San Rafael, Mendoza martes 24 de diciembre de 2024

La inspiración de Shakespeare: fumar o no fumar cannabis – Por:.Beatriz Genchi

Análisis químicos realizados en Sudáfrica a 24 fragmentos de pipas encontrados en el jardín de su casa de Stratford-upon-Avon y alrededores sugieren que El Bardo fumaba cannabis.

¿Son Romeo y Julieta, Hamlet o Lady Macbeth producto de algo más que de una mente prodigiosa? Para los investigadores del Instituto de la Evolución Humana de Johannesburgo (Sudáfrica) la respuesta es afirmativa. Tras investigar 24 fragmentos de pipas de arcilla encontradas en el jardín de la casa de William Shakespeare y alrededores sus conclusiones revelan que el dramaturgo inglés fumaba cannabis.

Las pipas, custodiadas por la Shakespeare Birthplace Trust (la fundación encargada de la conservación de las casas shakesperianas de la localidad), fueron analizadas en Pretoria con una tecnología forense similar a la utilizada por la policía de narcóticos. En concreto, y según ha publicado el director del instituto y de la investigación, Francis Thackeray, en la revista South African Journal of Science y en The Independent, estos restos de pipas de fumar se analizaron con una sofisticada técnica llamada cromatografía de gases y espectrometría de masas (GCMS), que permite gracias a su alta sensibilidad analizar los residuos existentes en los conductos internos de las pipas aunque se hubieran utilizado hace cuatro siglos.

Han descubierto ocho pipas con restos de cannabis, cuatro procedentes del jardín de la casa de El Bardo, dos con restos de cocaína y una de nicotina

Las investigaciones han revelado que se fumaban varios tipos de tabaco en el siglo XVII, incluyendo la North American Nicotiana, de la que se obtiene la nicotina, y cocaína (Erythroxylum), procedente de la hoja de coca de Perú. Los investigadores se apoyan en documentos históricos, como el Gerard’s Herbal (un detallado libro de plantas publicado por John Gerard a finales del siglo XVI), para asegurar que sir Francis Drake pudo haber llevado hojas de coca a Inglaterra tras su visita a Perú, al igual que hizo con el maíz o la papa, y que sir Walter Raleight hizo lo mismo con las hojas de tabaco (la nicotina) desde Virginia.

Los análisis concluyeron «pruebas incuestionables» de que dos de las pipas encontradas en Stratford-upon-Avon tenían restos de hojas de coca del siglo XVII. Ninguna de estas pipas procedía del jardín de El Bardo, pero sí cuatro con restos de cannabis. De las 24 pipas, ocho tenían restos de cannabis, al menos una de nicotina y dos de cocaína, han asegurado.

¿Es posible, entonces, que Shakespeare fumara cannabis? Thackeray redondea su tesis citando el Soneto 76 del inglés. En una libre interpretación y afirmando lo habitual que era para el dramaturgo hacer juegos de palabras, el investigador argumenta que en el verso «… and keep invention in a noted weed» esa ‘mala hierba’ podría estar haciendo referencia al uso del cannabis para estimular su ‘invención’. Y antes, en el verso «Why with the time do I not glance aside / to new-found methods and to compounds stange?», asegura que esos “componentes extraños” aluden a la cocaína, una droga que él rehuyó.

Han pedido a la iglesia de Inglaterra que abra la tumba de William Shakespeare para el análisis forense, pero algunos se muestran escépticos sobre qué tipo de información podría ser descubierta. Pero mientras que el esqueleto de Shakespeare podría revelar pistas sobre su salud y su muerte, la cuestión del uso de drogas por parte del hombre depende de la presencia de pelo, o uñas, dijo Francis Thackeray, director del Instituto para la Evolución Humana de la Universidad de Witwatersrand en Johannesburgo, quien presentó la propuesta a la Iglesia de Inglaterra.

Shakespeare, ciertamente no quería que sus restos fueran hurgados. La piedra que cubre la tumba del poeta lleva una maldición grabada para los posibles intrusos. «Bendito sea el hombre que guarda estas piedras», dice el grabado, «Y maldito el que mueva mis huesos».

Thackeray dijo que tiene una forma de evitar la maldición. «No queremos mover ninguno de los huesos», dijo. En cambio, dijo, “el equipo planea usar una técnica llamada escaneo de superficie con láser. Que, con un dispositivo portátil, los antropólogos pueden abrir las tumbas y escanear digitalmente los esqueletos de las tumbas que supuestamente pertenecen a Shakespeare, su esposa Anne Hathaway y su hija Susanna sin mover los huesos. Los escaneos podrían luego convertirse en modelos tridimensionales de los huesos y cráneos.” A partir de esta información, los investigadores pueden construir reconstrucciones faciales para confirmar las identidades de los esqueletos y buscar marcadores de salud y signos de enfermedad en los huesos.

Gentileza: Beatriz Genchi – beagenchi@hotmail.com

Museóloga-Gestora Cultural-Artista Plástica.

 

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