¿Puede existir un negocio en Argentina que pague 0% de impuestos, 0% de tasas municipales y que además tenga una protección especial del gobierno provincial?

¡Por supuesto que sí!, y ese negocio lo tenemos en Córdoba, aunque para ser sinceros está funcionando en casi todo el país y es el de los call centers en las cárceles.

Hace pocos días, se realizó un allanamiento en la cárcel de Villa María en donde se incautaron 28 celulares, droga y otros elementos prohibidos, pero esto es historia repetida.  En ese mismo presidio se incautaron 100 celulares hace apenas un año.

Como dije, el “trabajo” de estafas con llamadas desde las cárceles no solo no paga IVA, ganancias, ni tasas municipales, sino que estos “empresarios” además son protegidos por el gobierno con la creación de la “Procuración Penitenciaria de la Provincia de Córdoba”, organismo que vela por los derechos de los pobres reclusos.

No se les ocurre crear la “Procuración de las Víctimas del Delito” ¿no? (por favor no sean literales, no la creen, es solo retórico).  O al menos aseguren a los ciudadanos que sufren un robo que recuperarán sus bienes; a las mujeres que son abusadas que sus abusadores estarán en prisión; y a los familiares de víctimas de homicidio que los asesinos se pudrirán en la cárcel.

¿Por qué no piensan mejor en terminar con las puertas giratorias y los beneficios carcelarios?  ¿Es justo que un padre que se desloma para darle un plato de comida digno a sus hijos deba pagarle vía impuestos mejores alimentos a un preso?

Yo no sé nada sobre sistemas penitenciarios, pero me atrevo a pensar que los reclusos tienen que tener las cosas básicas y nada más.  Que se bloqueen las señales de celular.  Que el que quiera postre, ventilador u otro beneficio se lo gane.

Que quien comete una infracción tenga sanciones ejemplificadoras, por ejemplo: que sea trasladado a otro presidio a cientos de kilómetros de donde está y que, si reincide, se lo envíe a una cárcel en medio de la nada, como fue la de Ushuaia en su momento (no quiero sugerir nada, pero la Isla de los Estados me suena bien).

Es tiempo de revertir no solo décadas de decadencia económica sino también cultural, ética y moral.

El dónde es aquí, el momento es ahora y el quién somos todos y cada uno de nosotros.

Gentileza;

Rogelio López Guillemain – fidias1967@gmail.com