San Rafael, Mendoza 24 de noviembre de 2024

¿Por qué el FMI es considerado para muchos un “villano”? – Por:. José Ignacio Teruel-Lic. en Relaciones Internacionales

El Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial (BM) son dos instituciones gemelas creadas en 1944. Se las conoce como las Instituciones de Bretton Woods (IBW) y fueron creadas para reconstruir el sistema económico internacional tras la Segunda Guerra Mundial. Su objetivo era crear un marco para la cooperación económica y desarrollo que permitiera lograr una economía mundial más estable y próspera

¿De dónde vienen los fondos del FMI?

La mayor parte del dinero del Fondo Monetario proviene de cuotas que se le cobra a cada país acorde a su peso en la economía mundial. Cuando un país entra en el FMI, debe pagar una suscripción, una cuota que se abona en más de un 75% con la moneda del país y hasta el 25% en una moneda de alta aceptación o en Derechos Especiales de Giro (DEG).  Los Derechos Especiales de Giro son un activo de reserva internacional formado por un grupo de 5 monedas fuertes y estables, que tienen una ponderación específica en 1 DEG: Dólar 41,73%; Euro 30,93%; Renminbi chino 10,92%; Yen Japonés 8,33% y 8,09% para la libra esterlina

Otra parte de los fondos vienen de Nuevos Acuerdos Para la Obtención de Préstamos (NAP) que son recursos adicionales prestados al FMI por 38 países miembros e instituciones. Además, existen los Acuerdos Generales para la Obtención de Préstamos, que son contratos bilaterales que tiene el FMI con 11 países industrializados para obtener créditos.

¿Cómo se toman las decisiones?

A pesar de que existen diversos organismos de gobierno en el FMI, el de mayor importancia es el Directorio Ejecutivo, formado por 24 autoridades que son designadas por votación. Previamente, los 5 países con las cuotas más altas nombraban 1 directivo cada uno y los otros 19 eran elegidos por el resto de los países del mundo, regla que se cambió en el 2016.

Generalmente las decisiones se toman por consenso, pero a veces se llevan a cabo votaciones formales. El número de votos de cada país está formado por el voto básico, que representa un 5,5% del total de los votos y son repartidos equitativamente entre los miembros, y los votos basados en las cuotas, que es 1 voto cada 100.000 Derechos Especiales de Giro de cuota.

Antes de la reforma del 2016, los votos básicos eran un número fijo (250) repartidos por igual, esto hacía que simplemente el voto fuera determinado exclusivamente por la cuota que paga cada Estado. Con esta modificación lo que se buscó es achicar la brecha en el poder de decisión de la institución.

Críticas al FMI

Existen diversas críticas contra el FMI, la más frecuente que se le hace es el desequilibrio de poder político. A pesar de las reformas, dicha disparidad sigue presente: el voto de Estados Unidos y Canadá (19%) equivale a todos los votos de Latinoamérica, norte de África, Oriente Próximo y África Subsahariana unidos. Es importante también aclarar que las Enmiendas del Convenio Constitutivo se aprueban con un 85% de los votos y, por ende, Estados Unidos (con un voto del 16%) tiene poder de veto a la hora de las reformas y otras decisiones importantes. Además, la subrepresentación de los países de bajos y medios ingresos se agrava por el histórico “Acuerdo de Caballeros” entre EEUU y los países europeos, por el cual el FMI y el Banco Mundial siempre han estado presididos por un ciudadano europeo y uno estadounidense, respectivamente.

La segunda crítica está relacionada a la anterior. Se basa en que las condiciones políticas y económicas que impone el FMI-generalmente adjuntadas o en forma de “recomendaciones”- socavan la soberanía de los países prestarios, limitando la capacidad de tomar decisiones. Esta es la razón por la que la institución es usada muchas veces como “prestamista de última instancia”. Asimismo, en la actualidad, los países tienen que enviar una “carta de intención” de los gobiernos que solicitan un préstamo. Para que un préstamo sea aprobado la carta debe incluir acciones previas, criterios de desempeño cuantitativo y puntos de referencia estructurales.

Otra importante fuente de su cuestionamiento es el papel que juega la conveniencia política de los accionistas más importantes en la toma de decisiones y en las elecciones de intervención. Así, se les negaron ayudas a gobiernos democráticos conflictuados con Estados Unidos, pero se les prestó a gobiernos opresores y dictaduras pronorteamericanas como la de Pinochet en Chile, Mobutu en Zaire, Nicaragua de Somoza, la última dictadura argentina, la dictadura brasilera de 1964 o el gobierno sudafricano durante el Apartheid.

La institución es también criticada porque numerosos proyectos que ha financiado no solo han sido perjudiciales para el medioambiente, sino que también han quebrantado derechos humanos, obligando a poblaciones originarias a desplazarse u ocasionando graves daños en los habitantes. Este es el caso, por ejemplo, de la India y la concreción de planes como la planta de energía en la aldea de Tata Mundra o la presa de Sardar Sarovar.

Por otro lado, muchas de las recomendaciones y las obligaciones del FMI son sumamente cuestionables. Así, medidas para frenar la crisis económica han llevado a severas protestas sociales e incluso inestabilidad política. Sin ir más lejos, días atrás hubo protestas en Ecuador por la eliminación del subsidio a los combustibles, acordada entre el gobierno y la institución. Por los fuertes reclamos, que incluso hicieron que se mudara la sede del ejecutivo de Quito a Guayaquil, el presidente ecuatoriano Lenin Moreno terminó derogando el decreto.

La organización también hizo mea culpa de su papel en la crisis del 2001 en Argentina, cuando el país cayó en lo que fue el mayor default de la historia. El director confesó que fue muy optimista con respecto a los niveles esperados de crecimiento en los ´90 y que no se valoraron cuáles eran los niveles sostenibles de deuda. Sin embargo, parece que solo fue un acto mediático porque años después cometieron el mismo error en el manejo del rescate económico griego de 2010.

Es evidente que el FMI es una institución que nunca en sus 75 años estuvo libre de críticas, y sobran razones. Si bien sus tasas de interés bajas son atractivas a la hora de pedir dinero, para muchos gobiernos es una última opción por la pérdida de control político y económico que implican sus condiciones. La realidad es que no pagar los préstamos no es una opción por las graves consecuencias que trae en el ámbito internacional, pero debemos comenzar a cuestionarnos otras salidas de nuestras crisis y buscar reformas para no seguir topándonos en su puerta, porque está claro que más que un amigo ha sido un villano.

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