El operativo de control fue diseñado para sostener los resultados alcanzados tras dos campañas de control, donde se redujeron 95% las capturas de la plaga.

En el Salón de Acuerdos del Ministerio de Economía, Infraestructura y Energía, técnicos y autoridades del Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria de Mendoza (Iscamen) presentaron el Operativo de Control de Lobesia botrana 2019/20. Fue ante representantes de diversas entidades del sector, como la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Acovi), la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), la Federación de Cooperativas Vitivinícolas Argentinas (Fecovita), la Asociación de Productores del Oasis Este Mendocino (Aproem), el Centro de Bodegueros y Viñateros del Este, Bodegas de Argentina y productores de uva de mesa. Participaron además organismos técnicos, como el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa), el Instituto Nacional de Vitivinicultura (INV), el Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA) y la Facultad de Ciencias Agrarias.

En la oportunidad, se analizaron los resultados al término de campaña 2018/19, como también la experiencia de intercambio de técnicos de Iscamen con sus pares del Estado de California, con el cual se firmó recientemente un memorándum de entendimiento. El acuerdo busca articular acciones para fortalecer los programas de control de ambos territorios. Este proceso de articulación se materializó con la donación, por parte del Condado de Napa al Iscamen, de más 300 mil emisores de feromonas.

El ministro de Economía, Infraestructura y Energía, Martín Kerchner, destacó la importancia del trabajo realizado y la voluntad de los diversos actores. Resaltó que “a  través del Comité Técnico/Científico buscamos el apoyo para la estrategia de control que se empleará en la presente campaña. El sostenimiento de los resultados alcanzados en fundamental. También acordamos que los aportes de los productores sean los mismos del año pasado y sin actualización por inflación”.

Por su parte, el presidente del Iscamen, Alejandro Molero, puntualizó el aporte realizado por la Provincia no sólo en articular los medios para la obtención de los insumos de control necesarios sino en la trasferencia y la capacitación. Se trata de elementos diferenciales de alto valor en un escenario como el mendocino, donde se debe actuar sobre una superficie de 160 mil hectáreas, lo que implica que sea un programa con altísima tasa de transferencia.

Se acordó además seguir trabajando en el financiamiento nacional para el programa de control, con el objeto de avanzar hacia a la erradicación, como lo establece la Ley Nacional 27227. Se ha proyectado llevar el tema para su análisis en la próxima Mesa de Competitividad Vitivinícola.

La campaña contra la polilla de la vid combina varias herramientas de combate a fin de obtener un resultado óptimo con el menor impacto en el medio. Asimismo, cada recurso fitosanitario se utiliza según la incidencia de la plaga en cada zona de la provincia.

El control de este flagelo de la vitivinicultura ha sido declarado por la Ley 9076 de interés provincial. Esta norma establece que el Iscamen es la institución encargada de diseñar y presupuestar anualmente el programa de intervención contra la plaga.