto de las especies, como por ejemplo durazno industria, ciruela consumo, pera y manzana, todavía no registran precios, pero se espera un crecimiento significativo.
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